CARTAGENA. Desvelando una duda que ha mantenido a muchos en la incertidumbre durante varios años, el Aparecido confiesa en este Pasico que le gustan las mujeres. No solo en su aspecto estético, que también hay hombres guapos, sino en el social, es decir, como protagonistas de la vida pública. La cosa viene de antiguo. Ya en su etapa como becario del Gobierno francés en la parisina universidad de Jussieu su directora era Claudine Petit, una heroína de la resistencia contra los nazis que había hecho una importante aportación a la Genética evolutiva: la ventaja del raro. Las moscas del vinagre tienden a aparearse con los machos de aspecto infrecuente, pero esa ventaja es transitoria, pues, precisamente por ser los favoritos, engendran tantos hijos que dejan de ser raros. Se origina así una selección dependiente de la frecuencia que conduce a un estado de equilibrio con diversidad genética (los estados de equilibrio consistentes en que solo sobrevive un tipo de variante son mucho menos interesantes y poseen menos capacidad de adaptarse a los cambios ambientales).
Tras Claudine vino Cristina Gutiérrez Cortines, que, en su etapa de consejera, reclutó al Aparecido como asesor universitario y luego como rector provisional de la UPCT. La cosa le gustó y se quedó cinco años, durante los cuales la universidad cartagenera pasó de ser un sueño a una realidad, hoy floreciente. Mujer de gran inteligencia, sigue en activo, trabajando ahora para impulsar el desarrollo arqueológico de Cartagena.
Y eso enlaza con el tema principal de este Pasico: las actuales mujeres públicas de Cartagena, que vive gozosamente una fecunda etapa de matriarcado político, como quedó patente en el emotivo acto que hace unos días organizó la UPCT para inaugurar la nueva galería de los cuadros de los rectores de esa institución. A ese acto, presidido por la rectora, Beatriz de Miguel, asistieron la alcaldesa, Noelia Arroyo; la presidente del Puerto, Yolanda Muñoz, la encargada de la gestión y las relaciones públicas del campus de Lorca, Catalina Yelo, y la citada Cristina. Las entrevistas las dirigía Blasi, jefa de comunicación de la UPCT. Solo faltaron la vicealcaldesa, Ana Belén Castejón, y la presidente de la COEC, Ana Correa.
"Cartagena está ahora en manos, buenas manos, de mujeres"
Ya que hablamos de mujeres, aclaremos primero algunas cuestiones terminológicas. El femenino de rector es rectora y no rectriz, como sugirió de broma el Aparecido, señalando de inmediato la interesada que esa forma incorrecta rimaba con su nombre, Beatriz. Nadie crea que por existir la palabra "actriz" sería correcto hablar de "rectrices". Una actora es una mujer que interviene de forma destacada en algún proceso; una actriz es una mujer que representa una obra teatral o cinematográfica, de modo que una rectriz sería una dama que finge ser rectora, lo que no es el caso de Beatriz, que ejerce con dinamismo y desparpajo su función. Puede que todas las mujeres en el acto de la galería tuviesen algo de actrices, pues la vida pública siempre tiene algo de teatro, pero desde luego todas ellas son actoras, y destacadas y eficaces. En cambio, el femenino de presidente no es presidenta, mal que le pese a los fanáticos del lenguaje inclusivo. Un presidente es el "ente" (el ser) que preside, dando lo mismo que sea hombre a mujer, pero no hay ninguna "enta" que presida nada. Del mismo modo que un varón uniformado es un policía, y no policío, y una mujer uniformada es una agente de policía, y no una agenta, una mujer que preside es una presidente.
Aclarado eso, cabe asombrarse de que, con la excepción de la Cámara de Comercio, los principales puestos públicos de la trimilenaria estén ahora ocupados por mujeres. Y mujeres singulares: por ser Beatriz la primera rectora de una politécnica en España, su mera presencia es una señal a todas las jóvenes: pueden tener un brillante futuro profesional como posibles alumnas de la UPCT. No se arredren, muchachas: pueden ser tan buenas ingenieras, o mejores, que sus compañeros varones. Ahí está Beatriz para demostrarlo.
Asimismo, la presencia de Ana al frente de la COEC demuestra que ellas pueden bregar con tiburones empresariales con la misma autoridad y competencia que cualquier ente nacido con pene (cosa de los cromosomas, por más que algunos se empeñen en negarlo, brillante aplicación de la cuarta ley de la dialéctica ideada por el Aparecido: la negación de la evidencia).
Otro tanto cabe decir de Yolanda, la primera mujer en presidir el Puerto, una dama que está impulsando plantar en las aguas marinas de la dársena centenares de fragmentos del alga Posidonia, que capta más dióxido de carbono que las plantas terrestres. Un magnífico ejemplo de actuación científica para regenera el ambiente natural y combatir el cambio climático sin destruir la economía.
Y capítulo aparte merecen la alcaldesa, Noelia, y la vicealcaldesa, Ana Belén. En su caso no son las primeras en ocupar el trono municipal, que ya Pilar Barreiro desempeñó esa función muchos años, la pluridenunciada y pluriabsuelta. Esa mujer, que supo gobernar la ciudad durante la etapa de creación de la UPCT, etapa en la que había sufrido una crisis económica aguda, con incendio provocado de la Asamblea incluido, se ve ahora sucedida por dos mujeres, cuya singularidad es que, con ayuda de Padín, el del genuino Cs, lograron forjar el primer pacto importante y eficaz entre el PP y el PSOE. ¡Ahí es nada! Grave error cometió el dimitido Conesa al expulsar a Ana Belén, error en el que parece persistir su sucesor, el señor Vélez. Acaso ignoren ambos que ya hay quien está pensando, por el bien de España, en intentar una gran coalición entre el PP y el PSOE, imitando lo hecho por Merkel (otra mujer) y Olaf Scholz, que ahora será el canciller alemán. Con esa gran coalición se evitaría la nefasta presión de los partidos separatistas sobre la gobernación de la nación que quieren disolver: España. Si esa tendencia se confirmarse, nadie podría negar a Noelia y Ana Belén el mérito de haber inaugurado el invento; y si no se concretase, nadie podría quitarles los años al frente del Ayuntamiento. Un éxito, en cualquier caso.
Pero no solo los puestos de gobierno están ocupados casi exclusivamente por mujeres en esta etapa de Cartagena: también brillan en la oposición. La jefa parlamentaria de Podemos es la contundente cartagenera María Marín y la nueva presidente del PSOE cartagenero es Lourdes Retuerto, cartagenera de adopción, como el Aparecido. Se dice que la candidata municipal del PSOE será Carmina Fernández, bien situada ahora, pero nada indica que ninguna de esas tres mujeres vaya a gobernar próximamente. Puesto que lo hacen tan bien en la oposición, acaso lo mejor sea que sigan así. Y el mismo destino parece esperar a María José Ros, la actual lideresa de Cs y principal opositora al gobierno de Miras: si logra obtener escaño, lo que no es seguro, seguirá en la oposición. En suma, que gobiernan mujeres en Cartagena y gobernarían mujeres si ganasen sus opositoras.
¡Ah! Y todavía faltan por mencionar tres mujeres que andan por la sociedad civil cartagenera abriendo caminos: la discreta Ginesa, que tanto ha hecho por las tradiciones musicales populares; la guerrillera Pepita, al frente su plataforma por la catedral vieja; y la eficaz Natalia, que dirige con acierto la fundación Ingenio, cuyo objetivo es compatibilizar la ecología con la economía en el entorno de Cartagena, principalmente en el Mar Menor.
Y eso por no hablar de las columnistas de este diario, lectura semanal obligada del Aparecido. Varias de ellas demuestran perspicacia y conocimiento de la política, de las que el Aparecido aprende, pero en este Pasico quiere destacar la generosidad de Rosa Peñalver, la socialista que presidió la Asamblea Regional, que fue una eficaz y dialogante diputada regional, y que accedió a participar en la presentación de la biografía de Wallace, un feminista pionero de la evolución, publicada recientemente por el Aparecido.
Lo dicho: Cartagena está ahora en manos, buenas manos, de mujeres. ¡Manda ovarios!, que habrá dicho en privado el cartagenero Trillo, el ministro que nos invitaba a chipirones.
JR Medina Precioso