MURCIA. En aquel tórrido verano de las negociaciones por San Esteban, Diego Conesa e Isabel Franco tuvieron la oportunidad de darse la mano para gobernar juntos. De algún modo, estaban llamados a protagonizar un amor político al que le salían las cuentas: el líder socialista y la candidata de Ciudadanos reunían los apoyos parlamentarios para gobernar la Comunidad Autonóma. Sumaban mayoría absoluta. Pero el PSOE no era la única opción que Ciudadanos podía deshojar: también se postulaba Fernando López Miras, cuya formación también pugnaba por el pacto liberal como única vía de mantener el Gobierno regional. Finalmente, la margarita del verano salió azul y no roja: el partido naranja se decantaba por el PP para formar el primer Ejecutivo de coalición de la historia y la alianza Conesa-Franco se quedaba en papel mojado.
Desde entonces, la relación se ha deteriorado entre ambos dirigentes. Isabel Franco inició su camino en San Esteban con el PP, de cuya unión salió ungida vicepresidenta; y Diego Conesa se encaminó hacia la bancada de la oposición. Con el paso del tiempo, Isabel Franco le ha lanzado reproches en público al portavoz socialista. Conesa, que no suele entrar en el cuerpo a cuerpo, sí le devolvió una vez el guante: "Ya que no quiso prácticamente hablar conmigo en el mes de julio, le invito a que se tire cinco horas tomando un café conmigo", respondía en noviembre el socialista.
Esta semana, Franco lanzaba el último dardo hacia Conesa. La vicepresidenta regional se unía a los dirigentes autonómicos de Ciudadanos para pedir a los líderes territoriales del PSOE que se rebelaran contra las alianzas de Pedro Sánchez en su investidura. En un vídeo casero, Franco elevaba el tono dirigiéndose a Conesa: "¿Está de acuerdo con que se les dé privilegios a los nacionalistas? ¿Está de acuerdo con que se negocie con Bildu?".
No hubo respuesta oficial de Diego Conesa, que declinó entrar al trapo. Pero las palabras de Franco no pasaron desapercibidas en el PSOE. Socialistas como el diputado Emilio Ivars sí respondieron a la dirigente naranja: "Del podio a la irrelevancia y de la irrelevancia al ridículo", le comentaba Ivars. Incluso Jordi Arce, el secretario de Organización, intervenía: "No sé si es más cutre el vídeo o lo que dice. Tanto juntarse con Vox es lo que tiene...".
No era la primera vez que la vicepresidenta interpelaba al socialista. A finales de noviembre, Franco negaba en una entrevista en La Opinión que el responsable del bloqueo al PSOE fuera la dirección nacional de Ciudadanos y acusaba al propio socialismo regional de "no querer llegar a un acuerdo". Poco después se reafirmaba en otra entrevista, esta vez en el eldiario.es: "Yo estuve en las negociaciones. Ellos sólo hablaban de sillones, no de documentos", dijo. Fue la misma cita en la que le describió como un "inmaduro".
Desde Princesa insisten en no echar más leña al fuego; optan por no devolver las palabras de Franco y por guardar una posición de respeto. Pero reconocen que reciben los ataques con sorpresa. "No entramos en valoraciones sobre este tipo de actitudes y descalificaciones", señala a Murcia Plaza el portavoz socialista, Francisco Lucas, quien no puede ocultar su enojo porque "el partido que vino a regenerar, no sólo no ha regenerado, ha apuntalado al PP y ahora se dedica a descalificar al ganador de las elecciones".
El PSOE, aun así, no quiere abrir una batalla abierta con Ciudadanos y romper relaciones. "Nuestra forma de entender la política y lo que necesita la ciudadanía no son descalificaciones", defiende Lucas. En el trasfondo se sitúa la moción de censura y la esperanza de un posible cambio de posición de Ciudadanos en el Gobierno. Diego Conesa se reafirmó en que presentaría la moción contra Fernando López Miras y para que la medida tenga recorrido necesita... el apoyo de Ciudadanos. La formación naranja está en contra, por lo que la moción fracasaría.
Dado el panorama, todo apunta a que hoy día sería inviable que Franco y Conesa se dieran la mano para formar Gobierno, pero en política nunca hay postulados definitivos. Ciudadanos sostiene que romper el acuerdo con el PP y cambiar el Gobierno no forma parte de sus planes. El objetivo es terminar la legislatura con el PP, remarcan. Pero la historia de la política ya ha evidenciado que las palabras y las posiciones pueden cambiar de rumbo en cualquier momento.
Y Ciudadanos, que salió malparado en las urnas en noviembre, se encuentra en un momento de reconstrucción nacional. El partido busca nuevo líder nacional -Arrimadas es la favorita- y también se plantea qué dirección tomar en España, como así reconocía en Murcia el presidente de la gestora, Manuel García Bofill. Aunque la estrategia autonómica no está encima de la mesa, quién sabe si en algún momento el partido se replantea las alianzas regionales; quién sabe si aquel romance -político- fallido entre Franco y Conesa se vuelve a reabrir: nada es imposible en política.