MURCIA. "Nos faltó tiempo y nos sobró Vox", reconocía un abatido Alberto Garre tras los pésimos resultados electorales de la formación regionalista que él mismo había fundado, Somos Región, hoy llamada Por mi Región. Era otoño de 2019 y decidió entonces retirarse de la política para volcarse en la familia. Ahora, cuatro años después, Vox da un golpe de efecto en la campaña electoral del 28M y le ficha, recuperándole para la primera línea. Todo un expresidente de la Comunidad (2014-2015) e histórico dirigente del PP durante décadas se enrolará en las filas del partido que lidera Santiago Abascal, según ha confirmado el propio Garre a Murcia Plaza, aunque declinó hacer declaraciones.
El pachequero (1952) relevó a Ramón Luis Valcárcel en la Presidencia de la Comunidad entre 2014 y 2015, cuando el mandatario se embarcó en la política europea. Lo que pareció un camino de transición entre Valcárcel y su delfín elegido para sucederle, Pedro Antonio Sánchez, tomó otro camino, pues Garre marcó línea propia en San Esteban, mostrándose inflexible con los imputados e impulsando leyes de regeneración democrática (algunas de ellas hoy corregidas, como la limitación de mandatos del presidente).
En 2017, con la elección de Pedro Antonio Sánchez al frente del PP, abandonó el partido, después de décadas de militancia. El pachequero, que comenzó como concejal en su municipio, había hecho carrera parlamentaria durante años en el PP. A través de una carta dirigida a Mariano Rajoy, criticaba que PAS fuera elegido líder de la formación pese a estar investigado por el 'Caso Auditorio', por el año después ha sido condenado. También culpó al propio Rajoy de la "inacción" ante la corrupción. "Me voy porque el clima es irrespirable", aseveró.
Poco después ponía en marcha los cimientos de un partido regionalista, una viejo anhelo de la política murciano que nunca ha funcionado en las elecciones. Garre aprovechó todo el viento de cola y se rodeó de caras conocidas para poner en marcha el proyecto, bautizado como Somos. Pero el resultado en las urnas no fue el esperado: en las generales de abril, no consiguió el escaño; tampoco lo logró en las autonómicas y en las municipales tan sólo obtuvo representación en tres de los quince municipios en los que concurrió.
Desde entonces ha sido un espectador, atento pero en segunda línea, de la política. Decide entrar en un partido que se opone a las autonomías -algo que sí defendía Somos- pero cuyas ideas con los asuntos del agua encajan como un guante, pues Garre siempre ha sido partidario de recuperar el Trasvase del Ebro. De hecho, en 2008 fue sonado cuando junto con otro diputado murciano, Arsenio Pacheco, rompió la disciplina de voto y votaron en contra de una reforma del Estatuto de La Mancha crítica con del Trasvase del Segura. Ahora plantará cara al PP desde la derecha, desde el partido que más votos le puede restar.
Así las cosas, Vox, que quiere apurar hasta el final del plazo (finaliza el 24 de abril) para dar a conocer toda la candidatura, protagoniza el movimiento político más relevante de la campaña. No es el primer fichaje que hacen, pues también han alistado a las antiguas alcaldesas de PP y Cs de Las Torres de Cotillas y Fortuna, respectivamente (Isabel Zapata y Finabel Martínez). Con la incorporación de Garre, mandan todo un mensaje al PP: no sólo se hacen con el único de los últimos expresidentes que está impoluto de toda mácula de la corrupción (PAS fue condenado y Valcárcel se sentará en el banquillo de los acusados), sino que es un llamada directa a todos los votantes del PP de que Vox va en muy serio en estos comicios del 28M.
También plantea una consulta sobre la inmigración ilegal