EL EUROCRISTIANO TIBIO / OPINIÓN

El ausente, el recuperable y el tapado

12/09/2023 - 

CARTAGENA. Motivados por algunos de mis recientes artículos, no paran de llegarme todo tipo de rumores, confidencias e incluso peticiones. Dado que el presidente López Miras desvelará en la próxima semana los nombramientos de altos cargos, urge dejar constancia de varios de esos comentarios antes de que queden por completo obsoletos.

En una reciente entrevista al presidente Miras han salido a relucir los nombres de Valle Miguélez, Isabel Franco y Alberto Castillo, tres personas que han ocupado altos puestos en la etapa precedente y que, al negarse a secundar la automoción de censura promovida por Ana María Vidal, permitieron la continuidad del Gobierno pepero regional. Asegura el presidente que no los descarta para posibles puestos. Bueno es saberlo, pero me preguntan algunos qué fue de Paco Álvarez. Procedente de Ciudadanos, como los tres citados, fue también decisivo en la etapa anterior. Y mostró gran habilidad retórica y notable capacidad analítica. ¿Qué ha sido de él? ¿Por qué no aparece en la quiniela? Solo Miras sabe la última respuesta.

Recordará el lector el caso Aniorte, un profesor de Alemán al que no le han reconocido en su integridad la experiencia profesional que atesora y, además, se ha visto perjudicado por la decisión gubernamental de no actualizar la relación de interinos en su especialidad. Bueno, pues me informan de que me quedé corto. Aparte de muchos años de experiencia docente en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), que no le computaron, le atribuí tres meses en la Escuela Oficial de Idiomas (EOI). Ahora me dicen que fueron tres años en la EOI, lo que agrava el sentimiento de agravio que padece puesto que ese tipo de enseñanza está asimilado al de la Educación Secundaria. Quizás el nuevo consejero de Educación quiera tomar cartas en el asunto.

Por cierto, me dicen que el nuevo consejero de Educación no será demasiado nuevo. Al parecer, el titular actual, Víctor Marín, tiene casi todas las papeletas para seguir en su puesto. Este profesor de Geografía e Historia, que fue nombrado secretario de Educación del Partido Popular, al que no se afilió hasta 2022, goza de la confianza del presidente Miras. Aunque lleva poco tiempo como consejero, tenía alguna experiencia previa en otros escalones del organigrama de la Consejería. Y no lo ha hecho mal, así que adelante con los faroles. Y que eche un vistazo al caso Aniorte.

De todavía más enjundia para el sistema educativo de la Región es el caso de Sergio López Barrancos. Atención a la S final, imprescindible para no confundirlo con el también murciano Sergio López Barranco, un velocista que ha ganado varios campeonatos de atletismo. A veces las sinonimias son letales. Pues bien, Barrancos, terminado en S, fue nombrado director general de Formación Profesional en 2017 por la entonces consejera Adela Martínez Cachá. Como lo hizo bastante bien, fue conservado por su sucesora, Esperanza Moreno. Y como seguía haciéndolo bien, también lo mantuvo la siguiente sucesora, Mabel Campuzano, proveniente de Vox. Sin embargo, dimitió en 2021 y se refugió en su instituto, sito en Caravaca. Pero no dejó de pensar en su antigua ocupación, como lo prueba su tesis doctoral, La Formación Profesional como palanca para la inclusión, que acaba de publicar. El hecho de que la haya elaborado bajo la dirección de Juan Navarro es toda una garantía. Como es sabido, Navarro, uno de los mejores especialistas españoles en Atención a la Diversidad, contribuyó de forma decisiva a elevar el nivel de esa faceta educativa en nuestra Región hasta ponerla en la zona alta de las comunidades autónomas. Otras varias se dirigían a nuestra Consejería de Educación pidiendo asesoramiento en esa materia y trataban de imitar las experiencias aquí desarrolladas, entre ellas un pionero programa de atención a niños con altas capacidades.

Pues bien, la tesis doctoral de Barrancos se orienta más bien hacia los alumnos con alguna discapacidad. Y propone la muy humanitaria e inteligente operación de ayudarlos a integrarse en la vida laboral y social a través de la Formación Profesional. Si la palabra no estuviese tan desprestigiada por el uso irreverente que de ella se ha hecho al aplicarla a políticas francamente regresivas (el progreso del cangrejo, lo llama el profesor Germán Teruel), la iniciativa de Barrancos podría ser calificada de muy progresista. Conozco el caso de una niña con sordera profunda congénita que, tras haber obtenido un título de FP sanitaria, ha trabajado exitosamente en un laboratorio de análisis clínicos privado y como interina en un hospital regional público. No se trata del único caso y podrían proliferar si la consejería adoptase esa idea como una línea estratégica. De hecho, el profesor Barrancos va más allá y, con gran audacia, está explorando la posibilidad de establecer alguna clase de sinergia entre la Consejería y el Servicio de Empleo y Formación (SEF) para promocionar a los jóvenes con discapacidades usando como palanca la Formación Profesional. 

Llegados a este punto, uno se pregunta si no haría bien el consejero, quizás Víctor Marín, en recuperar a Barrancos para alguna tarea directiva relacionada con esta iniciativa. Muy probablemente tendría éxito y contaría con el apoyo de las varias organizaciones dedicadas a los discapacitados y también de los sindicatos más sensibles a la inserción laboral de esas personas. Adelante, consejero, con Barrancos. Sin miedo a caer en ningún barranco político. Y el hecho de que dimitiese no debería ser ningún impedimento. Recuerdo que el valioso Fernando Armario, tristemente fallecido, se negó a ocupar el puesto que le ofrecí cuando entré de consejero. Luego recapacitó e hizo mucho por el sistema de bibliotecas públicas de la Región. Es más, posteriormente volvió a ocupar un cargo, con su habitual buen hacer, con Fernando de la Cierva. Así que Barrancos es perfectamente recuperable. Y prometedor. 

Por último, pero no menos importante, me llegan reacciones al artículo sobre la posibilidad de que Andrés Ayala sea nombrado presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena. Destacados allegados al Puerto afirman que están contentos con el actual titular, Pedro Pablo Hernández, que ocupa el puesto de forma interina en sustitución de Yolanda Muñoz, con quien ejercía de vicepresidente. Y que, en consecuencia, no ven necesidad de cambiarlo, sino que más bien convendría ratificarlo. No obstante, añaden que, si se confirmase la hipótesis Ayala (que nadie confirma ni en Cartagena, ni en Murcia), sería bien recibido. Lo consideran persona preparada para el puesto. Bueno. Pero no acaba ahí la cosa. Ciertos políticos que jugaron un papel importante antes de la etapa Miras aseguran que hay un tapado. Ahora ocupa un alto puesto funcionarial en la Administración regional y sigue en contacto, de forma tan discreta como eficaz, con el devenir político regional. Licenciado en Derecho, con amplia experiencia, muy bien relacionado, inteligente y resolutivo, también sería un excelente candidato al puesto. Y, por prudencia, no reiteraré su nombre. Quien tenga oídos, que oiga.

Ya se ve que hay cantera, aunque, cosa curiosa, estas valiosas personalidades pertenecen a una generación anterior a la del presidente. Sería un tremendo error que eso se considerase un demérito. Por el contrario, haber triunfado en pasadas funciones constituye un fiable predictor del éxito futuro. Suele decirse que de los fracasos se aprende, pero yo añado que los éxitos fortalecen. Y eso es lo que se necesita en el futuro equipo de Miras. El presidente ha demostrado una extraordinaria capacidad para adaptarse a los bruscos giros políticos por los que nuestra comunidad ha pasado, pero se hace imperativo reforzar la gestión con personas de probada eficacia. Ese es el reto.

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