Javier Celdrán, a principios de junio, en una entrevista con 'Murcia Plaza'. Foto: JUANCHI LÓPEZMURCIA. Es la legislatura más imprevista que se recuerda, pero nadie se esperaba esta última sorpresa. A primera hora de la mañana del viernes, el consejero Javier Celdrán, uno de los hombres fuertes del presidente de la Comunidad, comunicaba su marcha irrevocable a Fernando López Miras. Se lo dijo in situ en el propio Palacio de San Esteban, poco antes de participar en la habitual reunión del Consejo de Gobierno, en la que trasladó la noticia al resto de compañeros. Su anuncio dejó atónitos a todos. Poco después comparecían ante los medios de comunicación la portavoz del Ejecutivo regional, Valle Miguélez, y el responsable de Salud, Juan José Pedreño. El propio Celdrán, presente en la sala de prensa, se sentó en primera fila mientras los escuchaba despachar los temas del día. No hubo ninguna mención a la dimisión del consejero en los 30 minutos que duró la rueda de prensa hasta que, terminada la ronda de preguntas, Miguélez, con rostro serio, indicaba: "Antes de terminar, sí que me gustaría invitar a que suba el consejero de Economía, Hacienda y Administración Digital para dirigir unas declaraciones". Celdrán se acercó al atril, se cambió de mascarilla y 'soltó' el misil informativo del día: dimitía por "razones personales".
La noticia pilló con el pie cambiado a toda la clase política regional. No sólo en el propio seno del Gobierno, también entre los partidos de la oposición. Después de las turbulencias que había dejado la moción de censura y sus profundas secuelas (cambio de socios políticos, remodelación de Gobierno, nuevas aritméticas parlamentarias), el Ejecutivo murciano había iniciado de facto una nueva era en la legislatura, marcada por una mayoría parlamentaria que le concedía una cierta estabilidad. Los Presupuestos, tan necesarios en el año de la recuperación económica, eran la primera piedra. Después, el freno legal que impedía a López Miras optar a la reelección se solventaba con una reforma aprobada de forma exprés que derogaba la limitación de mandatos de los presidentes. El Gobierno parecía encaminado a marcharse al verano sin sufrir más sobresaltos.
Pero de nuevo saltó la sorpresa en San Esteban, una de las reacciones que más ha dominado el curso político en este 2021: en enero estalló el escándalo de las vacunas, que aparejó la dimisión del consejero Manuel Villegas y la salida de la cúpula de Salud; en febrero renunciaba la consejera de Transparencia Beatriz Ballesteros alegando la falta de confianza de sus compañeros de partido; y en marzo explotó la gran bomba de este periplo, la moción de censura de Ciudadanos y PSOE contra López Miras. "Yo ya me lo espero todo", bromeaba un colaborador cercano a los consejeros. Pero el adiós de Celdrán no. Entre los miembros de su equipo, preguntados por Murcia Plaza, reconocían que en parte sí es una sorpresa pero al mismo tiempo admitían que quienes trabajan a su lado saben que "eso era algo que estaba ahí porque la gestión pública le quitaba mucho tiempo, tiempo que obviamente le quitaba a la familia...".
En los mentideros políticos comenzó a circular el comentario de que la salida de Celdrán se debía a que había "perdido la esperanza de ocupar el cargo de presidente" después de que Miras despejara su futuro y tras ver cómo Marcos Ortuño ejercía un papel destacado con la cartera de Presidencia. Otras fuentes cercanas al entorno de Celdrán lo negaban tajantemente: sus razones son absolutamente personales y familiares. El propio consejero así lo defendió públicamente: "Este es un compromiso profesional sin días ni horas, exigente y, en ocasiones, ingrato. Supone un duro sacrificio personal y familiar". Para él, la política significa "renunciar a muchas cosas importantes de la vida". Entre ellas, apostilló, "el crecimiento y los mejores momentos de mis hijos, de mi familia y de mis amigos. Lo que a veces olvidamos que es lo más importante de nuestras vidas".
Nacido en Ceutí (1974) y padre de tres hijos, Celdrán relataba su renuncia sin poder ocultar la emoción. Explicó que era una decisión "muy meditada y muy difícil" y adujo que una vez que los Presupuestos ya entraban en vigor, iniciada una etapa de "estabilidad política" y con la lucha de la pandemia ya encauzada, era el "momento de hacer un alto en este camino y abrir un nuevo capítulo" en su vida. "Es una decisión personal muy meditada, difícil, en la que les confieso que ha tenido mucho peso la opinión de los que más quiero: mis hijos y mi familia", aseguró, entrecortándose en las palabras.
Celdrán llegó a la primera línea de la política hace ocho años, en 2013, de la mano de Pedro Antonio Sánchez (PAS), entonces consejero de Educación y Cultura, y que le nombró jefe de Gabinete. Después fue designado director del Instituto de Fomento (Info), ya con PAS como máximo mandatario, de quien elogió que era "otro extraordinario presidente del que tantísimo aprendió". Fue una etapa, agregó, en la que acometió "retos apasionantes" en un área que es su "verdadera vocación, la empresarial". En 2017, con la salida de Pedro Antonio y la entrada de López Miras, Celdrán fue designado responsable de Turismo, Cultura y Medio Ambiente. Después en 2018 pasó a ser titular de Empresas, Universidades y Medio Ambiente.
Y en 2019, ya con el nuevo Gobierno en coalición, ocupó dos de los departamentos con más peso en la Comunidad, dada su importancia tanto política como económica: Hacienda y Presidencia. Celdrán se había convertido en el consejero de máxima confianza del presidente, a quien este viernes definía como su "amigo". De hecho, tras la salida de Villegas, era el único consejero que continuaba al frente desde los inicios de Miras en San Esteban. No obstante, en el pasado mes de abril, con la remodelación del Gobierno, Celdrán había perdido influencia política al dejar la cartera de Presidencia -ahora en manos de Marcos Ortuño- para centrarse en una consejería dedicada exclusivamente a la economía regional: Economía, Hacienda y Administración Digital.
Era además uno de los consejeros más críticos con el Gobierno central. Recientemente, en una entrevista con Murcia Plaza, lamentaba la falta de comunicación con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Durante su periplo, ambos departamentos se las han tenido tiesas: el punto más caliente sucedió en enero de 2020, poco antes de la pandemia, cuando la tesorería de la Comunidad quedaba intervenida por el Estado después de que el Ministerio de Hacienda le comunicara que retendría las transferencias del Estado para hacer frente al pago a los proveedores. Mientras tanto, la deuda de la Región no ha parado de crecer hasta alcanzar nuevos récords (el 37,5% del PIB, rozando los 11.000 millones de euros). Celdrán siempre culpó el incremento al "desigual" sistema de financiación autonómica, otro de sus caballos de batalla.
Una de las primeras reacciones en conocerse fue la de su anterior compañera de Gobierno, Ana Martínez Vidal. La líder de Ciudadanos consideraba que su salida "es una muestra más de que este Gobierno tránsfuga es un barco a la deriva en el que sólo caben personas sin oficio ni beneficio que vienen a la política a medrar, y el ambiente se ha tornado irrespirable". Precisamente Celdrán y Martínez Vidal, que durante casi dos años fueron los principales rostros del Gobierno de Miras, han mantenido negociaciones muy intensas -choques y roces internos incluidos- en el seno del Ejecutivo. Vidal le deseaba "lo mejor en lo personal y profesional" no sin antes subrayar que "el retraso en la tramitación de los Presupuestos regionales y su falta de mano izquierda y de capacidad de diálogo han precipitado la crónica de una muerte anunciada".
Con una opinión totalmente distinta, también fue muy rápido en reaccionar Francisco Álvarez, el hoy portavoz parlamentario del grupo parlamentario de Ciudadanos y excompañero de Celdrán en la Comunidad tras desempeñar durante casi un mes la cartera de Empleo. "Hoy ha dejado el Gobierno regional un gran político y una excelente persona, comprometido con la Región de Murcia", declaraba Álvarez. "Celdrán es un político comprometido, siempre ha estado predispuesto al diálogo y el consenso. Le deseamos lo mejor en su nueva etapa", comentaba, destacando que ha desarrollado "una gran labor durante estos últimos años".
Más duros se mostraron desde Podemos. "Es una salida por la puerta de atrás", opinaba la portavoz del Grupo Mixto y diputada morada, María Marín. "Celdrán se marcha imputado por un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, al aprobar órdenes de veda de caza sin ninguna autorización ambiental". La parlamentaria se refiere a que el Juzgado de Instrucción número 4 de Murcia investiga si se publicaron dos órdenes de veda para la caza sin la pertinente evaluación de impacto ambiental. La denuncia, según reveló la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse), se dirigía contra el actual consejero de Medio Ambiente, Antonio Luengo, y su predecesor en el cargo, el propio Celdrán. Sin embargo, los dos consejeros no pueden ser imputados por el juzgado ordinario, ya que ambos responsables autonómicos tienen la condición de aforados.
Marín recriminó que la trayectoria de Celdrán ha estado marcada "por la pretensión de atentar contra cualquier protección ambiental, utilizando para ello el eufemismo de la Aceleración Económica". Y agregó que la dimisión, que tildó de "forzosa", constituye "un mensaje para todos los que oponen de forma maniquea el desarrollo económico al respeto al medio ambiente". También cuestionó su labor al frente de Economía y Hacienda: "Se va con el triste récord de haber sido el consejero que menos ha ayudado a sus trabajadores y empresas durante la pandemia".
En cambio, Vox, un partido que ahora no guarda su mejor relación con el Gobierno -fue su socio clave para la investidura de Miras y los primeros Presupuestos de 2020, pero ahora ha votado en contra de las cuentas de 2021-, sí destacó la labor de Celdrán. "Le deseamos mucha suerte en su nueva andadura. Ha sido el único del PP que ha cumplido su palabra y uno vale lo mismo que su palabra", elogiaba el líder regional de Vox, Jose Ángel Antelo, quien sin embargo añadía: "Es una lástima para la Región su marcha pero viendo el panorama que impera en ese Gobierno de la factoría se entiende que no quiera manchar su reputación".
Por otro lado, el portavoz parlamentario del grupo Vox, Juan José Liarte, le deseó suerte al tiempo que remarcó que Celdrán "durante años ha estado entregado a tiempo completo y ha desarrollado una gran labor al frente de la Consejería". En su opinión, "es razonable que al cabo del tiempo las personas quieran hacer cosas diferentes y desarrollarse personal y profesionalmente en otros ámbitos". Y apuntó que su desempeño ha sido "riguroso y serio", y muy "fiel al Gobierno". Reconoció que aunque han vivido negociaciones de "absoluta tensión", Celdrán nunca "perdió las formas, algo que es muy difícil de encontrar en la política en Murcia".
Por último, ya en la noche, se pronunciaba el presidente regional. En un mensaje publicado en Twitter, Miras escribía: La vida son decisiones, en ocasiones difíciles. Celdrán siempre las ha tomado con honestidad y con corazón; por eso me tiene a su lado. Seguiremos juntos aunque a partir de ahora nuestros despachos estén un poco más lejos. Suerte, amigo. ¡Volveremos a trabajar codo con codo!".
