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educación semipresencial

¿Progresa el curso adecuadamente? Clases telemáticas y conciliación, dos asignaturas pendientes 

28/09/2020 - 

MURCIA. Sara, de 15 años, se levanta a las 8.20. A esa hora la mitad de sus compañeros de 4º de la ESO de un instituto murciano ya están sentándose en sus pupitres. Ella no tiene prisa; ese día no le toca clase presencial. Recordemos: desde 3º de la ESO se va en días alternos al centro. Mientras se prepara un Cola Cao con cereales, y aún en pijama, abre la plataforma classroom para ver qué le toca hacer esa mañana. "Leeros el texto de la página 13 y haced los ejercicios correspondientes", ha indicado el profesor de Lengua. Sara se va a quedar sola en casa -ambos padres trabajan-, así que todo dependerá de su propia responsabilidad a la hora de abordar las tareas que tiene esa mañana por delante. 

"Vístete al menos, ¿no?", le pide antes de marcharse su madre, quien se muestra comprensiva ante el esfuerzo que están haciendo los profesores y la administración. "No me gustaría estar en la piel de los que están gestionando esta situación tan compleja, pero ¿qué pasa con el streaming? Que no me digan que hay clases telemáticas, porque no es así, por lo menos en la mayoría de casos que conozco", dice, al tiempo que teme que se vaya a producir "un agravio comparativo con otros centros que cuentan con más recursos para la docencia online". En fin, cierra la puerta y que sea lo que Dios quiera. Ya llega tarde.

Esta es una de las quejas más habituales de los padres tras una semana de clase real (la anterior fue de adaptación y, bueno, ya se sabe...). El caso es que las clases telemáticas brillan por su ausencia en muchos centros. La consejera de Educación, Esperanza Moreno, no obstante, ha asegurado que "todos los profesores que quieran hacerlo podrán dar clases en streaming", al tiempo que recuerda que su departamento ha adquirido 10.400 tabletas para ser distribuidas entre aquellos alumnos que, según sus propios tutores, lo necesiten; así como 3.000 monitores con webcam para que los docentes puedan impartir las clases online. Pero, al parecer, los profesores no están obligados a que se les grabe durante la clase. Entonces, ¿es cosa de ellos? En la huelga educativa que tuvo lugar hace unos días, los docentes se quejaban, sin embargo, de lo contrario.

"No contamos con medios telemáticos para conectarnos y si los hay, el wifi no lo soporta", decía Sonia Mena, del sindicato STERM. Hay que tener en cuenta que el curso acaba de empezar y que "el material informático que hemos adquirido está llegando a los centros", aseguraba por su parte la consejera, quien ha garantizado "la atención educativa a todos los alumnos" y quien recuerda que existen otras metodologías contempladas para la semipresencialidad, como son determinadas plataformas educativas. Además, insiste en el esfuerzo llevado a cabo para abordar "el curso más complejo y atípico de la historia". 

Sobre todo en la Región de Murcia, que "tiene el dudoso honor de ser la única comunidad de toda España en adoptar la fórmula semipresencial como supuesta medida para el control de la pandemia", apunta, por su parte, Diego Fernández, secretario de Política Educativa de CCOO Enseñanza, que insiste en que la presencialidad es fundamental en la enseñanza y en que la solución de Educación "ha sido quitarse a los niños de en medio".

Conciliar con los más pequeños o cómo elegir "entre muerte o susto"

Otras familias lo tienen aún peor que la de Sara, que al fin y al cabo ya tiene edad para quedarse sola en casa. Es el caso, por ejemplo, de Nacho, de 4 años, matriculado en un colegio público de Murcia. Recordemos también que desde Infantil a 2º de Secundaria hay un día a la semana sin clase. Y que la alternativa es... ninguna. Los padres de Nacho estuvieron mirando algunas de las muchas opciones privadas que están proliferando -escuelas infantiles, academias que se han reconvertido para cubrir esta demanda...-; la broma salía por entre 40 y 60 euros al mes. Finalmente, cuentan que "no hemos querido que nuestro hijo entre en contacto estrecho con otros grupos, porque todas las precauciones en el aula para crear burbuja no sirven de nada si luego se mezcla con otros niños". Así que toca elegir entre susto o muerte, como dice el chiste: unos días, el padre se quedará en casa teletrabajando -"quien alabe esta fórmula, le invito a que lo haga con un niño de 4 años a su cargo; y luego hablamos"-; y otros recurrirán a una tía (hermana de la madre) que se ha organizado laboralmente también para echar una mano. Bendita familia.

Pero aún hay padres que siguen instalados en la incertidumbre. Como el padre de Andrea, de 9 años, también de un colegio público de Murcia, quien todavía no sabe cómo va a solucionar este problema: "Mi madre está con  tratamiento de quimioterapia y es la única que nos podía echar una mano. Me había dejado una semana de vacaciones para el inicio del curso, pero la siguiente aún no sé qué vamos a hacer". También hay padres de profesiones liberales que se pueden llevar al menor a su lugar de trabajo, pero "obviamente, no todo el mundo tiene esa ventaja", nos comenta un diseñador murciano.

¿Llegarán igual de preparados a la EBAU?

Gonzalo está en 2º de Bachillerato, en un IES de Cartagena, con la temida EBAU como colofón de este curso tan raro y desigual. "Me parece un cachondeo que en un curso tan importante como éste se pierdan la mitad de las clases presenciales y ni siquiera las puedan seguir por streaming", apunta su padre, quien se cuestiona "si mi hijo va a llegar igual de preparado a la EBAU que otros alumnos que asisten a centros con más medios". Estos padres, además, han comprado una tableta para que el chico la utilice en horario lectivo, porque "en el ordenador tiene videojuegos, chats con amigos, redes sociales,... y es muy fácil distraerse sin supervisión de nadie".

Pero no todos son quejas. Una madre de un colegio concertado de Murcia cuenta en sus redes sociales, por ejemplo, que su hija siguen online todas las clases a las que no puede asistir. "Yo soy la primera que me quejo, que no comparto las medidas, que no entiendo que un día se queden en casa y que he tenido que dejar de trabajar porque es imposible llevar esto con cuatro hijos, pero creo que entre todos podemos aportar soluciones individuales e intentar ayudar", sostiene. También la madre de una alumna de un colegio concertado de Cartagena aplaude el funcionamiento del centro al que va María, de 16 años, ya que cuando no le toca ir a clase, se conecta desde su ordenador y sigue las explicaciones del profesor, pudiendo intervenir cuando quiera. La rápida adaptación de este colegio a la semipresencialidad se debe a que se trata de un centro que ha apostado por la digitalización desde hace años (sustituyendo, en gran parte, los libros por tabletas y trabajando en plataforma digitales). 

En la Comunidad existe un listado con 60 centros digitales de referencia, al que la Consejería quiere sumar 57 más, que está previsto reciban 14.000 euros cada uno para la adquisición de material para la teleformación. 

Que conste que no todos los centros concertados ofrecen clases telemáticas ni todos los públicos carecen de ellas. Así, por ejemplo, el streaming está a la orden del día en el IES murciano al que asiste África (4º de la ESO), donde desde hace tiempo funciona la enseñanza digital con ordenadores personales, dentro del Proyecto Centros Digitales. Sin embargo, la madre de David, en 3º de la ESO en un colegio concertado de Cartagena, señala que "los días que mi hijo no va a clase no tiene videoconferencias ni nada parecido, lo único que le mandan son deberes; y no de todas las asignaturas. Me parece fatal, porque después de como fue el último trimestre del curso pasado, no deberían haber empezado con un ritmo tan bajo". Eso sí, valora muy positivamente todas las medidas y la planificación con las que cuenta el centro para evitar los contagios.

En este sentido, conviene recordar que la consejera de Educación ha trasladado a la ministra Isabel Celaá "la necesidad de que se modifique el decreto ley de Currículum para poder flexibilizar o adaptar el currículo al que deben hacer frente docentes y alumnos, debido a la situación excepcional en la que los centros educativos se encuentran inmersos con motivo de la covid-19". Y que el Ministerio lo está estudiando. 

Otra cuestión que está sobre la mesa es la reivindicación de la jornada continua por parte de familias de la concertada. Ya son algunos colegios los que han decidido, y sólo para este curso, solicitar el cambio de jornada -a lo que instaban las consejerías de Educación y Salud en el acta de la comisión de seguimiento de la pandemia del 17 de septiembre- para "disminuir los procesos de movilidad, transporte y afluencia puntual en los centros". No obstante, en la misma acta se indicaba que hasta el momento "no existen datos ni evidencias que hagan suponer que mantener la jornada partida conlleve un mayor riesgo ante el contagio que la jornada continua". Que es como decir, finalmente, que cada centro decida.

Son muchas las cuestiones para que este curso progrese adecuadamente... pero también hay que tener en cuenta que esto sólo acaba de empezar y que nadie sabe con certeza cómo va a acabar. Mientras se informa diariamente del goteo de positivos en centros de la Región -era previsible-, los alumnos de Lorquí se incorporan esta semana a sus clases presenciales después de haber iniciado el curso de forma virtual; como también lo hicieron los de Totana, Lorca y Jumilla que todavía, y hasta nueva orden, no pueden pisar aún las aulas. Un curso complejo y atípico, sí, sobre el que hay muchas opiniones controvertidas y en el que habrá que poner "mucho corazón", como dice siempre, y ahora más que nunca, Rubén Escavy, director de la Unión de Directivos de Educación Infantil y Primaria (Direcmur). 

    

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