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Miguel ángel serrano. Este viernes en el villegas

El murciano que baila con La Fura dels Baus: "Lo más duro de esta profesión es aceptar que tu cuerpo envejece y tu mente no" 

20/02/2020 - 

MURCIA. Ha bailado sobre la historia que emanaba de un mosaico romano; ha danzado en las ruinas de una basílica en Viterbo; ha tenido como decorado una antigua estación de tren en Florencia; ha sido Romeo durante 25 años; ha ido a San Petersburgo como solista invitado; fue coreógrafo y director artístico del Mundial de Patinaje Artístico que se celebró en Murcia,… y ha trasladado al flamenco la música de Bach en un espectáculo de La Fura dels Baus. Todos esos momentos no se perderán en el tiempo -al contrario de lo que le ocurría al replicante de Blade Runner-, porque son “experiencias enriquecedoras y maravillosas” que ya forman parte y consolidan la trayectoria del bailarín murciano Miguel Ángel Serrano.

Algo que se podrá comprobar en Free Bach 212, que La Fura dels Baus presentará este viernes, a las 21.30 horas, en el auditorio regional Víctor Villegas, un espectáculo en el que el bailarín de Alhama de Murcia se permite “salir de los cánones tradicionales de la danza española y el flamenco, y meterme en un papel más interpretativo, con una carga expresiva importante, y donde prima la calidad dramática”. Después de aclarar que en esta obra, codirigida por Miki Espuma y David Cid, “todos somos protagonistas y cada uno tenemos nuestro espacio”, Miguel Ángel Serrano explica que “soy el único bailarín y, encima, murciano. ¡Olé! Y generado en Murcia, porque estudié en el Conservatorio de la ciudad”.

El artista murciano cuenta que la inclusión de la danza en este espectáculo se debió a Vicenta Hellín, que “es promotora del mismo y mi manager”, ya que cuando se estrenó en San Javier en 2016 tuvo la idea. “Y ahí aparecí yo, que iba a hacer una colaboración puntual. Pero les encanté y La Fura me dijo que me iba con ellos en la mochila”. “Este espectáculo es para mí como una cajita de muñecas, porque es más pequeño, no tiene las dimensiones de otros montajes de La Fura, que se hacen en naves o espacios alternativos. Free Bach 212 se representa normalmente en teatros, aunque también en otros escenarios como han sido, por ejemplo, las ruinas de una basílica romana en Viterbo o una antigua estación de tren Florencia”.

Enamorado de la música de Bach

      

Serrano añade que este montaje, una interpretación libre de la partitura original de la Cantata de los campesinos de Johann Sebastian Bach, es diferente a todo lo que había hecho antes la transgresora compañía catalana, aunque “con sus toques fureros, como la música electrónica en directo que crea Miki Espuma o con el impacto visual que es obra de David Cid; hay mucha proyección y la parte visual explica muchas cosas; es como el sello de La Fura para romper y despertar la mente”.

“Musicalmente es una verdadera joya, yo estoy enamorado, pero ¿quién no se enamoraría de Bach, uno de los grandes genios del Barroco? Sólo hay que sentarse, relajarse, escuchar y disfrutar”, asegura el bailarín, que a pesar de las giras que realiza con La Fura -dentro de poco se irán a Budapest y Alemania- sigue residiendo en Murcia, donde lleva 25 años formando parte de la Compañía Murciana de Danza, como bailarín principal y ahora también como director adjunto; con ella representará el 15 de mayo La zapatera prodigiosa en el Teatro Circo de Murcia, con coreografía de la directora de la compañía, Olivia Bella, y dirección escénica de ambos.

Además, forma parte de la Compañía Lírica Española y de Minimondo, y es profesor en ADN Centro Educativo, donde la danza es una asignatura curricular. “He tenido la suerte de quedarme aquí y hacer todas estas cosas”, cuenta, aunque reconoce que “hay que salir fuera, porque no se puede vivir sólo del baile en la Región”. Él lo hizo en su momento. Recuerda que estuvo en Madrid en la compañía de Antonio Márquez y un año contratado en Cerdeña llevando el baile a ruinas que estaban cayendo en el olvido. “Bailábamos en ruinas romanas o en monasterios de la Edad Media. ¡He pisado con mis propios pies un mosaico romano! Imagínate lo que es eso, ¡historia pura!”. 

Miguel Ángel Serrano no habla de grandes proyectos porque dice ser “de los del presente y de los de seguir trabajando” y porque asegura que “no tengo muchos delirios de grandeza, nunca los he tenido, he sido bastante sencillo y humilde”. Añade que “lo de La Fura ha sido como un regalazo, porque cuando empezamos yo tenía 37 años (ahora va a cumplir 41) y ya estaba pensando en dejar de bailar; y el caso es que no paro y estoy fuerte”. Además, considera que “la experiencia te dota de una mayor sabiduría, de tablas y de una mayor dramaturgia sobre el escenario”. No obstante, el bailarín murciano asegura que “lo más duro de esta profesión es el entrenamiento diario y aceptar que tu cuerpo envejece y tu mente no. Eso es terrorífico. Pero a mí de momento me funcionan las rodillas y no me siento mayor”. También destaca la vida ambulante del artista, que implica estar mucho tiempo fuera.

El baile puede ser como el yoga

     

Lo más satisfactorio es, por otra parte, “el aplauso y poder representar personajes que no tienen nada que ver con tu vida, tu filosofía, tu ideología o tus sentimientos. Eso te ayuda a entender el mundo desde otra perspectiva. Representar a Romeo me ha hecho muy asertivo”. También subraya “la valentía y la fuerza que te aporta el escenario; si tienes que actuar con 38 de fiebre o con un tirón en la espalda, lo haces”. Pero aclara que “el bailarín en escena no está sufriendo, está disfrutando, porque el dolor que pueda sentir, aunque suene algo masoquista, te hace ser consciente de tu cuerpo y entenderlo. Tenemos una consciencia corporal muy grande que nos sirve para la vida cotidiana”. 

De hecho, considera que “ser conscientes mental y corporalmente es muy importante y la danza te lo da. Si lo haces bien puede ser como el yoga, con una consciencia también espiritual. Por eso, el baile engancha y no queremos dejar esta profesión”.

De momento, Miguel Ángel Serrano quiere “seguir disfrutando de lo que le está pasando” y de que la danza “me siga abriendo el corazón y la mente”.  Y, como diría el replicante de Blade Runner, de seguir viendo cosas que vosotros jamas creeríais.

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