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impartida por la bailarina Cynthia de Andrés y el actor Norberto Samper

Una escuela de verano singular: el éxito de las artes escénicas en San Pedro del Pinatar

23/05/2024 - 

SAN PEDRO. Cada vez que llega el verano, los padres se ‘rompen’ la cabeza pensando como pueden llenar el tiempo de sus hijos mientras ellos trabajan. En los últimos años, y gracias a las ayudas de las instituciones, muchos ayuntamientos ofertan escuelas de verano para que, de forma gratuita, puedan dejar a sus hijos vigilados y entretenidos sin tener que recurrir a familiares o personas contratadas con los que tenerlos ocupados.

Entre estas escuelas de verano, destaca la de Artes Escénicas de San Pedro del Pinatar. Es la tercera edición de este ‘campamento artístico’, dirigido a niños de entre 6 y 12 años, surgido tras la pandemia y que desde su comienzo ha ido ganando seguidores hasta el punto de que las plazas volaron esta semana al segundo día de la apertura de plazas. "Impartimos teatro, danza y artes plásticas. Cada semana visionamos una película, los niños fabrican el decorado, ensayamos un baile e interpretamos a los personajes. Pueden ser musicales o películas Disney, de la que extraemos alguna canción y a partir de ahí trabajamos. Te diría que el 80% de los que se apuntan repiten", señala Norberto Samper, actor y fundador de ‘La higuera de la poca vergüenza’, escuela de artes escénicas de San Pedro que dirige junto a su pareja, la bailarina Cynthia De Andrés.

‘La higuera de la Poca Vergüenza’ es un espacio creativo, artístico y social situado en el centro de San Pedro del Pinatar en el que conviven una escuela de Artes Escénicas en el que se imparten cursos y clases de teatro, danza, pintura, música; la Sede Oficial de la Compañía Artística profesional multidisciplinar “La higuera de la Poca Vergüenza”, dedicada al teatro, la animación, la danza y la educación; y una una oferta teatral con una amplia Programación llena de eventos con mucha personalidad, exposiciones, teatro, festivales, música, proyectos audiovisuales, conferencias, charlas, talleres, actividades lúdicas y educativas y actividades para familias. “Nuestro objetivo principal es ser motor de cambio cultural y educativo basado en las artes, ofreciendo experiencias culturales innovadoras y significativas y formas de aprendizaje alternativas y diferentes que enriquezcan la vida de las personas y fortalezcan la sociedad”, apuntan desde el centro artístico.

La escuela de verano se imparte en el Centro de Ocio y Artes Emergentes Juan Martínez Juliá del 1 al 31 de julio. "En los años que se ha impartido ha tenido un gran éxito. Además de que alguno en un futuro quiera dedicarse a eso, trabajan la expresión emocional, las habilidades sociales y como expresarse en público", apunta el concejal de Juventud, Valentín Henarejos. "Un ejemplo gráfico de lo que puede lograr una escuela de artes es una niña que tuvimos que al llegar hablaba poco, tartamudeaba, apenas interactuaba…Y cuando terminó el curso su cambio fue radical, hablaba con fluidez, interactuaba con el resto de niños…La madre estaba encantadísima", señala Samper. "Aprenden dominio del lenguaje y de expresarse en público. Los niños se liberan. Trabajan la memorización y potencian la imaginación", añade el actor.

Además, los niños que participan desarrollan un sentido del compromiso y del trabajo en grupo poco habitual en edades tan tempranas. "Ellos tienen claro que el viernes de la semana se graba lo trabajado. No falta nadie ya venga ese día su primo o el mejor amigo del colegio. Tiene una presión y una responsabilidad para sacar el trabajo adelante. Nadie les presiona, son ellos mismos los que se cargan esa responsabilidad”, apunta Norberto.

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