MURCIA. Cambios en la dirección comercial de Symborg. La empresa murciana especializada en tecnologías microbiológicas para el crecimiento de los cultivos ha decidido prescindir del actual responsable de este departamento, Adriano Carneiro, una posición que queda vacante por el momento.
Y es que será Raphael Godinho, el recién nombrado general manager de Symborg tras su adquisición por parte del gigante norteamericano Corteva, quien se haga cargo de las competencias de este puesto. De esta forma, la firma pretende ganar en agilidad y cercanía al centralizar desde la sede de Murcia todas las decisiones.
"La semana pasada terminé mi ciclo en Symborg, una empresa joven, vibrante e innovadora. Fueron casi 3 años de mucho aprendizaje, sobre todo cuando estuve en campo con el equipo comercial que destila conocimiento. Esto lo llevaré conmigo para siempre y por eso, ¡muchas gracias a todos! Estoy seguro de que tendrán un futuro brillante por delante. Ahora toca "vaciar el vaso" y renovar energías para los retos del futuro", manifiesta Adriano Carneiro a través de sus redes sociales.
Adriano se incorporó a la firma murciana en septiembre del 2020 como director general de la compañía en Brasil, país del que es natural y donde había una notable experiencia dentro del sector agrícola. Menos de un año más tarde, en abril del 2021, Carneiro ascendió hasta la posición de director comercial, desde donde ha liderado hasta ahora las nueve filiales de Symborg.
Corteva ya controla desde el pasado mesa de marzo la biotecnológica murciana Symborg. De esta forma, la multinacional americana tomó las riendas del negocio, que está liderado desde entonces por Raphael Godinho como nuevo General Manager.
Godinho llegó a Symborg tras cinco años ligado a Corteva, donde ocupaba el cargo de Global Product Manager & Global Program Leader en productos biológicos. Este perfil profesional llega a la firma murciana tras más de 18 años de trayectoria en el mercado de la protección de cultivos, donde ha acumulado experiencia en Latinoamérica, Asia y Europa.
No obstante, aún tiene que afrontar el reto de la integración en la multinacional americana que también ha comprado Stoller, en lo que se espera que derive en "la compañía biotecnológica más valiosa de todo el mundo".