MURCIA. Sin duda alguna, uno de los grandes retos que nos ha dejado la actual pandemia es el de la digitalización, tanto a nivel de empresas e instituciones como a nivel de personas. Según la última investigación realizada sobre la sociedad digital (Fundación Telefónica), la capacitación digital de los españoles es un asunto muy mejorable, ya que nuestro país se encuentra 3,5 puntos por debajo de la media europea en cuanto a capacitación digital de sus ciudadanos.
Esta situación empeora considerablemente si nos enfocamos en el segmento de las personas mayores, donde podemos comprobar que todavía queda mucho trabajo por hacer, ya que no solo es necesario tener en cuenta el uso de la tecnología sino también las capacidades con las que las personas cuentan para hacer un uso adecuado de la misma. Según los datos extraídos de Eurostat (2020), tan sólo el 6,5% de los mayores de 65 años cuenta con dichas destrezas digitales.
"un 20% de los mayores de 65 años usa Internet y las redes sociales con frecuencia"
Una posible causa de este bajo porcentaje la podemos encontrar en el hecho de que la mayoría de este segmento de la población alegan la «no necesidad» como la principal justificación para no utilizar dicha tecnología. Evidentemente, todavía no conocen las aportaciones, que tanto la tecnología como la digitalización, pueden hacer en sus vidas, mejorando la calidad y autonomía de las mismas a través una gran variedad de aplicaciones. Por ejemplo, les pueden ayudar a mantener el contacto con familiares y amigos mediante videoconferencias, redes sociales o correos electrónicos, u ocupar su tiempo libre de una forma más entretenida, ya sea para obtener información de su interés o para divertirse jugando.
En este contexto podemos afirmar que, en nuestro país, existe una brecha digital que está dejando atrás, principalmente, a las personas mayores de 65 años, cuyas habilidades para aprovechar las oportunidades que brinda la transformación digital, son relativamente bajas en comparación con otros colectivos más jóvenes. Prueba de ello es que solamente un 20% aproximadamente de los mayores de 65 años usa Internet y las redes sociales con frecuencia. Por ello, es bueno recordar que, tanto en el momento presente como en el futuro, para nuestros mayores tener acceso y saber manejarse en este nuevo entorno digital y tecnológico, es un tema fundamental.
Por otra parte, es muy probable que, en un futuro no muy lejano, el éxito empresarial va a estar ligado en gran medida al papel que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) juegue en la estrategia de la empresa, a la hora de responder a los retos, tantos presentes como futuros, de la sociedad. Estos retos son motivados por mega tendencias, como por ejemplo la conservación del planeta, o también por llevar adelante propuestas de solidaridad y compromiso social. Es precisamente en este punto del compromiso social, donde las empresas, a través la su RSC, pueden desarrollar planes de acción social que tengan como objetivo principal facilitar una mayor capacitación digital de las personas mayores. Teniendo en cuenta, que ellos forman parte de sus grupos de interés como consumidores de sus productos y servicios, y, además, como miembros de la comunidad.
Para llevar adelante dicha labor, también van hacer falta ONG que colaboren con las empresas para canalizar las ayudas que permitan reducir la brecha digital que se ha generado en este segmento de la población. Sin duda alguna, esta colaboración no solamente va a beneficiar a nuestros mayores y a la sociedad en general, sino también a las propias empresas y ONG que se comprometan en alcanzar dicho objetivo.
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