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rosa intenso / OPINIÓN

Brecha digital y exclusión social

5/11/2021 - 

MURCIA. En 2010 el Ministerio de Educación puso en marcha un proyecto cuatrienal dotado con cien millones de euros anuales para coadyuvar a las comunidades autónomas a la digitalización de centros educativos y hogares porque los investigadores señalaban que el acceso -o no- a las nuevas tecnologías sería en el futuro una nueva forma de exclusión social. El programa contemplaba la formación del profesorado, vocacional y experimentado, pero nativos analógicos y dotar de las herramientas adecuadas a profesorado, centros y familias facilitando además en los hogares el acceso gratuito a Internet cuatro horas al día.

Murcia y Madrid, críticas con el programa, decidieron no sumarse y renunciaron a la cofinanciación del Ministerio.  

El tiempo primero y la pandemia después han demostrado que Escuela 2.0  -así se llamaba- fue una forma eficaz de abordar la vulnerabilidad de muchas familias ante las nuevas tecnologías y la brecha digital que se empezaba a producir entre estudiantes.  

En el colegio todos los alumnos tienen las mismas herramientas pero, durante el aislamiento por la pandemia, el 14% de los 8 millones de alumnos que tenían que estudiar y conectar con sus profesores desde casa no tenían acceso a Internet o no disponían de ordenador.

Los datos hoy evidencian el tremendo error de entonces: mientras en País Vasco, Extremadura, Galicia… en centros públicos la ratio de alumnos con conexión a internet está en 1,7 alumnos por ordenador, en Murcia es de 5,7 y en Madrid 6,5. Los segundos por la cola.

"Esta región tiene que dar el salto a la escuela presencial-digital"

Los estudios (Ministerio, Fundación BBVA…) coinciden en que, incluso cuando los jóvenes disponen del material informático, el escaso conocimiento de las familias de su manejo supone un lastre para el aprendizaje de los hijos y demuestran que, además del capital cultural de los padres, también la competencia digital de éstos influye -para bien o para mal- en los resultados académicos de los hijos. Muchos padres manejan wasaps, Facebook… pero no saben ayudar a sus hijos a descargar un archivo, a buscar y organizar contenidos; no saben enseñarles un uso crítico, creativo y seguro de las nuevas tecnologías.

Por su parte, el profesorado se ha visto inmerso de golpe en una enseñanza online sin medios técnicos y sin materiales adecuados y todo ello les ha generado un tremendo estrés y desasosiego que es imprescindible evitar.

Esta región tiene que dar el salto a la escuela presencial-digital y además los centros educativos han de ser un instrumento más para corregir desigualdades. No se trata de repartir unos pocos ordenadores y tabletas entre las familias más necesitadas. Urge un Plan integral de inmersión en el uso de las nuevas tecnologías para profesorado, centros y familias porque no hay vuelta atrás: el futuro es digital y online, no puede ser excluyente para el 30% de nuestros jóvenes y sus familias.

Rosa Peñalver Pérez. 

Docente. Jubilada.

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