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crónica política

PP y Ciudadanos, la alianza natural de los disgustos

La ruptura de Ceutí vuelve a evidenciar la difícil convivencia de populares y naranjas en sus gobiernos locales

22/05/2022 - 

MURCIA. En su día se consideró una alianza natural, una unión lógica por su cercanía ideológica y sus coincidencias en los programas electorales. Era el año 2019. El PP de Pablo Casado, que se proclamaba liberal, afrontaba su primera cita con las urnas; Ciudadanos de Albert Rivera, que se definía a sí mismo como el auténtico liberal, se lanzaba directo a dar el sorpasso. Ambas fuerzas, inmersas ya en una era sin mayorías absolutas, parecían condenadas a entenderse. Además, la formación naranja escoraba su vocación de centro hacia la derecha. El PSOE, con quien había pactado en otras época, quedaba relegado. Así lo dejaba claro la entonces ejecutiva de Ciudadanos, señalando el camino a todos los territorios: el socio preferente es el PP, no el PSOE. Aquella directriz condicionó las alianzas de los gobiernos que se constituyeron tras las elecciones autonómicas y municipales, como así sucedió en la Región de Murcia.

Llegado el momento de gobernar, Ciudadanos pactó a diestro y siniestro en la Región, sí, pero claramente se inclinó más por la derecha. Eligió al PP para el botín más preciado, el Ejecutivo regional, pese a que los populares gobernaban desde 1995. En los ayuntamientos también apostó más por el PP. En los diez municipios donde alcanzó acuerdos, seis de ellos se cerraron con el PP frente a sólo tres con el PSOE. A ellos habría que añadir el singular caso de Cartagena, donde se alió con ambos. Así las cosas, Ciudadanos se embarcó en coaliciones con el PP en Murcia, Fuente Álamo, Caravaca de la Cruz, Aledo, Pliego y Cehegín. Y dio su mano a los socialistas en Lorca, Las Torres de Cotillas y Fortuna (en este último ya no gobiernan por una moción de censura del PP).

Aquella ocasión supuso el estreno en el poder de Ciudadanos, entonces un partido de oposición. Formó parte de unos 400 gobiernos municipales de toda España. Fue su primera toma de contacto con la gestión, los bastones de mando, las principales decisiones públicas... y también fue su primera aventura compartiendo responsabilidades con dirigentes de otros partidos. Sin embargo, la experiencia, vista en perspectiva, ha deparado lances traumáticos en la Región. El que parecía el socio natural... luego en la convivencia diaria se revelaría hostil, incómodo, cuando no insoportable. Los choques han acabado, en algunos casos, incluso en divorcio. Así ocurrió en la Comunidad, en el Ayuntamiento de Murcia y ahora en Ceutí. Y otros lugares, como Cehegín, tampoco se han librado de las tensiones.

El golpe más sonado se produjo en el corazón de la capital del Segura: Ciudadanos activaba dos bombas nucleares para desterrar al PP del Gobierno regional y de la Glorieta de Murcia, en alianza con el PSOE, lo que en la práctica significaba una enmienda a la directriz que había marcado la anterior ejecutiva de Rivera. "Nuestro error fue pactar con el PP en 2019", reconocía la entonces líder naranja, Ana Martínez Vidal. El misil, como es sabido, funcionó en Murcia, pero no en la Comunidad. Aquella asonada amenazó incluso con llevarse por delante el resto de municipios coaligados por PP y Cs. Llegó a trascender que había negociaciones "muy avanzadas" -en palabras del PSOE- en Fuente Álamo, Caravaca de la Cruz, Ceutí y Pliego. Todos menos Cartagena, cuyo Ejecutivo resistió (y resiste) incólume, en lo que es uno de los pocos ejemplos de coalición de éxito. Finamente el tsunami no salió de la capital, y el resto de municipios de PP y Cs mantuvieron sus alianzas. Algunos, como Caravaca de la Cruz, exhibieron su unidad públicamente ante las dudas.

Juan Felipe Cano y María Ángeles Martí, en 2020. Foto: CARM

La doble moción de censura que cambió el rumbo de la política (con resonancia en Madrid) enfrentó a las ejecutivas regionales de PP y Cs, cuya relación nunca volvería a ser la misma. Ahora, un año después del terremoto, los diferencias entre populares y naranjas vuelven a salir a la palestra con el reciente caso de Ceutí, cuyo matrimonio ha acabado como el rosario de la aurora. La cumbre mantenida esta semana en Centrofama no sirvió para acercar posturas. Al contrario: las cartas ya estaban marcadas. El PP pedía reemplazar a la candidata a cambio de ceder la Alcaldía; y Ciudadanos no manejaba otra idea que la dimisión de Juan Felipe Cano para que su concejala, María Ángeles Martí, tomara el bastón de mando, tal y como estaba previsto en el acuerdo de gobernabilidad de 2019. El acuerdo fue imposible. El regidor del PP reaccionaba ordenando el cese de la concejala Martí de sus funciones como miembro del Equipo de Gobierno mientras que Ciudadanos se abría a negociar con el PSOE. Y lo que parecía un matrimonio feliz acabó en ruptura abrupta. 

En juego está la que sería la tercera Alcaldía para los naranjas, que a día de hoy sólo presiden las corporaciones de Aledo y la mencionada Cehegín. En Aledo, de hecho, el acuerdo de 2019 incluía que el alcalde, Francisco Javier Andreo, mantuviera el bastón de mando durante los cuatro años de mandato. Antes de Ceutí, también hubo peligro en el traspaso de Cehegín, en julio de 2021, pero finalmente se llegó a buen puerto tras un mes duro de negociaciones. Fuentes del partido naranja aseguran que las roces de las coaliciones responden a casos específicos de cada municipio, de las personas, y "no son cosas de los partidos".

Queda menos de un un año para las próximas elecciones y el futuro no pinta halagüeño para Ciudadanos (a tenor de las encuestas). La formación se aferra a sus gobiernos locales como arma electoral. El PP, en cambio, encarrilla el sprint final en la pole de los sondeos. Ambos tendrán que rendir cuentas ante el electorado de sus gobiernos conjuntos. La alianza entre PP y Cs ha dejado muestras apacibles y prósperas (verbigracia, Cartagena), pero también ha deparado muchos disgustos, más de los que a priori cabría esperar. Y los tiempos ya no son los mismos de 2019: esta vez el socio natural para el PP ya no parece naranja, sino que tiene un color verde y su voz suena allende la derecha. 

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