MURCIA. Quiero hablar hoy sobre un tema que me parece de absoluta relevancia tanto para niños como para adultos y que me encuentro recurrentemente en el ámbito laboral. Numerosos estudios han demostrado que existe una importante correlación entre asertividad y autoestima.
¿Qué es esto de la asertividad? Podríamos definirla como aquella habilidad social que nos permite expresar nuestras necesidades y opiniones de manera clara y respetuosa.
Pues bien, está demostrado que adoptar un comportamiento asertivo puede ayudarte significativamente a sentirte más seguro de ti mismo y a mejorar tus relaciones interpersonales. Cuando nos expresamos con claridad y firmeza, demostramos confianza en nosotros mismos y respeto por nuestros derechos y necesidades, lo cual contribuye positivamente al desarrollo de una autoestima saludable.
En ocasiones me encuentro con personas, normalmente directivos de empresas, que confunden agresividad con asertividad. Debemos tener claro que alguien violento, que falta al respeto, que grita, que amenaza, no es precisamente asertivo; más bien todo lo contrario, probablemente estemos ante una persona tóxica.
También me encuentro con ejecutivos que, en nombre de la verdad, dicen todo lo que piensan sin que se les haya preguntado y sin ningún tipo de delicadeza hacia los otros. A estos los podríamos denominar "sincericidas" y están muy alejados de lo que sería un comportamiento asertivo. Al igual que los tóxicos, los "sincericidas" hacen mucho daño en las organizaciones, equipos y en las relaciones en general.
A continuación, te comparto algunas reflexiones y recomendaciones que te pueden ayudar a avanzar en este asunto tan relevante.
"La asertividad está directamente relacionada con los límites, el arte de saber decir que no y sentirse cómodo con ello"
La asertividad está directamente relacionada con los límites. Podríamos decir que es el arte de saber decir que no y sentirse cómodo con ello. Para ello es fundamental saber lo que uno quiere, lo que no, y saber expresarlo adecuadamente. Desde mi punto de vista, aquí viene una de las primeras preguntas que tenemos que hacernos. ¿Sabemos lo queremos? Es evidente la dificultad establecer nuestros límites (y por lo tanto ser asertivo) cuando no tengo clara la respuesta a esta pregunta.
Llegados a este punto, podríamos afirmar que saber decir "NO" de manera adecuada, mejora nuestra autoestima.
Las personas que tienen desarrollada esta habilidad saben formular peticiones, decir no, argumentar y negociar desde la serenidad y el respeto. Son personas que establecen relaciones de calidad, y es una habilidad fundamental para el liderazgo efectivo en las organizaciones y equipos.
Además de mejorar la autoestima, ¿qué otras ventajas aporta la asertividad? Aquí tienes algunas:
Reduce los niveles de estrés, ya que puedes comunicar tus necesidades y deseos de manera efectiva y reduce el estrés asociado a la acumulación de emociones no expresadas.
Promueve relaciones más honestas y respetuosas.
Ayuda a la gestión de conflictos ya que permite abordar los problemas de manera directa y constructiva, buscando soluciones que beneficien a todas las partes involucradas.
Y además, contribuye a la toma de decisiones que están más en sintonía con tus valores y deseos, lo que te permite tomar decisiones alineadas con tus intereses.
"para mejorar, es necesario poner conciencia, intención y entrenamiento"
¿Se puede mejorar la asertividad? Por supuesto, como cualquier otra habilidad, la asertividad mejora con la práctica y el tiempo. Para ello es necesario poner conciencia, intención y entrenamiento. Puedes comenzar con situaciones pequeñas y a medida que te sientas más cómodo, avanzar hacia situaciones más desafiantes. Aquí te dejo algunos consejos para mejorar tu asertividad:
Sé consciente de tu nivel de asertividad: Reflexiona sobre cómo identificas tus necesidades, cómo formulas tus peticiones y cómo reaccionas ante las peticiones de los demás.
Conecta con tus necesidades. Ten claro lo que quieres y lo que no.
Establece límites claros: Define lo que estás dispuesto a aceptar y lo que no. Comunica tus límites a los demás de manera firme pero respetuosa.
Aprende a expresar tus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara y directa. Utiliza frases como "Yo pienso…", "Yo siento…", "Yo prefiero…".
Sé siempre lo más concreto que puedas: Evita ambigüedades al comunicarte.
Recuerda siempre tu objetivo. Mantén el foco en lo que quieres lograr.
Añade motivos a tus peticiones: Explica por qué es importante para ti.
Practica una escucha activa: La asertividad también implica respetar las opiniones y necesidades de los demás.
Aprende a decir "no": Si algo no se ajusta a tus necesidades o límites, aprende a rechazarlo educadamente.
Maneja el conflicto de manera constructiva: En lugar de evitar el conflicto, abórdalo de manera asertiva para encontrar soluciones mutuamente beneficiosas.
Por último, te animo a que empieces tu entrenamiento hoy mismo dando pequeños pasos, poniendo conciencia en tu asertividad y aplicando alguno de los puntos anteriores. Ten muy presente la distinción entre asertividad y conductas agresivas o "sincericidas". Recuerda que trabajando tu asertividad mejorarás tu autoestima y la calidad de tus relaciones, y además, en el ámbito profesional, conseguirás mejorar la gestión de conflictos, los niveles de estrés y la efectividad de tu liderazgo.