MURCIA. Diez años haciendo canciones. Y un quinto disco que ve la luz este jueves. La banda cartagenera Nunatak es un ejemplo de cinco músicos que son fieles a sí mismos y hacen lo que les gusta, contra viento y marea, capeando pandemias y compaginándolo como pueden con las familias y los diferentes trabajos. Porque Nunatak -recuerda Adrián Gutiérrez, vocalista y guitarra- no se incluye en ese reducido porcentaje de grupos que pueden vivir de la música. Por eso, ya estaban deseando "parir" este quinto álbum, Nunatak y la isla invisible, y poder presentarlo en esas salas que tanto echaron de menos con su anterior disco, Nunatak y las flores salvajes. En Murcia lo presentarán el 10 de abril en el Teatro Circo de Murcia -"un buen aperitivo para las Fiestas de Primavera"- y en Madrid, el 21 de abril en Lula Club.
Ya solo el título del disco contiene un mensaje que envuelve todo el trabajo: se trata de canciones que ponen la lupa en "todas aquellas cosas importantes de la vida, aunque muchas veces sean invisibles, intangibles o queden ocultas por el ruido y el estrés que nos rodea". Además señala Adrián, esa 'isla invisible' es una metáfora de lo que es la banda para sus componentes -Gonzalo, Alex Dumdaca, Nando y Pedro-, "un lugar que nos une y aisla de todo ese ruido".
En cuanto al sonido, el vocalista de Nunatak apunta que "hemos dado un salto bajo la producción de Paco Loco, logrando un sonido más profundo, con más aristas, más vivo y auténtico. Nos hemos querido alejar de ese sonido indie de festival". Porque estos cartageneros lo que quieren, en definitiva, "es hacer las canciones que nos gustaría escuchar a nosotros, de las que seríamos fans y de las que nos podamos sentir orgullosos".
En las letras, Nunatak da un paso más en la madurez que es fruto de toda una década de trayectoria, narrando historias en las que reivindican lo auténtico y reflexionan sobre una sociedad que vive con ansiedad y likes. Ya sé quién soy, no quiero tus consejos. Ya sé quién soy y no me importa el resto, cantan en Cierra al salir.
Nunatak y la isla invisble ha tenido tres sigles de adelanto, cada uno con un estilo y una temática completamente diferente al anterior, evidenciando que los cartageneros siguen siendo expertos en crear canciones sin ataduras ni etiquetas, manteniendo siempre esa mezcla de influencias, sensibilidades y orígenes en la que vive su música. En Cierra al salir invitan a reflexionar a golpe de rock sobre esa nueva realidad plagada de pantallas, necesidades creadas y estrés. En Lento y sucio dan paso a una composición cargada de sensualidad e intimidad, a través de un ritmo pausado. Y en Sigo corriendo se aventuran en una producción natural y minimalista que deja todo el protagonismo a la melodía, mientras la letra habla de cómo la nostalgia, el trauma o el paso del tiempo moldean el presente.
"Somos unos veteranos que ya peinamos canas y poco pelo", bromea Adrián Gutiérrez sobre el hecho de que yan son diez años sobre los escenarios, "peleando y disfrutando", y sin perder la ilusión por compartir su música con los muchos seguidores con que cuenta la banda que, entre otras muchas canciones, es autora del considerado 'himno del Mar Menor', el tema Sol y Sal, en el que colaboraron artistas de la talla de Miguel Ríos, Rozalén, Morgan o M Clan, entre otros muchos.