Hay espacio

MURCIA. Me dan un poco igual las siglas y el color. Por encima de todo soy liberal, y también, por qué no decirlo, progresista como mi buen amigo Edmundo Bal. Liberal-social demócrata. Defensor del Estado de bienestar, de las políticas públicas y de no dejar a nadie atrás, pero también muy convencido de que un país sin clases medias, sin pymes, autónomos y empresas que generan empleo y tiran del carro, está abocado al fracaso. Por tanto, hay que darles facilidades administrativas, reduciendo trámites burocráticos y fiscales. No podemos coser a impuestos a nuestras pymes y autónomos. La mayoría de ellos ya no pueden más.

Y me consta que hay muchísima gente como yo, si a eso le sumas el centro, la transversalidad, la moderación, el pacto y el consenso que representamos. No me cabe duda que un partido como el nuestro tiene su espacio, un espacio que no será de 60 diputados, pero tampoco de 0. Estamos llamados a entrar en las instituciones para condicionar políticas y ser útiles a los españoles y a los murcianos.

"desde que estamos de manera testimonial el ruido, el tono agrio y la confrontación son el pan nuestro de cada día"

Así lo hemos demostrado, sin ir más lejos en la Región de Murcia. El otro día en una tertulia radiofónica mi querida amiga Rosa Peñalver me echaba en cara que nos equivocamos al pactar y tal… Y yo le decía que podía ser, ¿quién no se ha equivocado? Yo recordaba a Felipe González en el affaire de la OTAN diciendo una cosa y la contraria; también recordaba al PP y al PSOE echados ambos durante más de veinte años en manos de Pujol y del PNV. Haciendo el Estado dejación de funciones en Cataluña y en el País Vasco. De aquellos barros… O sin ir más lejos, ni remontarnos al pasado, el propio Sánchez echado en brazos de Bildu, con los que ha sacado a delante una vergonzosa y delirante ley de memoria democrática, en la que se pretende blanquear a ETA. Así que si hablamos de pactos, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, con el añadido de que los dos grandes partidos están plagados de corrupción. Sin embargo, Cs ha gobernado en cuatro comunidades y en centenares de ayuntamientos, y ni un solo caso do corrupción.

También le recordaba a mi apreciada Rosa Peñalver que ella fue presidenta de la Asamblea gracias a nosotros. Teníamos la llave de la Comunidad. Podíamos haber pedido lo que hubiéramos querido, no sería por ofrecimientos. Sin embargo, apoyamos la lista más votada (estaba en nuestros estatutos) para San Esteban y a una mujer, además del PSOE, para que presidiera el Parlamento regional y hubiera verdadero contrapeso, y no fuera un títere del Gobierno como pasa en la actualidad. Y a cambio no pedimos para nosotros puestos ni sillones, sino políticas útiles para los murcianos, manteniéndonos en la oposición como vigilantes y garantes de que se cumplieran. Así pudimos modificar la hasta entonces injusta ley electoral, eliminamos los aforamientos siendo la primera comunidad de España (punta de lanza de la regeneración), sacamos a un presidente inmerso en problemas con la corrupción, eliminamos el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, sacamos adelante la Ley de Vivienda, Ley de Transparencia, Ley LGTBI, gratuidad de libros de texto, de renovables. Y terminamos la legislatura con el nuevo Estatuto de Autonomía, que nos metía de facto a los murcianos en el siglo XXI en cuanto a reconocimiento de derechos. Y en la presente legislatura se sacó adelante la ley del Mar Menor, que ya venía trabajada e impulsada por Cs. Nada de esto hubiera sido posible sin nuestra presencia en las instituciones. De hecho, desde que estamos de manera testimonial el ruido, el tono agrio y la confrontación son el pan nuestro de cada día. Eso sí, mucho grito, pero nadie escucha. Y de negociación, pacto o consenso, nada de nada. Sinceramente creo que son muchos más los aciertos que los errores, que lógicamente también los ha habido.

Soy consciente de que la moderación y el acuerdo ahora mismo no está de moda. Ahora prima más la trinchera, el ruido y la polarización. Pero tengo para mí que, aunque ahora nos quedemos fuera de algunos parlamentos regionales, debemos de perseverar, mirar al largo plazo. Porque más pronto que tarde los españoles van a volver a mirar hacia nosotros, y debemos estar preparados para servir a nuestro país cuando nos vuelva a tocar.

Miguel Sánchez

Senador por Ciudadanos