MURCIA. Durante los últimos años los consumidores demandan una mayor responsabilidad social corporativa (RSC) a las empresas, que está generando tendencias en los mensajes publicitarios, en la forma de vender y en la propia estrategia corporativa. Esta exigencia de los consumidores ha influenciado a que la transparencia corporativa se haya convertido en un tema esencial. Induciendo a las empresas que quieran lograr la satisfacción, confianza y lealtad de sus clientes actuar de una forma transparente en todo lo relativo al origen de los ingredientes y las características de sus productos. Sin duda alguna, la transparencia, junto con la sostenibilidad, se han convertido en dos conceptos fundamentales para los consumidores, tal como refleja el Informe de Sostenibilidad 2021 de Havas Group Worldwide, donde se manifiesta que los consumidores se han vuelto más exigentes y prestan más atención al impacto medioambiental y social de los productos que compra. Por ello, están realizando un mayor esfuerzo por informarse bien de todo lo relativo a los productos que consumen.
"Las empresas que aplicaN esta técnica intentan disimular el encarecimiento de la cesta de la compra mediante el mantenimiento del tamaño del envase del producto, pero reduciendo SU cantidad"
A pesar de esta realidad, hay empresas que parecen que viven todavía de espaldas a ella. Este es el caso de Campofrío, Colacao, Danone, Pastas Gallo, Pescanova y Tulipán, las cuales han sido recientemente denunciadas (junio 2022) por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ante la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia y Ministerio de Consumo, por practicar la reduflación, es decir, «dar menos cantidad de producto por el mismo precio, en algunos de sus artículos». Las empresas que hayan aplicado esta técnica intentan disimular el encarecimiento de la cesta de la compra, mediante el mantenimiento del tamaño del envase del producto pero reduciendo la cantidad de este. Al utilizar esta técnica de ventas, las empresas reducen costes y aumentan los beneficios, sin que se altere el volumen de ventas en épocas en las que la producción o el consumo se ve reducido por factores externos a la propia empresa. Y aunque tradicionalmente esta técnica suele pasar desapercibida para la mayoría de los consumidores, ya que una gran parte de los consumidores no suele fijarse en la cantidad marcada que aparece en el envase si no se modifica el precio, en la actualidad al estar mejor informados sobre los productos que consumen si se han percatado de esta estrategia de venta.
La reduflación se suele implementar por parte de las empresas en periodos en los que la economía se encuentra en un punto vulnerable, tenemos que recordar que no es algo nuevo y que es totalmente legal, ya que la información que aparece en el envase y etiquetado de los productos cumple con la normativa vigente, pero desde una perspectiva ética puede considerarse como una práctica de competencia desleal y falta de transparencia. Ya que no hay una información clara para el consumidor sobre la subida del precio y esa falta de transparencia altera la competencia, y, además, el consumidor no tiene una información completa sobre la verdadera naturaleza y características del producto, induciéndole a tomar decisiones equivocadas en sus procesos de compra.
Los consumidores quieren que los directivos de las empresas a las que compran sus productos, sean transparentes y sepan "hacer lo correcto" en cada una de su toma de decisiones, y eso implica asumir compromisos con sus consumidores, más allá de generar beneficios para su propia compañía. Por ello, aunque la reduflación sea una práctica legal, los consumidores junto a los organismos reguladores del mercado advierten a las empresas que es una técnica poco ética. Ya que se espera de las empresas la obligación ética de cuidar el fondo y no solo las formas, con la que se comunica con sus consumidores y con la sociedad. Por ello, la OCU se ha propuesto seguir de cerca este fenómeno para garantizar, la legalidad y el comportamiento ético, en el reajuste de las cantidades distribuidas en los productos. Además, aconseja a los consumidores vigilar el peso y el volumen de los productos que consumen habitualmente, para detectar subidas camufladas de precios, pues solo así se podrá saber cuál es la opción realmente más económica.
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