MURCIA. La polémica decisión de Jumilla de abrir la puerta a impedir el uso de espacios deportivos para las fiestas islámicas no es un hecho aislado. Vox, en coordinación con todos sus cuadros presentes en los parlamentos autonómicos, registró el pasado 5 de junio una moción en la Asamblea Regional para instar al Gobierno regional a que prohíba la celebración pública de la Fiesta del Cordero "u otras conmemoraciones similares ajenas a nuestras tradiciones", como así consta en el texto, firmado por su portavoz parlamentario, José Ángel Antelo, registrado en Parlamento autonómico y consultado por Murcia Plaza.
La fecha no es casualidad. Justo un día después comenzaba la conocida como Fiesta del Sacrificio (Eid al-Adha), con la que miles de corderos son sacrificados en las calles de España bajo el rito Halal. Dos semanas después, el día 16 de junio, la moción fue admitida a trámite por la Mesa de la Cámara, si bien nunca llegó a ordenarse para su debate en el pleno y caducó el pasado 21 de julio. Cabe recordar que por esas fechas (desde el 20 de junio hasta el 23 de julio) la Asamblea iniciaba la tramitación de los Presupuestos, un tema que monopolizó la agenda parlamentaria y cuyo acuerdo sellaron PP y Vox precisamente el día 5 de junio.
Jumilla acordó la enmienda el pasado 28 de julio, aunque la caja de los truenos no trascendió hasta el pasado miércoles, 6 de agosto, cuando El Confidencial se hizo eco y todos los medios nacionales recogieron la noticia. Vox, siguiendo la línea acordada por su partido en todo el país, había llevado una moción al pleno jumillano reclamando "la defensa de los usos y costumbres del pueblo español frente a las prácticas culturales foráneas como la Fiesta del Cordero" y pedía para ello la modificación del Reglamento de uso y funcionamiento de las instalaciones deportivas municipales. El PP planteó una enmienda de modificación, "centrándose únicamente en las competencias municipales para este fin", como así detallaban desde el Consistorio. La enmienda del PP salió adelante con 10 votos de los populares, la abstención de Vox y el rechazo del PSOE e IU-Podemos-AV.
Esta medida convierte a Jumilla en la práctica en el primer municipio de España que puede prohibir la celebración de las fiestas musulmanes en lugares municipales si entiende que son actos ajenos "a nuestra identidad", ya que el texto dice así: "Las instalaciones deportivas municipales no podrán utilizarse para actos religiosos, culturales o sociales ajenos a nuestra identidad, salvo que sean organizados por el propio Ayuntamiento".
Una ofensiva de Vox en parlamentos y ayuntamientos
Todo respondía a una campaña nacional de Vox, porque el día anterior a la Fiesta del Cordero anunciaba una ofensiva en "todos los ayuntamientos, parlamentos regionales, Congreso y Senado" presentando una iniciativa para instar al Gobierno nacional y/o autonómico "a prohibir esta celebración pública u otras conmemoraciones similares ajenas a las tradiciones españolas, puesto que se trata de prácticas incompatibles con la identidad y usos y costumbres de España", como así rezaba el comunicado de su partido.
En el caso de la Región de Murcia, donde Vox ejerce en la oposición desde julio de 2024, aunque ha pactado las cuentas con el PP, la formación que lidera Antelo propuso una moción con seis puntos. El primero instaba al Ejecutivo autonómico para que iniciara, "en el ámbito de sus competencias", las actuaciones "tendentes a prohibir la celebración pública de la Fiesta del Cordero u otras conmemoraciones similares ajenas a nuestras tradiciones" porque, esgrimían, "son prácticas incompatibles con la identidad y usos y costumbres de la nación española".
El segundo punto abogaba por reflejar un pronunciamiento de rechazo de la Asamblea Regional hacia "dicha conmemoración" en espacios públicos autonómicos o municipales "por tratarse de una práctica cultural ajena a España". Además, según detalla el tercer punto, pedían el compromiso de la Asamblea para que solicitara a las autoridades competentes que impidan la consolidación de prácticas culturales foráneas que no forman parte de la tradición española y que, a juicio de Vox, "inciden sobre la cohesión social, generando tensiones y conflictos internos, desarraigo y erosión de la identidad nacional".
Asimismo, Vox, en el cuarto renglón, quería que el Gobierno regional "reivindique el respeto de las tradiciones propias del pueblo español en el espacio público frente al avance de costumbres ajenas impulsadas por políticas de cesión ideológica, electoralismo o presión económica".
En concreto, especifica en el quinto punto de la moción que el Gobierno regional "garantice la conservación de las fiestas españolas laborales de ámbito nacional, de carácter retribuido y no recuperable en vigor", que son el 1 de enero, Año Nuevo; 6 de enero, Epifanía del Señor; Jueves Santo; Viernes Santo; 15 de agosto, Asunción de la Virgen; 1 de noviembre, Todos los Santos; 8 de diciembre, Inmaculada Concepción; 25 de diciembre, Natividad del Señor.
Y no sólo ello. También pedían "recuperar las fiestas propias de la Nación Española", de modo que "se reconstruya todo lo derribado en el ámbito festivo": 25 de julio, Santiago Apóstol; 19 de marzo, San José; el Corpus Christi; la Ascensión; 29 junio, Santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Contra el 'halal'
Por último, el texto de Vox igualmente quería instar a la Comunidad a "promover activamente la gastronomía y carnicería tradicionalmente españolas frente a la expansión de los sellos extranjeros como el halal, garantizando el derecho de los consumidores a productos arraigados en nuestra cultura alimentaria y apoyando a los productores que defienden nuestras constumbres, en especial locales".
