Los anuncios televisivos del espectáculo de patinaje sobre hielo Disney on Ice me ha retrotraído a los días de junio del año 1975 en los que llegó hasta Murcia Holiday on Ice, espectáculo emparentado con el anterior que se mostró en fechas tan poco invernales y en espacio tan escasamente vinculado a lo gélido como nuestra Plaza de Toros.
Y lo que resulta más curioso: quien suscribe estos ayeres asistió a aquella infrecuente actividad en alguno de los días que fueron de San Juan a San Pedro hace medio siglo. Esto es, los que discurren del 24 al 29 de junio.
El 'Holiday on Ice' llegó a Murcia en el verano de 1954 y fue anunciado como una fantasía musical inolvidable"
A Madrid llegó el Holiday on Ice en 1952, en pleno mes de agosto, y también con el coso taurino como marco escénico. Se anunciaba como la presencia sobre la pista de 125 campeones del patinaje sobre hielo. Y a Murcia lo hizo por vez primera dos años más tarde, también con la canícula local en todo su esplendor.
La prensa anunció el estreno como “una fantasía musical inolvidable”, que se presentaría en la Plaza de Toros, el sábado día 21 de agosto de 1954, a la tardía hora de las once de la noche. El “grandioso espectáculo norteamericano”, que había sido aplaudido por millones de personas en París, Roma, Berlín, Oslo, Madrid, Barcelona… El Holiday on Ice 1954 de New York presentaba 24 cuadros, un centenar de campeones de patinaje sobre hielo; y dos horas y media “de ensueño”. La venta de entradas se realizaba en la plaza de Martínez Tornel y en las taquillas del coso taurino, con unos precios que partían de un mínimo de 15 pesetas.
Luego, problemas de montaje obligaron al aplazamiento del estreno hasta el día siguiente, jornada en la que el diario Línea publicó una entrevista con Margot Elfert, una de las estrellas del Holiday, alemana de 25 años y en plena luna de miel. Patinadora desde los ocho años y profesional desde los 16, declaraba a Hazel Franklin, que actuaba por entonces en la otra compañía con la que ‘Holiday on Ice’ recorría Europa, como la mejor del mundo.
Las funciones se prolongaron hasta el 28 de agosto, y el periodista Manuel Carles no ahorró elogios en su crónica, calificando a la Fiesta en el Hielo como “el mejor espectáculo del mundo en su clase. Una auténtica orgía de luz, de color, de dinamismo y de fragancia, en la que se conjuga con sugestivo encanto lo circense y lo deportivo, lo musical y lo coreográfico, todo ello en un marco exótico y lujoso. Una maravilla de exquisitez y de finura, evolucionando sobre la gran pista helada. Un prodigioso mundo en color, que nos da versiones de un arte tan nuevo como insospechado, de los fondos marinos, de la jungla exótica, con una disciplina y una precisión asombrosas”.
Algunas cifras sobre el montaje: sólo el vestuario, 80.000 dólares; los decorados, 40.000; el material en escena, 30.000; la adaptación musical, 5.000; y la maquinaria para la transformación del imprescindible hielo, 500.000 dólares"
La directora e ideóloga del gran espectáculo era Marie Carr, nortemericana, que ofreció algunas cifras sobre el montaje: sólo el vestuario, 80.000 dólares; los decorados, 40.000; el material en escena, 30.000; la adaptación musical, 5.000; y la maquinaria para la transformación del imprescindible hielo, 500.000 dólares.
Volvió el complejo y exitoso espectáculo a Murcia dos veranos más tarde, pero a finales del mes de junio.
Entonces se pasó revista a algunos de los cuadros escenificados por medio de grandes decorados, efectos luminotécnicos y la destreza del elenco de artistas del patinaje. “Abunda en números llenos de ingenio, gracia y comicidad, y algunos tan expresivos en mímica como la parodia marinera y las admirables acrobacias del marineo. Citemos también el de los cocineros, con muchos golpes de efecto y un desenlace tan original como celebrado. El vals de La viuda alegre fue bailado primorosamente por la principal pareja, de verdadera maravilla. Entusiasmaron asimismo los números Las hawaianas, muy vistoso y de espléndida coreografía, y el cubano, con los trajes fluorescentes”.
Y otra vez en junio, del año 1960, y en concreto durante los días comprendidos entre el 20 y el 30, regresó el Holiday on Ice en su tercera visita a nuestra ciudad. Los grandes atractivos eran las 40 Glamours Icers, un conjunto de grandes patinadoras “que tienen como divisa encanto y precisión”. Y en el plano individual destacaban Erika Kraft, la estrella de la versión del espectáculo en 1960, campeona de Europa; Silvia y Michel Grandjean, campeones de Europa y subcampeones del Mundo por parejas; Leo Visser, Ted Deeley, Eric Breen o los payasos sobre patines Buddy y Baddy. Y así, hasta 52 patinadores de primera.
La austriaca Trixi Schuba había conseguido la medalla de oro de patinaje sobre hielo en los Juegos Olímpicos de Sapporo"
Hubo un largo paréntesis, y el siguiente regreso fue ya el de mis recuerdos. Curiosamente, la prensa se refirió a una segunda visita a Murcia, cuando era en realidad la cuarta. Se destacó la presencia de 125 patinadores y, entre todos ellos, la campeona olímpica Trixi Schuba, y como curiosidad, la actuación de monos patinadores.
La austriaca Trixi Schuba había conseguido la medalla de oro de patinaje sobre hielo en los Juegos Olímpicos de Sapporo, en Japón, en 1972, aquellos en los que, para general sorpresa, Paco Fernández Ochoa fue también oro en la prueba de slalom de esquí alpino.
Shuba fue, además, seis veces campeona de Austria de 1967 a 1972; dos veces campeona de Europa (1971 y 1972) y otras dos medalla de plata (1969 y 1970); dos veces campeona del Mundo (1971 y 1972), una vez segunda (1970) y dos tercera (1968 y 1969). Un palmarés que la llevó a ser considerada una de las mejores patinadoras artísticas de todos los tiempos. Tras retirarse de la competición, actuó durante seis años en los espectáculos Ice Folies y Holiday on Ice.
Y fue de esta curiosa forma cómo una noche de junio del año 1975 pude ver en acción a una campeona olímpica, mundial y europea de patinaje sobre hielo en un lugar tan poco a propósito como una plaza de toros.