MURCIA. La Región de Murcia empieza el próximo jueves una nueva era política. PP y Vox votarán a favor de la investidura de Fernando López Miras y, con su designación, prenderán la mecha de la segunda coalición de la historia de la Comunidad. Dos nuevos socios, enfrentados hasta hace una semana, estrecharán su mano para gestionar un Ejecutivo regional que maneja un Presupuesto de 5.926 millones de euros y gobierna sobre más de un millón y medio de habitantes.
¿Cómo será la nueva relación entre los dos flamante aliados? La experiencia reciente advierte de que el primer matrimonio conocido hasta la fecha -PP y Ciudadanos- se saldó con un sonoro fracaso. No acabó la legislatura. De hecho, apenas duró dos años. Los primeros doce meses, con un bisoño Ciudadanos estrenando la moqueta y las Consejerías, transcurrieron apacibles, con pocos sobresaltos; pero en los últimos seis meses se desencadenó una pugna poco disimulada en público entre la líder naranja, Ana Martínez Vidal, y los consejeros del PP que estalló con la vacunación de la cúpula de Salud. El desenlace -moción de censura, transfuguismo y fin de Ciudadanos- es un relato conocido.
Ahora López Miras lidiará con otro dirigente, José Ángel Antelo, y otro partido, Vox, ambos con una ideología a priori más cercana, aunque con una diferencia muy notoria en el Mar Menor. Unos y otros parten de un choque: los tres meses de nulo entendimiento para llegar a un acuerdo sobre la bocina, hoy olvidados, con sendos propósitos de enmienda con borrón y cuenta nueva para enterrar el fantasma de la repetición electoral y empezar con buen pie la flamante entente.