MURCIA. Un mes después de que las urnas dictaran sentencia, PP y Vox se encaminan a iniciar, formalmente, una negociación para desbloquear la investidura. Los populares llamaron este lunes al partido de José Ángel Antelo para poner en marcha esta tarde una mesa de trabajo con Fernando López Miras al frente. El contacto iba a producirse este lunes pero se aplazó hasta el martes por problemas de agenda del presidente en funciones, según indican fuentes populares. La propuesta llega una vez que la Junta de Portavoces ordenó fijar para este jueves el debate de investidura, cuya primera votación se celebrará el viernes y la segunda, en caso necesario, el lunes.
La cuenta atrás ha empezado.
Vox está dispuesto a escuchar a López Miras y tiene toda la mano tendida. Es el único nexo en común entre ambas formaciones. Porque tanto PP como Vox llegarán a su encuentro enrocados en sus posiciones iniciales, sin ningún guiño ni gesto. Más bien al contrario: se sentarán con todas las espadas en alto y el cuchillo entre los dientes. El PP quiere un Gobierno en solitario y Vox se niega, partidario de una coalición. Con esta doble premisa se verán las caras. Una negociación de máximos.
En juego está formar un Gobierno y evitar una nueva contienda electoral. Nadie quiere volver a las urnas, pero, al mismo tiempo, todos deslizan esa amenaza, culpando a la otra fuerza. "Queremos evitar una investidura fallida y evitar una repetición electoral", aseguraba el portavoz parlamentario, Joaquín Segado, quien pese a conocer de sobra las peticiones de Vox se mostraba confiado en que "encontrarán" puntos en común para sellar un acuerdo programático que "dé estabilidad y fuerza a la legislatura".
El PP quiere hacer valer el respaldo del 28 de mayo, que le otorgó el 43% de los votos y 21 escaños. El PP murciano, que obtuvo el tercer mejor resultado (detrás de Madrid y La Rioja), considera que la Región no es comparable a la Comunidad Valenciana, ni tampoco a Baleares ni Aragón ni mucho menos a Extremadura. En primer lugar, porque el PP suma más que todas las fuerzas de la izquierda. "No se puede aplicar la misma regla que en otros territorios. Por eso creemos que es legítima nuestra posición", sostiene Segado, quien aduce que "en Murcia no se está desalojando al sanchismo" como en otros lugares, sino que se negocia "para que continúe gobernando el centro derecha con el PP en solitario".
Y para ello "sólo es es necesaria la abstención de los diputados de Vox" para que se forme un Gobierno, añade el portavoz popular. No en vano, el PP no tiene los 23 votos para la mayoría absoluta que exige la primera votación de la investidura. En una segunda votación, López Miras requería de una mayoría simple, por lo que el PP tendría que reunir más 'síes' que 'noes'. Es decir, necesitaría cuatro abstenciones de Vox. Recordemos que Vox obtuvo 9 parlamentarios mientras que el PSOE consiguió 13 y Podemos Izquierda Unida se quedó en dos representantes.
Vox, sin embargo, interpreta otro mensaje de las urnas. "Los murcianos quieren que nos pongamos de acuerdo", mantiene el viceportavoz parlamentario de Vox, Rubén Martínez Alpañez, que no entiende por qué se ha demorado tanto el momento de la negociación y lamenta que la Región se haya convertido en protagonista. "Podíamos haber sido ejemplo de un pacto digno, que lo siguiera el resto del país; pero nos quedamos a la cola. Somos los protagonistas por todo lo contrario", se quejaba.
Vox también defiende sus votos, el 18% y 9 diputados. La Región ha sido, de hecho, la comunidad donde más apoyos recibió. No están dispuestos a no formar parte del Gobierno. Y no quieren ni oír la propuesta de un mero acuerdo programático, críticos con los programas del PP, pues "no son realistas" y "no los cumplen". "Queremos que Vox asuma competencias del Gobierno regional. Entendemos que no puede ser el 100%, pero sí dentro de la proporcionalidad de las urnas", reivindicó el diputado Alpañez. A su juicio, si el acuerdo no se ha producido se debe por un único motivo: estrategia electoral. "En la Región de Murcia no hay acuerdo por interés electoral de Feijóo", manifestó.
Con todo, Vox no ha retirado nunca la mano tendida. Y si en el PP el propio López Miras está dispuesto a encabezar la mesa de negociación, "acompañado por miembros del PP regional", Antelo también se sentaría junto con su equipo. "Nuestra predisposición es máxima", apunta Martínez Alpañez. Pero el escollo es complicado. Alguien tiene que ceder... o retractarse. Y ninguno está por la labor a día de hoy. Las pullas ya hace tiempo que vuelan entre PP y Vox. Desde "el pacto antinatura que firmaría Vox si une sus votos a PSOE y Podemos" que deslizó este lunes Segado hasta el "Miras incumple sus pactos y su programa", que acusó Alpañez. El propio Santiago Abascal dice que "Miras miente" e Ignacio Garriga habló de que "ya traicionó la confianza de Vox". No es el mejor caldo de cultivo para dos partidos que se sientan a negociar. Aunque más duros y envenados fueron los que lanzó María Guardiola en Extremadura y ya se sabe cómo acabó aquel desenlace.