tribuna política / OPINIÓN

Melancolía o libertad

29/03/2021 - 

MURCIA. Imaginad que dormís profundamente y que a mitad de vuestro sueño se os aparece la imagen del El hijo del hombre de Magritte; imaginad que la manzana que cubre el rostro del personaje, trajeado de oscuro y con bombín, que bien pudiese representar a uno de esos políticos anodinos que generan desconfianza y ocultan su cara, puede que por vergüenza, falta de principios o por la más inmunda bajeza moral, sea en este caso un injerto que mezcla a esa manzana verde con una naranja podrida; imaginad que su corbata roja se hubiese tornado de azul, que el fondo del cuadro fuese un Mar Menor que agoniza y que las nubes más grises presagiaran la peor de las tormentas. Imaginad que al despertar vuestra pesadilla se hubiese convertido en realidad…

La Región, la única que premia con mejores cargos a los políticos sin palabra

Bienvenidos a la Región de Murcia, "la tierra más maravillosa del mundo", pero también la única en la que se premia con mejores cargos a los políticos sin palabra y se es capaz de vender la educación y la cultura a quienes menos les importa y todo a cambio de un mísero puñado de votos.

En septiembre de 1931, Federico García Lorca pronunciaba un discurso memorable en defensa de las bibliotecas, del amor a los libros y de la misión cultural que nunca deberían olvidar los gobiernos. Hoy, noventa años después, creo necesario recordarlo:

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Esta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión…".

Y esa misma melancolía de la que habló el poeta es la que siento yo ahora por aquellos a los que se les pretende robar el derecho a aprender en libertad, a educarse sin vetos y a enriquecerse de una cultura amplia y diversa que debiera llegar hasta el último rincón de esta tierra nuestra, con el único cometido de no dejar escapar libre de esa riqueza que da el poder empaparse de ella, a ningún ser humano.

Melancolía por quienes ven peligrar sus oficios, gentes de la cultura; por los que crean, por los que enseñan, por los que trabajan para hacernos sentir, vibrar, reír… Por quienes pintan, actúan, esculpen, bailan, cantan, tocan o sienten el arte en cualquiera de sus formas.

Melancolía por ver que un programa cultural que solo contiene tres puntos va a guiar el futuro de esta Región. Porque quienes educan no van a poder hablarles a sus alumnos y alumnas sobre el amor y sus diferentes opciones; porque quizás tampoco puedan contarles la historia de este país o leerles en clase los versos de según qué poeta… Y porque la cultura y la educación no deberían nunca ponerse en venta.

Terminaba Federico aquel discurso con las sabias palabras del catedrático de la Real Academia Española, Ramón Menéndez Pidal, y permítanme que me tome la licencia de hacerlo yo hoy de la misma forma: "Cultura. Cultura porque solo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz".

Lara Hernández Abellán 

Diputada del PSOE regional

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