MURCIA. Y es que como en el amor, por desgracia, no siempre todo confluye en el continuo espacio-tiempo. La vida es caprichosa y cuando te da una cosa te quita otra para mantenerte siempre atento y que no te confíes… Como en un juego de trileros, ¿dónde está la bolita?
A los veinte tienes sexo, vaya si lo tienes, pero no tienes el dinero porque te has metido en el infinito de la formación y los masters; así que sobrevives con lo que te pasa de estraperlo la abuela en el beso dominical. En cuanto a la libertad está bastante condicionada a si tus padres han cambiado de coche, porque si eres uno de los agraciados con dicha pedrea, entonces has heredado el sedán familiar que es fantástico para aparcar de oído y sobre todo para el menester que nos ocupa.
La treintena es la decena con más combinaciones de elementos posibles. Sigue el sexo, pero aquí hay que diferenciar dos realidades: si ya has sentado la cabeza, en cuyo caso probablemente hayáis decidido tener descendencia, por lo que te estás hinchando con la excusa de la procreación (aprovecha mientras llega); o la segunda, que estés disfrutando del roneo en Insta en cuyo caso no te atas con nadie y pájaro que vuela, a la cazuela. También te estás poniendo hasta las patas.
"Si con 30 estás casado y con descendencia, te quedas sin tirar en la casilla de La Cárcel durante 15 años"
En cuanto al dinero, si estás en el primer equipo vamos mal, porque seguramente te habrás metido en un nidito de amor muy cuqui justo antes de que pudieras sospechar que iba a subir el Euríbor hasta el infinito y más allá. Para los del segundo grupo, es cierto que para el roneo hay que tener el bolsillo lleno ya que aquí hay que invertir para un buen postureo. Invertir en viajes: Ibiza, Caribe, Europa…; festivales varios: Primavera Sound, Rock Imperium, Ushuaïa… y todos los Beach Clubs que haya a cien kilómetros a la redonda: Collados Beach, Marau, Puntapiedra... Si no cuentas con esto, estás perdido. A menor postureo, menos probabilidades de mojar.
En cuanto a la libertad, también en esta década es complicada. Si estás casado y con descendencia, te quedas sin tirar en la casilla de La Cárcel durante quince años. Ahora si no te has atado espero que al menos te hayas hecho con un picadero, porque llevar al ligue a casa de tus padres es como ponerle una ristra de ajos delante a un vampiro. ¡Vade retro!
Los cuarenta, ésta es fácil: ni sexo, ni dinero, ni libertad. Como Alicia en el País de las Maravillas, has ido a caer en un limbo del que no despertarás hasta los cincuenta largos. Estás en plena crianza por lo que la prioridad es dormir y lo del sexo... ¿pa qué? Dinero: no te queda ni un duro después de pagar las clases de piano, taekwondo, inglés, alemán, chino mandarín y natación. Todo esto sin contar lo que te gastas en gasolina y la reducción de jornada que has tenido que pedir para que tus niños sean aprendices de todo y maestros de nada. Libertad… cri, cri, cri.
A los solteros de oro, si todavía no se han enmendado, los empiezan a mirar como un bicho raro… ¡Algo tendrá cuando nadie lo quiere! Ha muerto el mito de los 'solteros de oro'. Si con cuarenta no has sentado la cabeza es cuando empiezas a desvariar intentado integrarte en los grupos de treintañeros que te ven como el triste pureta colgado, poque hasta los cincuenta tus amigos no empiezan a divorciarse y no puedes reengancharte a la vida de tardeo eterno y ligoteo tinderiano.
Comienzan los cincuenta, todavía no puedo opinar, pero rezo por tener una década libre, millonaria y excitante.
Muchas gracias por su lectura.