MURCIA. Pedro Sánchez, ya sin la etiqueta de presidente en funciones, encara sus primeros pasos al frente del primer Gobierno de coalición desde la restauración de la democracia. El nuevo mandato del socialista empieza con una exigua lista de tareas en la que también están incluidas las demandas de la Región de Murcia. O al menos, deberían estar presente para no caer en el cajón del olvido. Pedro Sánchez ya ha dado su palabra para tratar dos asuntos urgentes para la Comunidad: la reforma de la financiación autonómica y la regeneración del Mar Menor. A estas labores se suman otras materias importantes para la Región, como son el agua y las infraestructuras, las eternas reivindicaciones de un territorio históricamente olvidado -o relegado- por la Administración central, y a las que se añaden realidades latentes de los últimos años como la despoblación que azota el Noroeste.
El Mar Menor es el principal quebradero de cabeza para los murcianos. La laguna acaba de cerrar un año crítico, golpeada por el episodio de peces muertos que han agravado una salud medioambiental maltrecha tras décadas de agresiones. En campaña electoral, el entonces candidato del PSOE visitó Los Alcázares y anunció una regeneración integral del Mar Menor. "Reparación, prevención y compromiso para convertir un problema, una pérdida de recursos, en una gran oportunidad", expuso Pedro Sánchez frente al litoral marmenorense.
Desde el Gobierno regional han sido reiteradas las veces que han pedido su colaboración en la recuperación del Mar Menor. Recientemente, el consejero de Presidencia, Javier Celdrán, exigía a Madrid que impulsara las inversiones en la Región y le pedía la puesta en marcha del plan Vertido 0. En una comparecencia de prensa bastante crítica con Sánchez, Celdrán le emplazaba también a tomar medidas reales que ayuden a los vecinos afectados por la gota fría de septiembre (la DANA).
Otra reivindicación que enarbola el Gobierno murciano es la reforma del sistema de financiación autonómica, cuyo modelo asfixia a la Región. En el debate de investidura, Sánchez se comprometió a abordar "sin dilación" la revisión de la financiación. "Esta es la legislatura autonómica", proclamó Sánchez, prometiendo que esta vez sí se abordará la reforma, pendiente desde 2014. El partido valencianista Compromís arrancó esta promesa a cambio de su voto favorable para la investidura. Todavía no hay plazos expresos ni un calendario de actuación, pero, según figura en el acuerdo con Compromís, el Gobierno se compromete a presentar una propuesta en ocho meses.
El actual modelo ocasiona que un murciano reciba 2.323 euros mientras que Cantabria obtiene 3.141 euros por habitante y La Rioja, 2.994 euros por persona. Sólo Valencia se encuentra en peores condiciones que Murcia, pues recibe 2.309 euros por habitante. El Gobierno regional precisamente lleva años exigiendo un cambio del modelo y achaca gran parte de la elevada deuda pública murciana -que rozó los 10.000 millones de euros en el tercer trimestre de 2019- a la infrafinanciación.
En infraestructuras, la Región también necesita de la mano de la Administración central. El secretario de Estado, el pachequero Pedro Saura, defiende que, desde que el Gobierno socialista alcanzara la Moncloa, se han licitado 1.200 millones de euros en infraestructuras para la Región. No obstante, el AVE sigue sin estar conectado con Murcia, aunque la previsión del Ejecutivo es que llegue a finales de 2020 o principios del año que viene. Cabe recordar que el Ejecutivo central decidió supeditar la llegada del AVE al soterramiento de las vías frente a la posición del Ejecutivo de Mariano Rajoy, partidario de que entrara en Murcia por vía provisional mientras se ejecutan las obras del soterramiento. En materia ferroviaria, la Región sigue contando con una red de Cercanías antigua, con vagones que datan desde los años ochenta. Y no se puede olvidar otra reclamación muy importante: el Corredor Mediterráneo.
Otro asunto especialmente sensible para la Región es el agua. Los ánimos andan revueltos en la Comunidad desde que el Ministerio de Transición Ecológica ordenara el cierre del Trasvase Tajo-Segura para los meses de diciembre y enero. El Gobierno central tomó esta decisión con el pretexto de no contaminar el Mar Menor, pero este argumento no convenció a nadie, ni siquiera al propio PSOE regional, que rechazó la medida. El sindicato de regantes, el Scrats, apoyado por la Comunidad, plantará batalla en los tribunales para revertir el corte del agua para regar.
La Región también padece otras penurias, como la despoblación, especialmente acuciante en el Noroeste. Sánchez expuso en su intervención en el Congreso que se volcará con la España vaciada. En la Región, soportan esta realidad municipios como Moratalla, que ha perdido 115 vecinos, según la última actualización del padrón municipal-. Caravaca y Calasparra.
Son los deberes que adquiere este nuevo Gobierno con la autonomía murciana. Sánchez encontrará, eso sí, un Ejecutivo regional que se ha mostrado muy crítico con su gestión. La Región vuelve a reeditar la cohabitación política, tal y como sucedió entre 2004 y 2011 con los Gobiernos de Zapatero (PSOE) y Valcárcel (PP), aunque esta vez con gabinetes de coalición con signos muy distintos: PSOE y Podemos en Madrid; PP y Ciudadanos en Murcia. La convivencia nunca ha sido cómoda, pero el futuro de la Región se debe al éxito de ambos.