Otras ocho localidades se encuentran al borde del confinamiento perimetral por registrar una transmisión del virus muy alta
MURCIA. La tercera ola del coronavirus aboca la Región de Murcia a volver a la casilla de salida. Otra vez regresan los cierres perimetrales, que se aplicarán esta vez en 22 de los 45 municipios de la Comunidad. Los más de 830.000 vecinos que viven en las cuatro ciudades más pobladas -Murcia, Cartagena, Lorca y Molina de Segura- no podrán entrar ni salir a partir del sábado, salvo por causas justificadas (recogidas en el decreto del estado de alarma, tales como el desplazamiento a centros sanitarios y educativos, la asistencia al trabajo y el regreso al lugar de residencia).
Tampoco podrán cruzar las 'fronteras' municipales los habitantes de otras nueve localidades -Yecla, Moratalla, Mula, Albudeite, Alguazas, Ricote, Lorquí, Cieza y Ceutí- que se suman a las nueve confinadas desde el pasado lunes -Los Alcázares, Abanilla, San Pedro del Pinatar, Jumilla, La Unión, Fortuna, Villanueva del Río Segura, Las Torres de Cotillas y Santomera-. En total, 1.103.960 murcianos tendrán la movilidad restringida en una comunidad autónoma poblada por 1.500.000 personas y deberán permanecer recluidos en sus municipios de residencia.
De nada ha servido la tranquilidad con la que se afrontó el mes de diciembre, que desplomó la incidencia hasta mínimos, hasta el punto de que solamente Canarias tenía mejores datos que la Región. Pero la llegada de la Navidad, sumado al levantamiento de las restricciones que pesaban sobre la Comunidad, han propiciado un fuerte repunte de los positivos que desemboca, otra vez más, en una nueva toma de medidas drásticas. Porque el Gobierno regional, que este jueves convocó de urgencia el Comité de Seguimiento de la Covid tras conocer el récord de la Víspera de Reyes -1.107 positivos-, no sólo decretó el cierre perimetral, sino que adelantó a las diez de la noche el toque de queda. Esta nueva limitación supone que nadie debe estar en la calle a partir de esa hora y que, además, no podrá haber ninguna actividad comercial, salvo la esencial -cuyas excepciones se pueden consultar en el BORM-.
Asimismo, el aislamiento perimetral conlleva un palo muy duro para la hostelería, ya mermada por la pandemia y sus anteriores cerrojazos, porque los hosteleros de las localidades en riesgo extremo no podrán acoger comensales en sus interiores. Únicamente podrán funcionar en las terrazas (con una capacidad del 100%, eso sí), además del servicio para llevar (take away). Los comercios, por su parte, sólo podrán recibir al 50% de sus clientes; al igual que los espacios culturales -cines, teatros, auditorios, bibliotecas- tampoco podrán superar la mitad de su aforo. Los centros de día, en cambio, deberán echar la persiana.
La incidencia se ha desbocado en la Región de Murcia. El índice de casos en dos semanas supera ya la barrera de los 400, con 412,8 por cada 100.000 habitantes registrados este jueves. La subida ha sido imparable y prácticamente de golpe, con un ascenso en vertical, pues solamente el pasado lunes, cuando se decretó el cierre de nueve localidades, la tasa se situaba en 286,4 casos por cada 100.000. A la cabeza se coloca Abanilla, confinada desde el 28 de diciembre, con 1.452,6 infectados por cada 100.000.
Murcia, la capital, soporta una tasa semanal de 297,4 infectados y una incidencia de 14 días de 433,3 contagios. El municipio murciano, poblado por más de 453.000 personas, ha detectado cerca de 2.000 positivos desde el día de Nochebuena, según refleja el informe del Servicio de Epidemiología, consultado por este periódico. Cartagena, por su parte, tiene un índice de 285,8 en siete jornadas y de 375,2 en 14 días. La ciudad portuaria ha registrado unos 806 nuevos casos desde el 24 de diciembre. Lorca, que ya fue confinada en septiembre, registra una tasa de 270,1 en siete días y 437,5 en 14. La ciudad del sol ha tenido constancia de 400 infectados desde Nochebuena. Y Molina de Segura, la cuarta con más habitantes, tiene una tasa de 294,9 en 7 días y 424,3 en 14 tras localizar 300 nuevos casos en dos semanas.
La amenaza del cierre también se cierne sobre otros ocho municipios, cuyo riesgo está considerado como muy alto. Se trata de Caravaca de la Cruz, San Javier, Blanca, Águilas, Torre Pacheco, Bullas, Campos del Río y Fuente Álamo. Este estadio permite la apertura del interior de los bares, si bien solamente con un 30% del aforo. En una situación más controlada, pero no fuera de peligro, se sitúan otras diez poblaciones con riesgo medio-alto: Totana, Alcantarilla, Abarán, Cehegín, Puerto Lumbreras, Beniel, Alhama de Murcia, Archena, Mazarrón y Librilla. Sus locales de hostelería pueden disponer del 50% de las mesas.
En el lado favorable del panorama aparecen Pliego, Calasparra, Ulea, Ojós y Aledo. Su situación de riesgo bajo les permite abrir sus restaurantes al 75% así como está autorizado el consumo en barra. Los velatorios pueden recibir un máximo de 50 personas en lugares cerrados y 100 en espacios abiertos. El aforo, no obstante, no deberá pasar del 75%. En cambio, en el resto de municipios los entierros están limitados a 25 asistentes en emplazamientos al aire libre y a 15 en sitios cerrados, con una capacidad del 50%.
El presidente murciano, Fernando López Miras, que comunicó las restricciones, defendió que "no son medidas contra nadie, sino en defensa de todos, para proteger a todos". El mandatario reconoció que es uno de los momentos más "delicados" desde el inicio de la pandemia, pues "prácticamente se ha duplicado a diario el número de contagios en las últimas jornadas". Y avisó de que la edad de los nuevos infectados está bajando. "Y nadie, por su edad o condiciones físicas, está a salvo del virus".
El jefe del Ejecutivo regional indicó que las escuelas seguirán su curso como hasta ahora, si bien pidió a los padres que "extremen las precauciones" y recordó que ningún niño debe ir al colegio si tiene síntomas o está en cuarentena.
Por favor, cumplamos de forma escrupulosa y sensata las medidas de prevención indicadas por los expertos y profesionales sanitarios.
— Fernando López Miras (@LopezMirasF) January 7, 2021
Extrememos la precaución.
Máxima responsabilidad individual.
Las consecuencias de quienes incumplen las normas acabamos pagándolas todos. pic.twitter.com/LnsKjhfKi5
López Miras también regañó a la población que se salta las normas y las medidas de precaución, como el uso de la mascarilla o evitar el contacto social con quienes no conviven. "Apelo a la máxima responsabilidad individual, porque no va a haber un policía en cada esquina", exhortó.
Pese a todo, el presidente confía en que las nuevas restricciones den sus frutos con el paso del tiempo, aduciendo que el baremo aprobado por Salud hace varias semanas "fue efectivo y dio resultados" en el pasado.