Agentes de la Policía Local, el día de Nochevieja en Murcia. Foto: OMEGAMURCIA. La tercera ola ha golpeado de sopetón a la Región de Murcia. En apenas una semana, sin apenas tiempo para digerirlo, los positivos se han disparado de manera alarmante. De los 321 casos detectados el 28 de diciembre a los 1.107 de este miércoles, 5 de enero. Es la cifra más alta de la pandemia, más que los picos de la primera y la segunda oleada (que llegó a soportar 1.002 contagios el 5 de noviembre).
Esta subida de infarto enciende todas las alarmas en el Gobierno regional y le ha obligado a adelantar, de forma urgente, su tradicional reunión de los lunes del Comité de Seguimiento de la Covid a este jueves. El contenido de las nuevas restricciones se desconoce, pero fuentes regionales advertían con claridad: se abordarán "nuevas medidas ante la situación de la pandemia". La reunión estará presidida por el presidente, Fernando López Miras. El confinamiento perimetral, que se aplica ya en nueve municipios de la Región, volverá a estar encima de la mesa.
La incidencia regional en 14 días se situaba, antes de conocer el último récord, en 327,8 casos por cada 100.000 habitantes. Pero es una tasa que previsiblemente aumentará en los próximos días, dado que los contagios se expanden sin freno. El propio portavoz del Comité, Jaime Pérez, lo reconocía el lunes. "Estos casos se deben a Nochebuena y Navidad. Los nuevos que vendrán se deberán a Nochevieja y Año Nuevo", apuntaba el epidemiólogo jefe, que no ocultaba que eran cifras "muy preocupantes".
El avance de los contagios, además, tienen su efecto perverso con el paso del tiempo: implican más ingresos hospitalarios y, posteriormente, más defunciones. Por lo pronto, los hospitales ya acogen a 300 infectados, 40 más que el día anterior, y las UCI atienden a 70 enfermos críticos.
La Región vuelve otra vez al punto de partida después de haber encargado un diciembre plácido, con una media que no superaba los 200 casos durante los primeros 20 días. Enero corre el riesgo de recordar a noviembre, cuando vivió su peor momento. La Comunidad batía sus peores registros tras una segunda ola que comenzó en agosto y creció progresivamente hasta rozar el colapso sanitario.
En aquella etapa, el Ejecutivo murciano aplicó duras medidas, como el doble cierre perimetral (tanto de la Comunidad como de los 45 municipios) y la suspensión de la hostelería durante al menos dos semanas, pero nunca pidió el confinamiento domiciliario, con el argumento de que debía ser el Gobierno central quien lo ordenara en todo el país. Con todo, las restricciones adoptadas trajeron una mejoría... que ha durado hasta la reapertura de las limitaciones y la llegada de la Navidad.
