MURCIA. "No ha sido una ola, ha sido un tsunami, y estamos en una situación muy complicada". Estas palabras del portavoz del Comité de Seguimiento Covid, Jaime Pérez, definen a la perfección el mazazo que ha dado esta última semana la tercera ola del coronavirus. Y es que la pandemia ha azotado la Región en siete días de miedo que han dejado el récord de contagiados en un día, la cifra de muertes por encima de 800 y los hospitales al borde de un colapso asistencial.
La situación es tan preocupante que la Consejería de Salud ha suspendido la actividad quirúrgica no esencial en todos los hospitales de la Región, al igual que hizo en la primera ola, así como todas las consultas externas de los hospitales, que pasarán a ser telemáticas para evitar la movilidad de los pacientes y para velar por su seguridad.
Y es que el número de ingresados ya supera el tope de la segunda ola, que llegó a 632 el 11 de noviembre. Actualmente hay 640 contagiados con síntomas graves en las plantas de los centros sanitarios de la comunidad. Las Unidades de Cuidados Intensivos ya tienen 103 inquilinos. Se trata de una ocupación del 85%, muy próxima al lleno, pues la Comunidad cuenta con 120 salas habilitadas para enfermos críticos.
La semana que se iniciaba este lunes ha sido de las más intensas para el Gobierno regional que se ha visto desbordado por momentos. Este miércoles, menos de 24 horas después de su comparecencia para anunciar la prohibición de que se produzcan reuniones sociales entre no convivientes en la Región, y tras obviar hablar explícitamente de un confinamiento domiciliario, el presidente del Gobierno regional, Fernando López Miras, daba marcha atrás y aseguraba que es una opción "necesaria" y que "tiene que estar sobre la mesa".
Miras reconocía abiertamente la necesidad de tomar la medida más restrictiva. "Los expertos y epidemiólogos nos dicen que, desde luego, es momento de actuar y, por eso, hemos actuado hasta el límite que nos permite nuestro ordenamiento jurídico", destacaba, a la vez que remarcaba que "poco más se puede hacer salvo un confinamiento".
Pero pasan los días y salvo la restricción de los encuentros no se ha dado ni un paso, ni por parte del Ejecutivo de la Comunidad ni del Central. Este fin de semana es clave para ver cómo evoluciona la pandemia. Así lo reconocía Pérez, quien advertía de que para frenar el desaforado avance de los contagios "es básico que en estos días se eviten los contactos sociales" y aseguraba que "este fin de semana se van a redoblar las inspecciones en los centros comerciales". Aunque se mantendrán abiertos.
Y es que parece se fía todo a la voluntad de los murcianos, si bien es cierto que según el último Informe Epidemiológico Semanal, un 78% de los positivos corresponde a contagios en el hogar, en reuniones familiares o de amigos, así como en el ámbito social y de ocio, que posteriormente se han llevado a los hogares. La única solución parece ser la reclusión voluntaria en casa.
Respecto al momento en el que se espera el pico de esta tercera ola, el portavoz del Comité Covid advertía de que es difícil evaluarlo. "Normalmente, los picos de hospitalización suceden una semana después de los picos de contagio", aseguraba Pérez, quien espera que el pico de transmisión se haya alcanzado esta semana y espera que baje la próxima. "De ser así, lo normal es que el número más importante de ingresos suceda la semana que viene", remarcaba.
