MURCIA. La Región de Murcia vuelve a sentir el temor del coronavirus. La pandemia no se ha ido, nunca se fue, y ahora amenaza de nuevo a la población murciana. La Comunidad es uno de los territorios que mejor ha soportado el efecto del virus en todo el país, con una de las incidencias más bajas. La covid-19, que alcanzó su techo en abril, cuando los balances deparaban días negros como lunes santo -diez muertos- y un millar de murcianos padecían la enfermedad, comenzó a reducir sus tentáculos al terminar la Semana Santa. Mayo fue el mes del desconfinamiento, pero también se erigió en el mes que certificaba la buena senda de Murcia. Desde el 21 de mayo sólo se conocieron tres fallecimientos (el último, el pasado 30 de junio). Tan positiva fue la tendencia que, desde junio, la Región se instalaba por debajo de la barrera del centenar de casos activos. Sin embargo, los últimos acontecimientos ponen en guardia al Gobierno regional y al sistema sanitario murciano. El mensaje es más alto que nunca: "Esta es una fase crucial, por lo que es importantísima la responsabilidad individual".
El brote de Bolivia no se ha terminado de cerrar a pesar de que se inició hace dos meses y la situación se complica. Este caso importado se originó a principios de junio a raíz de cuatro viajeros que se dirigieron a la Región tras aterrizar en Barajas procedentes del país sudamericano. El foco ha contagiado, al menos, a 79 personas (con 18 trabajadores de Fruveco, una empresa hortofrutícola de El Raal, y 14 contactos estrechos de los empleados), se ha difuminado por hasta siete municipios murcianos (Murcia -en la pedanía de El Raal-, Santomera, Beniel, Cartagena, Moratalla, Totana y Molina de Segura) y se ha cobrado una víctima mortal (una mujer de 98 años, vecina de una pedanía de Moratalla).
A este problema hay que añadir la preocupación por la transmisión del virus por los lugares de ocio nocturno. Salud Pública ha cerrado ya cuatro discotecas de Atalayas, en Murcia, y un local en Totana. La mayoría de los últimos 23 positivos se deben al foco localizado en la zona de Atalayas, que la Consejería apuntaba al principio como un brote relacionado con el viaje de Bolivia. Un día después, Salud ya clasifica el episodio como un brote propio, que ha registrado 15 casos nuevos en las últimas horas y deja en total 24 contagiados.
"Estamos en un momento crucial para vencer al virus", manifestaba el consejero de Salud, Manuel Villegas. "Hemos sacrificado mucho y realizado un esfuerzo encomiable como sociedad, pero tenemos que seguir manteniendo las medidas de distanciamiento social, higiene y uso de mascarilla si queremos vencer al virus", apostillaba. La Comunidad se ha visto obligada a tomar medidas esta semana. Además del cierre de locales, el Gobierno regional ha reducido a la mitad el aforo de las discotecas del municipio de Murcia. Todo ello en la misma semana en la que el Ejecutivo murciano establecía como obligatoria el uso de la mascarilla aun en los casos en los que se respeta la distancia de seguridad.
Hay otro quebradero de cabeza para el Gobierno regional: los incumplimientos de las cuarentenas. Los médicos de Familia que hacen seguimiento tanto a los casos activos como a sus contactos detectan que no todos sus pacientes respetan el obligado aislamiento que deben guardan. Esta es una de las razones por las que el brote de Bolivia sigue activo y depara nuevos positivos a diario.
En el horizonte aparece la posibilidad de volver al confinamiento. Nadie lo quiere ni lo desea -sería un mazazo para la economía, entre otras heridas-, pero Salud está preparada para ello en caso de que sea necesario. Si la responsabilidad individual falla, sólo queda, en último remedio, el confinamiento como método para detener a la pandemia.