CARTAGENA. La Región de Murcia necesita transformar las debilidades que la condicionan por fortalezas y aprovechar sus ventajas comparativas, entre ellas su estratégica situación en el Mediterráneo, para poder poner en valor todo su potencial de desarrollo, pero para que los inversores apuesten por la Región precisan certezas, precisan conocer la programación para la realización de las infraestructuras de comunicaciones: ferroviarias, portuarias y viarias. La Región actualmente se encuentra entre el 80/85% de la media nacional en cualquiera de los ratios socioeconómicos.
"Cartagena, Alicante, Oviedo, Santander, Cádiz y Málaga continuaron como provincias en la división provincial realizada por Javier de Burgos de 1833, excepto Cartagena"
La Región de Murcia, con más de millón y medio de habitantes, supera en población a comunidades como Aragón o Extremadura y a todas las uniprovinciales. La aportación de la población al total nacional es del 3,19%, mientras que la aportación al PIB nacional, desde 2008, es del 2,60%. Para poder aprovechar todo su potencial de desarrollo y cambiar esta situación son vitales las infraestructuras de comunicaciones pendientes, y singularmente el puerto de El Gorguel y el desdoblamiento y electrificación del histórico corredor ferroviario directo con el centro y norte peninsular y el Corredor Mediterráneo tal y como viene reiterando FERRMED.
La Región también precisa adecuar su realidad territorial con la recuperación de Cartagena como provincia y la configuración de la Manga, un espacio único, entre dos mares con una sola entrada y salida, como una única unidad político-administrativa, a la vez que reactivar todo este gran entorno del mar Menor llevando a cabo su conexión con la AP-7 por el norte.
La importancia de Cartagena viene remarcada por su historia y más aún por su realidad presente. En el año 230 a. de C., la dominación cartaginense hace de Mastia (Cartagena) la capital de su imperio. Publio Cornelio Escipión conquistó la ciudad para Roma en el año 209 a. de C., pasando a formar parte del imperio romano, recibiendo el nombre de Cartago Nova. Julio César le otorgó el titulo de Colonia Urbs Iulia Nova Cartago, en donde se han recuperado entre otros tesoros, el Teatro Romano del siglo I a. de C.
Cartagena formaba parte de la Vía Augusta, la calzada romana más larga de Hispania con una longitud aproximada de 1.500 km. Desde Cádiz, pasaba por Carthago Nova, Tarraco y la Junquera, continuando por la Vía Domitia, que bordeaba la costa del sur de la Galia, hasta Roma.
El 25 de septiembre de 1799 se promulgaba el Real Decreto por el que se creaban las provincias marítimas: Cartagena, Alicante, Oviedo, Santander, Cádiz y Málaga. Todas ellas continuaron como provincias en la división provincial realizada por Javier de Burgos de 1833, excepto Cartagena que dejaba de ser provincia, aunque mantenía los antiguos reinos o regiones. Así la Región de Murcia contaba de dos provincias: Albacete y Murcia. En 1927, casi cien años después, se creaba la provincia de Las Palmas y se conformaban las 50 provincias actuales.
La configuración del Estado de las Autonomías incorpora Albacete a Castilla-La Mancha, y Murcia queda como región uniprovincial. Han pasado casi doscientos años desde que en 1833 Javier de Burgos realizara la división territorial excluyendo a Cartagena. Cartagena como provincia superaría en población a provincias como Salamanca, Lugo, Álava, La Rioja, Orense, Guadalajara, Huesca, Cuenca, Zamora, Ávila, Segovia, Teruel y Soria. La consideración de Cartagena como provincia conllevaría restaurar su realidad histórica.
Conseguirlo supondría que la Sociedad Civil ha dado un paso adelante y conseguido que se pase del enfrentamiento al diálogo, que se ha alcanzado un gran consenso, político y social, en el diseño del futuro de la Región y, por tanto, en la puesta en marcha de un plan para la transformación de su estructura productiva hacia producciones de alto valor añadido, haciendo de la Región por su situación estratégica y toda su potencialidad de desarrollo un polo de atracción de nuevos proyectos e inversiones, singularmente en las nuevas tecnologías, y aprovechar todas las ventajas comparativas con que cuenta: consenso que supondría el inicio de su transformación socioeconómica.
La provincia de Cartagena es una realidad histórica que deberíamos recuperar