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La mujer murciana en la ciencia (cuando aún no se celebraba su día)

23/02/2023 - 

MURCIA. El que suelo llamar 'santoral laico' tiene declarado el 11 de febrero (la Virgen de Lourdes en el santoral a secas) como Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia desde el año 2015, con el propósito de poner de manifiesto la necesidad del acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia de las féminas, incluyendo esa curiosa distinción entre mujeres y niñas. Hace, por tanto, ocho años de la institución de esta conmemoración, que ha contado en la Región con diferentes actos hace solo unos días.

Si remontamos unas semanas más atrás, nos encontramos con la entrega de los veteranos y prestigiados premios titulados 'Laureles de Murcia' correspondientes al año 2022, que otorgan la Asociación de la Prensa y el Colegio de Periodistas desde el año 1962.

Y si nos trasladamos a los premios concedidos hace justo medio siglo, en el mes de enero de 1973, hallaremos que los periodistas galardonaron en el apartado de Investigación a una mujer murciana que se había distinguido, precisamente, en el mundo de la ciencia: Concepción Sánchez-Pedreño.

De modo que hace 50 años justos, esta tierra contaba con una de esas pioneras que se han encargado de abrir puertas a su género, como aquella alcaldesa de que escribíamos en una ya lejana ocasión, y tantas otras en todos los campos.

"esta tierra contaba con una de esas pioneras que se han encargado de abrir puertas a su género"

Se habla con frecuencia de vetos, pero era sobre todo el conjunto de la sociedad y la secular concepción de cuál era el papel y el lugar de la mujer lo que trababa el desarrollo profesional de la mujer, partiendo de la propia familia. Como le sucedió también a la profesora Sánchez-Pedreño, que tuvo que vencer la oposición inicial de sus padres para emprender los estudios de bachiller, que culminó con brillantez al obtener el Premio Extraordinario en el que se llamaba Examen de Estado. Y luego el de Licenciatura en Ciencias Químicas. Y después el de Doctorado.

En esa Universidad de Murcia tan escasa de féminas a la que antes aludía, fue profesora ayudante, adjunta interina y agregada interina, hasta que en 1970 obtuvo la única plaza ofertada de profesora agregada numeraria en la oposición celebrada en Madrid. La Hoja del Lunes se hizo eco del logro alcanzado por Concepción Sánchez-Pedreño y explicó que, como consecuencia de la legislación vigente para el acceso a las cátedras, "cuando se produzca alguna vacante en cualquier Universidad será catedrático, en fecha muy inmediata".

Se describía a la profesora como "colaboradora activa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas", autora de muy interesantes trabajos, miembro de la escuela del catedrático Sierra, "que goza de prestigio internacional", y parte importante del "prestigio que a la Facultad de Ciencias se le reconoce en todos los medios científicos".

El 'Laurel de Murcia' de Murcia le llegó convertida ya en catedrática en la Universidad canaria de La Laguna, en la que permaneció durante tres cursos. Y aunque los galardones correspondientes al año 1972 se concedieron mediado el mes de enero, la gala de entrega de premios se entregaron el día 9 de junio, cuando aún quedaba casi un decenio para que se convirtiera en el Día de la Región, y el marco fue el Murcia Club de Tenis.

Fueron entregados, el de Murciano del año, a Adolfo Muñoz Alonso, profesor de Historia de la Filosofía en la Universidad de Murcia desde 1944 a 1956 y rector más tarde de la Complutense; el de Bellas Artes, al Conservatorio Superior de Música y Escuela de Arte Dramático; y el de Espectáculos, al conjunto músico-vocal murciano Vino Tinto.

Además, el de Deportes a José Moreno Jiménez, presidente del Real Murcia; el de Ciencias e investigación a María Concepción Sánchez-Pedreño Martínez; el de Industria y Comercio al Grupo Artesano de Belenistas; el de Labor Social a las Cátedras ambulantes de la Sección Femenina; y el Laurel Extraordinario a título póstumo a Nicolás Ortega.

En aquella relación estaba presente también, como habrá percibido el lector, la Sección Femenina, que durante los años del franquismo agrupó a las mujeres de la Falange. En su seno se crearon en 1946 las Cátedras Ambulantes, destinadas a realizar una labor de divulgación sanitaria y social en el ámbito rural. Un equipo de instructoras de educación física, de hogar, de juventudes y divulgación sanitario-social que llevaban sus enseñanzas a lugares recónditos del país como agentes de la política de justicia social falangista combinado con los ideales de religión, patria y cultura.

Estas escuelas de formación intensiva sobre ruedas pretendían fomentar alternativas de desarrollo para evitar el éxodo rural, recuperar la cultura y tradiciones locales y lograr la promoción social y económica.

En la Región de Murcia, la figura emblemática de la Sección Femenina desde 1943 hasta la desaparición de la organización con la llegada de la democracia fue Carmen Verbo, maestra, primera diputada provincial de Murcia y concejal y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Murcia. Otra pionera, en su ámbito, en aquella entrega de premios de hace medio siglo

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