MURCIA. Decía Schumacher que lo pequeño es hermoso, pero en realidad es imprevisible, como muestra la actual tragicomedia argárica, cuyo primer pasico lo dio Cs en el Congreso apoyando diversas iniciativas del Gobierno español. Estimulado por el ministro Ábalos, eso propició un intento de cambiar alguno de los cuatro gobiernos Cs-PP autonómicos. Nombraron sendos equipos negociadores y sigilosamente establecieron una estrategia. Descartaron Andalucía porque Ábalos no quería devolver a la socialista Díaz la Presidencia y el vicepresidente Marín, escarmentado de su fallida colaboración con el PSOE, se oponía a la operación; tras sopesarla con Aguado, retrasaron la decisión sobre Madrid ante el temor de que la audaz Ayuso se anticipase convocando elecciones, algo que Teo y Casado venían conteniendo desde hacía meses; ante las dudas de si el vicepresidente Igea, enfrentado a Arrimadas, colaboraría, acordaron que los socialistas llevasen la iniciativa en Castilla-León…; sensu contrario, en Murcia cedieron el mando a la inteligente Vidal, ingeniera de caminos, que había aspirado a ser vicepresidenta en lugar de Franco.
"Puesto que Miras no había destituido a Franco, ni ella había dimitido, supuse que dos de los cuatro 'antividalistas' no votarían a favor de la moción"
Entonces hubo que convencer a Mario Gómez de que cediese su anhelada Alcaldía murciana al médico socialista Serrano, mucho más solvente, y engañar a Arrimadas haciéndole creer, con la complicidad del ciudadano Cuadrado, que Cs podría hacerse con la Presidencia de Murcia sin que nada se alterase en Madrid ni Andalucía (el mero hecho de que 17 diputados cediesen el mando a 6 debería haberle hecho sospechar, pero es joven). Sin comentarlo, los socialistas tenían preparadas sendas mociones de censura en Madrid y Castilla, pues preveían acertadamente que, siguiendo una inveterada norma diplomática y tal como dictaba la teoría juegos más rudimentaria, habría alguna represalia por parte del PP y todo el sistema se desestabilizaría. Con permiso de Teo y Casado, la temida Ayuso ejecutó la represalia: que decida la gente. ¡Qué escándalo! ¡Aquí se vota! ¡Recurre ante los tribunales, Sam!
Detalle imprevisto: el mapa de los diputados relevantes en Murcia estaba muy fragmentado: 2 de Podemos, 2 vidalistas de Cs, 4 antividalistas de Cs, 1 de Vox y 3 ex de Vox. Cualquiera mínimamente informado de la teoría de la probabilidad sabe que, si sus elementos no siguen pautas deterministas, los sistemas tan diminutos exhiben conductas erráticas e impredecibles. Y la conducta individual de las personas nunca es determinista. Lo llaman libre albedrío y lo protegen las leyes: los diputados no están sujetos a mandato imperativo alguno. Puesto que Miras no había destituido a Franco, ni ella había dimitido, supuse que dos de los cuatro antividalistas no votarían a favor de la moción. El jueves 11 por la noche un amigo socialista me filtró que la moción fracasaría, pues los otros dos antividalistas unirían a Franco. Y la información venía de las propias cuadras, hablando en términos hípicos. Nada extraño en un sistema indeterminista pequeño, y menos habida cuenta de que esos cuatro diputados se recelaban quedar excluidos del juego político si Vidal ganaba. A estas alturas el fantasma de Laplace, el célebre determinista que tanto aportó a la teoría de la probabilidad, se reía del pobre Schumacher.
En el momento de escribir esto, primeras horas del sábado 13, considero muy probable que la moción triunfe en el Ayuntamiento de Murcia (allí todos los de Cs están con Gómez) y que fracase en la Asamblea Regional. Me explico: es poco esperable que Vox la apoye, aunque fue Vox quien salvó este año los Presupuestos de mi respetado alcalde socialista Mateos en Lorca, donde gobierna con el apoyo del concejal de Cs y donde, nada inocentemente, Vidal y Conesa han presentado en público su noviazgo político. Pero hay más: los dos de Podemos han anunciado (primicia de Murcia Plaza) que no apoyarían la moción si Vox lo hiciese. En suma: no me extrañaría, sin darlo por seguro, que el resultado final sea que el PSOE se haga con la Alcaldía murciana y Miras siga de presidente argárico. Y, mientras tanto, debido el inaugural pacto de la socialista Castejón con la popular Arroyo, con el apoyo del ciudadano Padín, el ayuntamiento púnico (con perdón) es una balsa. ¿La clave de la incompatibilidad entre Vox y Podemos en la moción? El 'pin parental', al que llegaremos en mi siguiente pasico.
JR Medicina Precioso