MURCIA. Convertir la Cárcel Vieja de Murcia en el epicentro cultural de la ciudad ha sido una de los proyectos estratégicos del equipo de Gobierno de Ballesta. El capítulo de inversiones del Presupuesto de 2024 del Ayuntamiento de Murcia supera los 19,2 millones de euros, un 19,32% más que las inversiones previstas en 2023. Entre ellos hay un millón de euros para seguir con la tan necesaria rehabilitación de la Cárcel Vieja.
La Fase 2.1 de la rehabilitación consistirá en la consolidación del antiguo muro interno y de las cubiertas del pabellón original, así como la restauración conservadora de la fachada. Uno de los hitos de esta etapa será la reconstrucción de la cúpula central que se vino abajo en 2009.
La parte del edificio que se rehabilitará por dentro será la más cercana a la entrada, con un vestíbulo, dos espacios que se convertirán en salas multiusos, una gran sala de exposiciones central (de dos alturas) y los patios de los reclusos que se ajardinarán para que formen parte de la vida de los murcianos.
Se trata de una actuación sobre 1.700 metros cuadrados de los 3.700 que tendrían la segunda fase en total; a esto hay que sumar otros mil metros de las zonas ajardinadas de los patios. El proyecto, una vez adjudicado se realizará en un plazo de 18 meses. La inversión necesaria para acometer los trabajos previstos en la primera parte de la segunda fase es de 6,6 millones. De ellos, el Ayuntamiento recibió 3 millones de financiación europea y deberá aportar los 3,6 restantes.
El edificio de internos de la Cárcel Vieja de Murcia conservará su memoria y la identidad de lo que fue. Lo hará con diferentes elementos funcionales que evocarán su pasado, así como con los materiales utilizados y el reciclaje de los originales. Esta primera parte de la Fase 2-que se ha divido en dos etapas para poder llegar a los plazos de ejecución marcado por los fondos Next Generation, además de haberse pedido una prórroga de dos años para no perder una subvención de 3 millones de euros- incluirá una intervención integral para garantizar la seguridad en todo el edificio central y consolidar las cubiertas, además de restaurar la fachada siguiendo una premisa muy conservadora, por lo que se mantendrá su aspecto original.
Desde fuera lo que más se apreciará será la reconstrucción de la bóveda central que se vino abajo en 2009, siendo éste uno de los elementos más icónicos del edificio. Se volverá a construir, pero con un lenguaje contemporáneo y utilizando como materiales chapa y cristal.
En el interior de este edificio central, se recuperará -para que inmediatamente pueda ser utilizado por la ciudadanía- la parte más cercana a la entrada, que incluye un vestíbulo, dos salas multiusos laterales con un aforo cada una de 150 personas y una gran sala de exposiciones que tendrá una altura doble.
Además, en esta misma fase se ajardinarán los dos patios de presos, en los que se plantará arbolado para proporcionar sombra. También han señalado que habrá una pérgola realizada con materiales reciclado del propio edificio, que se abandonó en 1981. Estas zonas verdes crearán un entorno verde más amable y estarán abiertas a la ciudadanía para su disfrute.
En esta primera etapa de la Fase 2 no se intervendrá en las celdas -cuyo pasillo dará a este gran espacio en el que se instalará la gran sala de exposiciones- y de momento esa zona permanecerá cerrada al público.
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