CARTAGENA. Transcurridas dos jornadas de Liga, la categoría de plata ha puesto en aviso a un Cartagena aún en obras. "Tenemos que mejorar mucho para estar a la altura de la categoría", dijo el técnico Borja Jiménez tras el empate en Oviedo y refrendó tras la derrota ante el Sporting en el debut en casa. Es consciente el técnico de que deben elevar el nivel en todas las líneas, más allá de que no hay ni mucho menos un clima de desesperación. Faltan piezas por llegar al plantel y la competición acaba de iniciarse. No es este Cartagena un club alarmista ante las derrotas, menos en un estreno de categoría como es el caso de este Efesé.
Es la Segunda una categoría muy cruda, decidida por detalles, sin respeto ante rivales de alta categoría, donde se impone más que nunca el partido a partido. Lo sufrió el Cartagena ante el Sporting, donde mereció más a lo largo de los 90 minutos, caído a la lona ante un rival inferior durante más de una hora. La mayor energía demostrada hasta el gol de Gragera abre una puerta a la esperanza, lejos el equipo de la imagen mostrada en Oviedo. Fue un arranque vitalizador respecto al equipo gris que compareció en el Tartiere, más pendiente entonces de no cometer errores que de forzar los del rival.
En su regreso al Cartagonova, los de Jiménez elevaron las líneas, comparecieron con dos extremos y el equipo tuvo atado a los gijonenses, demasiado lejos cuando recuperaban la pelota para inquietar a Marc Martínez, héroe en el Tartiere y que vio encajar su primer gol desde marzo. Tuvo incluso un par de llegadas para inaugurar el casillero de goles en esta Liga Smartbank, ninguna como la de De la Bella, a pase de Carrasquilla, de nuevo de lo mejor del equipo pese a no completar los 90 minutos, lastrado por una tarjeta amarilla.
Pese a las luces del equipo ante el Sporting, mostrando una mejoría general respecto a las sensaciones de Oviedo, persistió el equipo de forma preocupante en algunos errores que le pueden lastrar si no se corrigen pronto. El balón parado sigue siendo una asignatura pendiente de los blanquinegros, frágiles a la hora de defender este tipo de jugadas por la baja estatura media del equipo, salvo excepciones como la pareja de centrales Andújar-Álex Martín. No ha logrado activar el equipo los mecanismos para no temblar ante este tipo de jugadas. Son conscientes en el club de que, ante la baja estatura media, el equipo debe articular mecanismos para no cometer errores en zonas calientes que les permita a sus rivales obtener réditos con faltas cercanas. “Tenemos que cometer menos errores individuales. Un despeje en un córner nos ha costado la cartulina amarilla a Coco, regalar una falta y defender una falta nos ha costado el gol. Al final en un deporte colectivo tienen que ser mínimos los errores individuales", manifestó el técnico blanquinegro al respecto.
Al margen de las dificultades para el balón parado, el equipo no ha logrado crear todavía un volumen de juego que le permita acumular un número alto de ocasiones, demasiado tierno el equipo en ataque, pese a la mejoría respecto a Oviedo. Apenas ha habido migas de Simón Moreno y se espera a Rubén Castro, mientras que los extremos todavía no han roto a jugar, mejor Cayarga que Nacho Gil, algo desaparecido en su estreno como titular, con menos picante que en la primera jornada.
A la espera de cerrar el plantel, visita este domingo Leganés (domingo, 20:30h), plaza difícil para revertir una situación que por previsible es algo inquietante pese a que queda todavía un mundo en un campeonato largo como pocos, impredecible hasta el último suspiro. No ha comenzado tampoco de forma rotunda el equipo pepinero, derrotado en su visita a Lugo, señal de nuevo de lo competidos que son cada punto en esta Liga Smartbank. Aún en obras, este Cartagena no va por mal camino, pero precisa poner remedio a sus males si no quiere empezar pronto a ver el objetivo de la salvación lejos. Tiempo queda.