tribuna libre / OPINIÓN

"Es el suelo, estúpido"

20/03/2024 - 

MURCIA. ¡Es el suelo, estúpido! Parafraseando a Bill Clinton ("the economy, stupid"), es precisamente en los plazos interminables de gestión del suelo y la paralización de desarrollos urbanos por mor del reciente dogmatismo ambiental donde se encuentra el problema de acceso a la vivienda y del urbanismo productivo, entendido éste, como aquel que atiende a una demanda real capaz de generar riqueza y empleo, bien sea para nuevos crecimientos de suelos destinados a actividades económicas (logístico, industrial, terciario), o bien sea para el turismo residencial extranjero. Tanto monta, monta tanto; pues el turismo residencial es una industria que importa directamente divisas extranjeras a nuestro territorio y supone una redistribución de renta muy importante desde Europa hacia la Comunidad Autónoma de Murcia, lo que contribuiría a elevar el nivel de vida de la zona, fijar población de renta alta, desestacionalizar, y captar y retener inversiones que mejoren la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos. Estos argumentos convierten por derecho propio al turismo residencial en un sector estratégico; recordemos que, en la provincia de Alicante, la industria del turismo residencial es la responsable de más del 30% de su PIB.

 ¿Y cómo afecta la escasez de suelo finalista al precio de la vivienda y al urbanismo productivo? La aprobación de un Plan depende de la gestión de sus trámites urbanísticos. Si no hay Plan no hay desarrollos urbanísticos; si no hay desarrollos, no hay suelo, ni viviendas. Pero un Plan no solo sirve para ampliar y crear ciudad, sino también para mejorar la ciudad construida. Por tanto, sin Plan, no hay futuro, ni para las ciudades del pasado ni para las ciudades del presente, porque las ciudades son lo que hacen para dejar de ser lo que son.


¿Y qué pasa con los Planes?, pues lisa y llanamente, que ni están, ni se le esperan. Vivimos en la era de la dictadura legislativa y del urbanismo apocalíptico. A las pruebas me remito: en materia urbanística están en vigor en España, en estos momentos, un total de 191 normas, sólo entre Leyes y Decretos, en las distintas CCAA. La antigüedad media del planeamiento general en España es de más de 20 años. La elaboración de un Plan General presenta una media de 10 años. De 3 a 5 una simple Modificación Puntual. Son habituales las cifras que superan los 120 informes sectoriales en el proceso de revisión de un Plan General Municipal. Cientos y cientos de Planes de Ordenación Territorial y Urbanística anulados en la última década... Sobran las palabras.


Recientemente se publicó el excelente trabajo 'Planificación Urbanística y del Territorio en la Región de Murcia: situación actual, retos y oportunidades', elaborado por el Consejo Económico y Social de la Región de Murcia, que expone datos al ocaso de la tramitación urbanística. Si entre los años 2000 y 2010 se iniciaron 529 expedientes de planes parciales y se aprobaron 395, en los últimos doce años esa cifra se ha recudido en un 87% en el caso de los expedientes iniciados y un 96% en los aprobados. Entre 2011 y 2023, se iniciaron sólo 84 expedientes y se aprobaron la escuálida cifra de 18 para toda la Región de Murcia. Y eso en cuanto al suelo que ya está previsto en un Plan General, porque en cuanto a nuevos Planes Generales sólo se aprobaron dos, Cehegín y Águilas, ambos en 2022. En el resto, la desactualización y obsolescencia de los planes urbanísticos de los 45 ayuntamientos murcianos frena la construcción de nueva vivienda y encarece los precios. 

Las ciudades compiten hoy para situarse en un mundo cada vez más globalizado. Si las industrias no encuentran el suelo que necesitan, se trasladan a municipios colindantes con oferta inmediata de suelo, o a otras CCAA, más alejadas, pero con mayor disponibilidad de suelo y capacidad de gestión urbanística. Porque es necesario tener en cuenta que la carencia de suelo productivo imposibilita tanto el crecimiento poblacional, como la atracción de nuevas inversiones. Y no hay que olvidar que la oferta de trabajo es el factor que determina el crecimiento de las ciudades, o, en definitiva, la muerte o vida de ellas, como tan bien escribió la urbanista Jane Jacobs.

"Es inaplazable poner sobre la mesa medidas encaminadas a poner más suelo en el mercado, en menos tiempo y a un precio mucho más barato"

Un ejemplo de ello es la confrontación entre dos municipios cercanos, aparentemente antagónicos, pero con un universo paralelo. Molina del Segura, con competencias en materia de evaluaciones ambientales, con plazos que dependen de ellos mismos y que oscilan entre 6 meses y un año, representa el paradigma de la autonomía municipal para actuar sobre su modelo de ciudad y dinamizar su economía y sociedad. En contraposición, Águilas, con un Plan General recién aprobado después de veinte años de tramitación, lista para despegar, compite sin embargo coja en el mundo de las ciudades, ya que, al no disponer de competencias ambientales, cualquier actuación urbanística productiva depende de un solo órgano ambiental centralizado y colapsado, por el que todavía tienen que pasar hasta por dos evaluaciones ambientales para un mismo proyecto. 

Es inaplazable poner sobre la mesa medidas encaminadas a poner más suelo en el mercado, en menos tiempo y a un precio mucho más barato. ¡Es necesario acelerar los procesos de tramitación de los suelos destinados a la producción! En esta vida todo es cuestión de medida, un poco más, algo menos.

Para ello, quizá debe de haber un cambio de paradigma, y que su evolución se dirija hacia un modelo que prime el proyecto sobre el Plan, y sobre él, se actúe en el territorio y no al revés, como ha venido sucediendo, en el que cualquier proyecto con carácter estratégico para la región (por su poder transformador y su capacidad para generar riqueza y empleo), queda subyugado por la tiranía y rigidez del Plan.

El nuevo modelo sería el del urbanismo productivo, el modelo de ciudades y territorios donde pueden llegar inversores a crear proyectos que se pueden implantar sin que el Plan lo impida, pensando en los usos estrictamente necesarios para ello, y posteriormente es el Plan el que se adapta al Proyecto. En el urbanismo actual hay que pensar en el medio-largo plazo, porque el corto es imposible. Y cualquier inversión obedece a un coste de oportunidad, que tan a largo plazo, lo hace del todo inviable.


Cristóbal Ruiz

Director de Urbanismo de TM Grupo Inmobiliario

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