MURCIA. La Región de Murcia sigue sin lograr desatascar el déficit de vivienda que le atormenta. Según datos del Ministerio de Agenda Urbana, en 2023 se inició la construcción de 3.011 viviendas nuevas. Por su parte, en 2022 se terminaron 2.453. Sin embargo, según el último informe del Consejo Económico y Social de la Región de Murcia, dirigido por el arquitecto Rafael Pardo, serían necesarias, cada año, cerca de 10.000 viviendas nuevas. "Tras una fuerte subida en el año 2006 (80%), en la cima de la burbuja inmobiliaria, se pasa bruscamente en el año 2007 a una variación negativa del 20,6%, manteniéndose en cifras negativas hasta el año 2022, con la excepción del año 2014, donde se pudo apreciar una ligera salida en falso de la crisis. Podemos estimar, que para un adecuado funcionamiento del mercado de la vivienda haría falta la construcción de al menos 10.000-12.000 viviendas por año, encontrándonos actualmente muy por debajo de esta cifra: En el año 2022 se iniciaron 2.343 viviendas en la Región de Murcia, lo que supone menos de la cuarta parte de las viviendas necesarias para tener un mercado equilibrado. Si atendemos al número de viviendas terminadas en los últimos 10 años (desde 2013 a 2022), vemos que la cifra es de 11.817, es decir que en los últimos 10 años se han construido las viviendas que deberían corresponder a 1 año", apunta el informe.
Un déficit de actividad en el sector que se sucede en toda España. El Índice Registral de Actividad Inmobiliaria (IRAI) mostró un descenso del 5,8% en el cuarto trimestre de 2023 respecto al mismo periodo del año anterior y una disminución del 1% respecto al trimestre previo, acumulando cuatro trimestres consecutivos de caídas, tras ocho trimestres ininterrumpidos de crecimientos. Esta evolución trimestral negativa en el cuarto trimestre se ha debido principalmente al área de propiedad, que disminuyó el 2,3%, motivado fundamentalmente por una caída del 6% en el número de compraventas.
"La alta demanda que, a pesar de la subida de tipos se ha mantenido fuerte, el número creciente de hogares y una oferta, sobre todo en obra nueva, claramente insuficiente han sido los factores que han provocado que el precio de la vivienda usada en 2023 no haya dejado de crecer", afirma Francisco Iñareta, portavoz de Idealista. "La subida ha sido especialmente marcada en los archipiélagos y la costa mediterránea, posiblemente apoyada por una demanda internacional de alto poder adquisitivo", añade Iñareta. "Es posible que se reactive parte de la demanda que ha permanecido todo el año a la espera de unas bajadas de precio que no se han producido y que puede decidir comprar en 2024, lo que tensionará aún más el mercado", apunta el portavoz de Idealista.
"El mercado está estable a pesar de todo lo que está sucediendo a su alrededor, especialmente el de obra nueva. Como hay falta de oferta, hay mucha más demanda y eso da estabilidad al mercado. Lo que no quiere decir que sea deseable que se esté construyendo tan poco", apuntaba desde los promotores inmobiliarios de la Región, su presidente, José Ramón Blázquez, en la pasada Feria Reside. "Hay una falta importante de suelo urbanizable. Llegar a ese momento es complicado, hay excesiva legislación y burocracia", señalaba Blázquez. "La vivienda ahora mismo cuesta mucho edificarla y los impuestos son muy altos. Tenemos un problema evidente de vivienda asequible", añade. "El Estado tiene mucha responsabilidad. Debemos quitar costes del proceso, porque la vivienda no soporta tanto coste. Hay que conseguir que sea más asequible", afirmaba. "La vivienda no está teniéndose en cuenta en los presupuestos, y otros sectores, como el del automóvil sí. Se dan ayudas para vehículos más eficientes. Se pide lo mismo para la vivienda, pero no hay ayudas para el comprador. La vivienda debe estar en el foco de la acción política. Es un bien de muy primera necesidad".