CARTAGENA. La empresa cartagenera Electromecánicas del Levante construye para la Armada una maqueta de prácticas de los submarinos S-80 que , que permita el adiestramiento de los buceadores para asistir en caso que fuera necesario a los submarinos de dicha clase. La mercantil se ha llevado el contrato de construcción de este proyecto, por un importe de 41.000 euros, un 21% menos del dinero presupuestado inicialmente por la Armada.
La maqueta -que tendrá un peso máximo de 2 toneladas, una longitud de 2,5 metros, una anchura de 2,5 y una altura de 1,5 metros- estará construida por una plancha acero naval y contará con un orificio principal que simulará la escotilla esclusa de buceadores. También tendrá otra serie de orificios para simular las conexiones de manguera de los diferentes servicios, así como las conexiones a las transmisiones, cáncamos y unas groeras que permitan el paso del agua. La plancha debe ser curvada de modo que resulte lo más parecido a las formas del submarino S-80.
La maqueta en cuestión permitirá, entre otras, la realización de las siguientes actividades para adiestramiento: suministro de aire fresco y extracción del aire viciado desde el exterior y soplado de lastres desde el exterior para su vaciado y reflotamiento del submarino.
Electromecánicas del Levante se constituye en 2010 y se dedica, entre otros aspectos a servicios de mantenimiento naval, sistema de seguridad en todo tipo de locales, instalaciones industriales, vehículos y buques; servicio de mantenimiento y montaje de sistemas contra incendios y sistema de vigilancia de naves industriales y buques, así como el suministro de materiales para esta actividad.
El adiestramiento de buceadores se hace necesario debido a los tiempos de construcción de los sumergibles de esta clase. Durante 2022 el S-81 hará pruebas en el mar y para 2023 está previsto su entrega a la Armada.
El pasado siete de mayo se ponía a flote el primero de la serie, el Isaac Peral. En ese instante, se sumergía mediante la inundación de sus lastres, comenzando el submarino a tocar el agua y, poco a poco, a flotar por sí mismo, mientras personal de Navantia y de la dotación ha realizado distintas comprobaciones de seguridad en el interior del buque. Después, con la ayuda de los prácticos, los remolcadores y empujadoras sacaban el submarino del interior del dique y lo han trasladado hasta el muelle de armamento. El submarino carece de propulsión operativa hasta que se hayan realizado las pruebas de puerto sobre amarras.
Navantia sigue trabajando en sus instalaciones de Cartagena en la construcción de las tres unidades restantes contratadas por la Armada, dentro del mayor programa desplegado por la industria militar española en toda su historia. Si se cumple el calendario previsto, la Armada Española recibirá el submarino S-82 Narciso Monturiol en diciembre de 2024, el S-83 Cosme García, en octubre de 2026 y el S-84 Mateo García de los Reyes, en febrero de 2028. De esta manera, España se unirá al reducido club de países capaces de fabricar sus propios submarinos. Hasta ahora todos los modelos botados por España eran franceses (clases Agosta, Daphne, Scorpene) que aunque fabricados en los astilleros de Cartagena se construían con ayuda y soporte de la industria francesa.