CARTAGENA. El coste de la luz, de escalada en escalada desde hace semanas, ya afecta de forma palpable al sector hostelero de la Región. No terminan los hosteleros de tener un periodo tranquilo por más que la situación se haya estabilizado de forma notable respecto a lo vivido a comienzos de año. Los aforos ya están más cerca del 100% tanto en el interior como en el exterior en la mayoría de municipios, y el levantamiento de las restricciones y de los horarios ha permitido que la sociedad haya podido salir a comer y cenar con total libertad. Un cambio que se ha visto refrendado en el último puente, donde la hostelería ha visto como en el primer puente del nuevo curso las sensaciones que se venían teniendo desde el levantamiento de las restricciones se han confirmado. En Cartagena, el presidente de la patronal, Hostecar, las ventas de bares y restaurantes se han incrementado un 30% respecto a lo habitual durante los fines de semana.
Sin embargo, el alza de la luz está provocando que parte de los hosteleros que tienen sus negocios abiertos se hayan visto obligados a buscar la máxima rentabilidad en sus servicios. “El alza de la luz está afectando a la apertura de los negocios. No sólo eso. Los que están abiertos están reestructurando sus cocinas a métodos más económicos e incluso los horarios de apertura”, afirma Juan José López, de Hostecar. “El precio desbocado de la hostelería está obligando a que los hosteleros busquen rentabilizar al máximo los servicios. Por ejemplo, el desayuno hay negocios que están viendo si lo eliminan porque si ganas 100 y en ese tiempo tienes unos costes de 75, igual no te sale rentable abrir por 25 de beneficio”, señala Jesús Jiménez, presidente de Hostemur, la patronal hostelera de la Región.
El teletrabajo es otro de los elementos que está haciendo que algunos bares y restaurantes se estén planteando eliminar el desayuno de su servicio. “Hay empresas que, tras los peores momentos de la pandemia, han habilitado el teletrabajo, y ya no hay tanta gente como antes para ir a desayunar. Si a eso le sumas el precio de la energía, pues muchos hosteleros piensan que igual es mejor abrir a la 13h para comer que estar abierto desde las 8 de la mañana”, cuenta Jiménez.
Por otro lado, la pandemia ha provocado que los horarios de servicio hayan cambiado. Si antes la cena empezaba, de forma masiva, a las 21.30h, desde hace unos meses, los hosteleros detectan que esa hora ha cambiado a las 20.30 o 21h, en un proceso de europeización extraño. “Antes de la pandemia era raro ver a gente española cenando sobre las ocho y media de la tarde. Ahora es algo más habitual”, apunta Jiménez.