Cartagena. La derrota en Badajoz y el pobre partido ante el Don Benito el pasado domingo ha avivado los fantasmas que acechan al Cartagena cuando encara la segunda parte de la temporada. Se mira el Efesé en el espejo en esta segunda vuelta temiendo encontrar aquel equipo que descarriló el año pasado durante el mes de marzo y que fue incapaz de remontar el vuelo. No tiene tiempo el equipo de Borja Jiménez de mirar atrás, sino que se impone encarar el duelo ante el Sevilla Atlético (domingo, 18:30) con la vista en seguir mostrándose como ese equipo férreo y efectivo fuera de casa de toda la temporada.
La buena actuación ante el Girona parecía haber espantado los fantasmas que asomaron en Mérida, cuando un postrero gol de Caballero en el último suspiro permitió a los albinegros arrancar los tres puntos de uno de los equipos que pelean por evitar el descenso. Empezaba salvándose por los pelos el nuevo técnico del Cartagena, que se subía a un tren en marcha con viento a favor. Con la salida de Munúa temía la afición que el equipo perdiera el paso, pero la actuación en Copa parecía que había calmado esos miedos. No es fácil adivinar la trayectoria del Cartagena en las segundas vueltas, siempre una moneda al aire, generalmente cruz en los últimos cursos.
Ante el Don Benito, un rival que navega en la zona media de la tabla, Borja Jiménez agitó el once en busca de soluciones e intentando mover el banquillo tras jugar tres partidos en siete días. El resultado fue un equipo fallón, fuera de foco y que se dejó llevar ante un rival con un jugador menos durante un buen tramo del segundo acto. No es buena idea dejar las cosas pendientes de solución en el Cartagonova en los minutos finales, siempre al filo de un abismo en el que se ha caído demasiadas veces en los últimos cursos. Majadahonda es ya una marca grabada a fuego con dolor que solo el ascenso podrá mitigar.
Sin un gran goleador en la plantilla, con Elady aún encontrándose entre lesiones y polémicas durante la pretemporada, precisa el equipo de una buena estructura que le permita sostener los encuentros a partir de su efectividad arriba y el orden atrás. En este escenario necesita de la mejor versión de Carrasquilla, fuera de sitio ante el Don Benito, tirado a una banda donde perdió poder de influencia e intimidación con ese ida y vuelta que tanta fluidez le da a su equipo. En ese dibujo ideado por Jiménez también perdió Araujo, que en la banda contraria no fue capaz de estirar al equipo con su capacidad para aguantar el balón a la espera de la segunda línea. Tampoco le favoreció su posición de falso nueve ante el Badajoz, en otra tarde gris del equipo albinegro pese a no merecer la derrota.
No es fácil la disyuntiva para Jiménez en Sevilla. Un resultado adverso agitaría un ruido de sables nada recomendable en Cartagena, afición algo cainita en los momentos de dificultad. Queda mucho en esta larga travesía que conduce al ascenso pero haría bien el equipo en rebobinar el duelo ante el Girona. El Efese sigue mirando al resto desde la cima, aunque por momentos parece que se marea.