CARTAGENA. En uno de los paseos matutinos camino de la bocana de nuestra singular bahía, a la altura del castizo bar en la calle Mayor, El Columbus de mi buen amigo Félix, estaba sentado y tomando nuestro típico y singular Asiático mi también amigo Jesús Giménez Gallo, quien me invitó a compartir mesa y tomar uno, que con máxima agilidad me pusieron en la mesa. Jesús, lejos de hablar de política y la situación de nuestra Trimilenaria, me habló y mucho del Asiático y lo que se pretende conseguir, que no es otra cosa que declaración como bien de interés cultural (BIC) a favor del café asiático cartagenero.
Entre las referencias que cita hay una que destaca sobre las demás, el libro 'El Asiático cartagenero, su creación y evolución hacia la excelencia', escrito por Francisco Antonio Rosas Fernández-Villamil (ISBN 978-84-697-3736-1) y que tuve ocasión de presentar en una repleta Sala de Ceremonias del Palacio Consistorial de Cartagena el 27 de noviembre de 2017, rodeado de amigos y autoridades, en una edición editada para colaborar con la Asociación Española contra el Cáncer de Cartagena.
Un magnífico libro cuya lectura recomiendo, en el que Paco Rosas centra su interés en cerrar el círculo, es decir, en completar toda la historia y no sólo la del vaso, una morfología de copa única, particular, específica, patentada y local que responde a nuestra tradición vidriera, aunque el auge de la bebida la ha llevado a otros materiales.
Jesús insiste en que lo que diferencia al café asiático cartagenero es la excepcionalidad, no hay otro combinado de café igual al menos en nuestro país, y con ilusión me habla de una oportunidad única para distinguirlo y distinguirnos.
Su valor gastronómico nadie lo pone en duda tras probarlo, pero él incide en que socialmente es tema frecuente y recurrente de debate e intercambio de impresiones, a la par que se degusta en comidas de amigos, reuniones familiares, ambientes festivos, desayunos previos a duros trabajos. Conversaciones en base a su origen, historia, receta, forma de preparación, continente, toda una cultura del asiático, dice.
La solicitud ante Cultura establece que la receta comúnmente aceptada a día de hoy es café con leche condensada y coñac, acompañado de unas gotas de Licor 43, un par de granos de café, corteza de limón y canela, y así creo que es, aunque bien podríamos debatirlo con un asiático.
Y, claro está, insiste Jesús en el bar Pedrín como fundador, creador o, sin duda, consolidador de la receta del asiático que popularizó a partir de 1947 y ha llegado hasta nosotros. No hay asiático sin El Albujón me dice y en el Pedrín lo siguen sirviendo con singular maestría, mejorando lo presente añade, en referencia al que degustamos en ese momento.
Jesús cree que el café asiático cartagenero merece la protección que reclaman y para terminar de convencerme me recuerda que en octubre de 2021, hace 4 meses, la Generalidad Valenciana ha declarado BIC la paella valenciana, así que hay marco normativo y precedentes que avalan la cuestión.
Y termino en la confianza de conseguirlo, creo que es bueno para todos los cartageneros y el resto de habitantes de la comarca y la Región, y con este pensamiento: "La vida es como un buen asiático. Todo está en cómo lo preparas, pero sobre todo en cómo lo tomas".
Tomás Martínez Pagán
Presidente de Cartagena Avanza