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COMO AYER / OPINIÓN

El centenario del campo de La Condomina

26/12/2024 - 

Tal día como ayer, pero de hace un siglo, se inauguró el campo de fútbol de La Condomina, en el que jugó sus encuentros balompédicos el Real Murcia desde aquel día de Navidad de 1924, en el que se enfrentó en partido amistoso al Martinenc barcelonés, hasta el 11 de noviembre de 2006, cuando disputó su último partido oficial como local en el entonces octogenario campo de la Puerta de Orihuela, frente al Polideportivo Ejido, correspondiente a la 12ª jornada de Segunda División.

De todo han visto las gradas del recinto murcianista, hoy sede del Ucam Murcia: glorias y fracasos, ascensos y descensos, y por él pasaron los mejores equipos de España y algunos relevantes del extranjero, con ocasión de torneos de verano o partidos de presentación, como el Estudiantes de la Plata, el Manchester United, el Peñarol, el River Plate o el Botafogo. Y por supuesto, jugadores que fueron en su día de los más reconocidos del mundo.

"el campo iba a construirse en el camino de Churra, en una propiedad de la familia Medina, pero el trato se frustró"

Pero no es la parte deportiva de esta historia la que interesa a estos ayeres, sino algunas de las circunstancias que rodean al histórico campo. Comenzando por su nombre. Porque si lo de Nueva Condomina tiene poco de original, lo de Condomina a secas tampoco lo fue, ya que esa denominación ya se aplicaba a la plaza de toros, estrenada en 1887. Los terrenos en los que se construyó el coso taurino y luego el estadio eran llamados paraje o pago de La Condomina, del mismo modo que recibía ese nombre una acequia que regaba aquellos huertos.

Unos terrenos, por cierto, que pasaron de la margen derecha del río a la izquierda cuando en la segunda mitad del siglo XVII se eliminó el meandro que iba por lo que luego fue la actual Ronda de Garay y se encauzó, en línea recta, desde lo que es en la actualidad el puente del Hospital hasta el de la Fica. Este hecho motivó que el heredamiento de la Aljufía se negara a asumir la acequia de La Condomina, y hubo que buscar una solución técnica para que siguiera funcionando hasta la primera mitad del siglo XX.

Otra cuestión interesante es que el campo iba a construirse inicialmente en el camino de Churra, en una propiedad de la familia Medina, pero -tal y como explican desde la página Reg Murcia Integra- el trato se frustró, y al final fueron unos terrenos de Juan Aguilar-Amat, 18 tahúllas de tierra en plena huerta, linderos con la plaza de toros, los destinados a convertirse en el nuevo campo del Real Murcia.

La extensión del terreno tenía como propósito construir, además del estadio destinado "a la práctica futbolística, pistas de tenis, un frontón, una pista de atletismo, una piscina y un pequeño hotel", y algo se hizo, porque dos pistas de tenis se pusieron a disposición de los pioneros de este deporte, como tuve ocasión de reflejar en el libro dedicado a hacer historia del Murcia Club de Tenis 1919, con ocasión del centenario del mismo. Para llevar a buen término el proyecto, se colocó al frente de la sección de tenis a José Hernández Montesinos.

Aunque la inauguración de las pistas de tenis no se produjo hasta el 28 de febrero de 1926, lo cierto es que se realizó a bombo y platillo, con la presencia de dos grandes jugadores del momento: Eduardo Flaquer y Raimundo Morales, ambos olímpicos por haber representado a España en los Juegos de Amsterdam 1920 y París 1924.

Llegado el esperado día, tuvo lugar con grande y entusiasta concurrencia de público el partido inaugural, que no pudo concluirse debido a lo avanzado de la hora, pero que cumplió a satisfacción con la doble expectativa de contemplar el estreno de las pistas y ver en acción a dos de los principales tenistas españoles del momento.

"el primer gol en La Condomina fue obra del delantero murcianista Ariño"

Lo cierto, como quedó dicho al principio, es que el campo de futbol fue inaugurado un año y poco más de dos meses antes, el día de Navidad de 1924, y el rival para aquella ocasión fue el Martinenc, de la barriada barcelonesa de San Martín de los Provenzales, al que se derrotó por 3-1. Es un club cuyo equipo nunca ha pasado de Tercera División y que en la actualidad milita en la Primera Catalana, que equivale hoy a la séptima categoría del fútbol español.

Es conocido que el primer gol en La Condomina, durante la disputa de aquel encuentro inaugural, fue obra del delantero murcianista Ariño, pero se puede añadir en estos ayeres balompédicos que su nombre completo era Magdaleno Ariño de los Hoyos, que era natural de la localidad de Güeñes, en Vizcaya, y que llegó a jugar en el Athletic de Bilbao y en el Betis antes de venir al Murcia.

No es lo único que se puede desvelar de este futbolista, que es historia del futbol regional, ya que queda constancia en la prensa de la época que en las competiciones atléticas disputadas durante la feria de Murcia de 1924 en el parque de Ruiz Hidalgo, se inscribió en cinco de las seis que se organizaron, proclamándose campeón en la de salto de longitud.

Como tampoco está de más advertir que poco después del estreno de La Condomina contrajo matrimonio con la murciana Consuelo Celdrán, por lo que fijó su residencia en Murcia, tuvo siete hijos, entre ellos el reconocido médico José Ariño, y trabajó tras la retirada del fútbol en el Instituto Nacional de Previsión.

Y en ese partido de estreno también se produjo el primer gol de un jugador murciano, Sebastián Servet Spottorno, quinta generación de ese nombre y primer apellido desde que los Servet llegaron a Murcia desde tierras catalanas hacia 1810. El vínculo estrecho de la familia con el santo mártir romano quedó acreditado con dos espectaculares muestras arquitectónicas que aún hoy pueden admirarse.

"las obras comenzaron el 27 de octubre de 1924 en un bancal de hortalizas con varias moreras y numerosas acequias"

La villa de verano ‘San Sebastián’, más conocida en nuestros días como ‘Casa del Reloj’, edificada en San Pedro del Pinatar por el tercero de los "sebastianes" bajo la dirección del arquitecto Pedro Cerdán, y la capilla dedicada al santo en la parroquia de San Bartolomé, obra de estilo modernista realizada también por Cerdán en 1910, en tiempos del cuarto de la saga familiar. La imagen del santo es una de las más destacadas de la producción de Nicolás Salzillo, datable en torno al año 1720. 

Indicaré, finalmente, que las obras de construcción de La Condomina dieron comienzo el 27 de octubre de 1924, en lo que era entonces, según las descripciones -como la ofrecida por la página Reg Murcia Integra-, un bancal de hortalizas con varias moreras en el centro y numerosas acequias y partidores. Consistieron inicialmente en la tala de árboles para la explanación del terreno de juego, la construcción de la tapia exterior de hormigón armado, que tenía cuatro metros de altura, y una balaustrada de cemento que debía de separar el público de la línea de banda.

Y aunque hubo un poco de retraso sobre la previsión inicial, que preveía la inauguración para el 8 de diciembre, día de la Purísima, lo cierto es que en solo dos meses menos dos días se estrenó el emblemático estadio, que hoy cumple 100 años y 1 día

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