MURCIA. En unos meses podremos rememorar que en Orihuela —la que fue Aurariola, capital del Reino de Tudmir, y cuyo territorio prácticamente coincidía con lo que posteriormente fue el Reino de Murcia, y luego Sureste— podemos coger el AVE para ir a Madrid, dado que ya lo tendremos más cerca, en Orihuela. Podemos cogerlo yendo en 'nuestro tren' o también podemos ir en choche hasta Orihuela y coger el AVE; después de pasar por Elche y Alicante, llegaremos a Albacete y luego a Madrid. Según nos dicen, solo tardaremos tres horas desde Orihuela a Madrid. Pero quizás tardemos menos si vamos en coche a Albacete y cogemos allí el AVE, como hemos venido haciéndolo desde hace unos años.
Recuerden que el acuerdo del AVE era que llegaría a todas las regiones al mismo tiempo, pero, no pasa nada, en esta Región ya estamos acostumbrados a siempre ser los últimos. Quizás ya sea hora de hacer realidad la propuesta Croem/sindicatos/Ferrmed, al que se sumaron el CES y la mayoría de los colegios profesionales y los partidos PP, Ciudadanos y Vox, y poner a la Región en el lugar que debe ocupar.
Durante doscientos cincuenta y nueve años, del 572 al 831, Oriola fue la capital de la Civitate Aurariola, luego Reino de Tudmir y por ultimo Cora de Tudmir, que comprendía el norte de la actual Almería, Murcia, Alicante y más de la mitad de Albacete, incluyendo su capital. La sede episcopal estaba en Begastri (Cehegín), situada al noroeste de la Civitate, como así recojo en el libro Las desigualdades regionales / El arco Mediterráneo español, publicado por la Universidad Católica de Murcia.
Dice Miguel Barcala Candel en su libro El Reino de Tudmir que en todas las crónicas árabes, incluso después de desaparecido Tudmir como reino, se denomina a esta región "país" por conformar una unidad histórica y geográfica indisoluble. La Civitate de Aurariola, Reino de Tudmir y por último Cora de Tudmir perdió su capitalidad el año 831, cuando terminada la nueva ciudad de Mursiya, construida por Teodomiro, año 825, y que Abd al Rahman II la nombró capital de la Cora de Tudmir.
La configuración territorial de la Cora de Tudmir y el Reino musulmán de Murcia, formado a la caída del califato, tiene una base eminentemente natural que, a grandes rasgos, se corresponde con la cuenca hidrográfica del Segura, desde el valle de Almanzora por el sur al de Vinalopó por el norte: el Sureste Español. Prácticamente este el mismo territorio que configurará el Reino de Murcia en el momento en que se produce su incorporación a la Corona de Castilla en 1243. Pero las diferencias entre Castilla y Aragón arrastraron al Reino de Murcia a una situación inestable, modificando su territorio en razón a los acuerdos de cada momento.
En 1713 el Reino de Murcia se agrupaba en tres esferas jurisdiccionales: realengos, señoríos y lugares de ordenes. En realengos se incluían: ciudad de Murcia, ciudad de Cartagena, Fuente Álamo, Mazarrón, ciudad de Lorca, Hellín, Tobarra, Albacete, Fuensanta, la Gineta, la Roda, ciudad de Chinchilla, Fortuna, Sax, Almansa y Ciudad de Villena. En órdenes: de Santiago -Cieza, Moratalla, Caravaca, Liétor, Férez, Letur, Socovos, Lorquí, Villanueva, Ulea, Ojós, Ricote, Blanca, Abarán, Totana-Aledo, Pliego y Bullas-; de San Juan -Calasparra y Archena-; de Calatrava –Abanilla-. Y los señoríos de Duque de Montalvo: Alhama, Librilla, Mula y Molina, y de Marques de Albudeite: Albudeite.
El 30 de septiembre de 2012 Antonio Botías publicaba en La Murcia que no vemos, el Reino de Murcia y sus partidos, y acompañaba un mapa de la Corte realizado en 1778:
En la división provincial de 1833, llevada a cabo por Javier de Burgos, no se tuvo en cuenta ninguna razón histórica, sino trataba de que todas las provincias tuvieran una población entorno a los 400.000 habitantes, a fin de que todas estuviesen representadas en las Cortes por ocho diputados. Una situación que permaneció hasta la configuración del Estado de las Autonomías, en la que Albacete se incluye en la Comunidad de Castilla-La Mancha, y se deja a Murcia como una región uniprovincial.
Parece llegado el momento de que Cartagena recupere su rango de provincia, como ya lo fue el 25 de septiembre de 1799, en el que se promulgaba el real decreto por el que se creaban las provincias marítimas: Cartagena, Alicante, Oviedo, Santander, Cádiz y Málaga, todas ellas continuaron como provincias en la división de Javier de Burgos de 1833, excepto Cartagena que dejaba de ser provincia, y la Región de Murcia, con mayor población que regiones como Extremadura y Aragón, debería recuperar la provincia de Cartagena y dejar de ser una Región uniprovincial, porque por su historia y su realidad poblacional y territorial así lo precisa.
Es la hora, por tanto, de la adecuación territorial de la Región a la nueva realidad poblacional y territorial, afrontando soluciones reales para los municipios de menos de 5.000 habitantes, y la solución definitiva a la actual situación de La Manga, dado que, siendo una unidad territorial, depende en su Administración de dos ayuntamientos, lo que ha dificultado su desarrollo; por ello es necesario configurarla como municipio.
O crear una Entidad Superior en la que participen los dos ayuntamientos, y presidida por un representante del Gobierno regional, de quien dependerá a todos los efectos para su desarrollo y funcionamiento y modernización. Durante estos duros y tristes días de pandemia, hemos constatado cómo ambos municipios pedían al Gobierno regional que se circulara libremente en toda La Manga al ser realmente una unidad territorial, así como la recuperación como provincia a Cartagena y la creación de dos diputaciones. Eso sí, redistribuyendo los recursos humanos existentes tanto funcionariales como políticos, para no incrementar el gasto público.