MURCIA. En las ultimas décadas el sureste español se ha convertido en un inmenso mar de plástico debido a la proliferación de explotaciones agrícolas bajo invernadero. La necesidad de incrementar la producción agrícola, el desarrollo de nuevos productos y variedades y la idoneidad climatológica han impulsado esta práctica agronómica que a la vez ha permitido el desarrollo socioeconómico de zonas hasta hace pocos años deprimidas.
En la Región de Murcia el cultivo bajo invernadero no ha parado de crecer, ocupando en la actualidad una superficie de más de 6.200 hectáreas. Es la segunda comunidad autónoma que más superficie de invernadero permanente dedica a hortalizas, tan solo superada por Andalucía, especialmente la provincia de Almería con unas 32.000 hectáreas. Sin embargo, la menor superficie en la región esta ampliamente compensada con un mayor desarrollo tecnológico de sus instalaciones.
"La agricultura bajo invernadero ha alcanzado en la Región un desarrollo tecnológico de referencia mundial"
Los cultivos de invernadero tienen un potencial enorme en la mitigación del cambio climático y el desarrollo de la economía circular. Revalorizar, reutilizar y reciclar residuos inorgánicos (plásticos) u orgánicos (biomasa) permite reducir sus impactos ambientales, mientras se producen alimentos en cantidad y calidad suficientes para garantizar los abastecimientos.
La agricultura bajo invernadero ha alcanzado en la Región de Murcia un desarrollo tecnológico de referencia mundial. La nueva generación de invernaderos inteligentes y ecoeficientes permiten obtener sucesivas cosechas con un mínimo aporte de agroquímicos, agua y energía. Los materiales utilizados son reciclables, nuevos materiales plásticos con placas fotovoltaicas integradas, degradables, pinturas reflectantes, etc. han revolucionado la imagen clásica de los invernaderos.
Los modernos invernaderos son espacios libres de plagas y enfermedades, bioclimatizados, que permiten una producción prácticamente ecológica manteniendo altos índices de productividad. Se gestiona sosteniblemente el agua mediante su recirculación, una vez purificada y filtrada, produciendo un ahorro significativo de fertilizantes y plaguicidas. La energía necesaria para la climatización o aireación se obtiene del sol mediante sistemas fotovoltaicos por lo que disminuye la generación de gases de efecto invernadero. Los invernaderos ecoeficientes, residuo cero, de la Región de Murcia pueden llegar a ser autosuficientes, no generando residuos externos agresivos al medio natural.
La agricultura de invernadero posibilita la actividad agrícola de mínimo impacto ambiental, ya que reduce considerablemente la generación de residuos que pueden interaccionar, superficial o subterráneamente, con el sistema suelo-agua. La digitalización de los procesos productivos facilita el manejo eficiente de las instalaciones y el desarrollo de la política agrícola de la UE “del campo a la mesa” incrementado los precios en origen al agricultor y por tanto mejorando su calidad de vida. Permite la trazabilidad de sus producciones y garantizar la seguridad alimentaria a la población. Además, cada hectárea de invernadero es capaz de fijar de ocho a diez toneladas anuales de CO2, lo que equivale a absorber la emisión diaria de unos 48.000 coches.
Los nuevos sistemas de producción agrarios necesitan tecnologías innovadoras que permitan asegurar los rendimientos y la calidad de los productos agrícolas, a la vez que minimicen los efectos negativos sobre el medio ambiente. La agricultura 4.0 de la Región de Murcia, una vez más, es ejemplo de modernización e innovación, invirtiendo en tecnología para garantizar una producción sostenible y dando seguridad a los consumidores.
La agricultura bajo invernadero contribuye significativamente a la estabilidad socioeconómica de la Región y da respuesta a las demandas de una sociedad cada día más comprometida con el ecosistema, gestionando sosteniblemente el agua y empleando energías renovables. Los invernaderos ecoeficientes de la Región de Murcia, residuo cero, se han convertido en una de las principales acciones de desarrollo sostenible ya que permiten luchar contra la pobreza creando empleo, retienen población rural elevando su renta y reducen emisiones contaminantes en una transición ecológica que permita conseguir una región climáticamente neutra.
Miguel Ángel Cámara Botía
Catedrático de Química Agrícola
Director de la Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica
Universidad de Murcia