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aumenta la demanda tras el confinamiento

El tatuaje en tiempos del coronavirus: un arte en auge

16/08/2020 - 

MURCIA. Este 2020 ha sido y va a ser un año bastante especial, un año que ha marcado la vida de muchas personas por todo lo que ha acarreado la crisis sanitaria en la que ha desembocado la pandemia de la covid-19. El confinamiento, la lucha de los sanitarios, la unión, la solidaridad, las reflexiones… Será por todo esto que muchas personas han decidido plasmar y fijar en su piel lo sentido durante esta crisis; por ello, sorprendentemente ha aumentado la demanda de tatuajes tras el fin del estado de alarma.

El mundo del tatuaje ha combatido durante mucho tiempo con los estigmas que relacionaban un dibujo en la piel con delincuencia, macarras, vándalos o ex presidiarios. Afortunadamente, los tiempos cambian y se reconoce la perspectiva artística de los tatuajes, el arte y la creatividad que se aúnan para plasmar los sentimientos de una persona en su propia piel. Dicen que las arrugas o las cicatrices son las marcas que quedan de haber vivido, el tatuaje vendría a ser esa cicatriz que uno mismo decide llevar de por vida. Murcia Plaza selecciona tres estudios de Murcia para conocer los cambios que han sufrido estos diseñadores de cicatrices.

750 Tattoo: homenaje a los sanitarios

Este estudio, situado en la Avenida Primero de Mayo de El Palmar, es uno de los más afamados de Murcia. Su especialidad técnica es el realismo black and grey, minimalismo y chicano, aunque llegan a trabajar todos los estilos. Así, se detienen en escuchar al cliente, en conocer la historia del tatuaje que quieren, para aconsejarles y conseguir un resultado único y especial.

No guardaban grandes esperanzas cuando pasó el confinamiento. “En nuestro equipo pensábamos que la mayoría de gente no estaría muy receptiva después de lo pasado por el confinamiento”, cuentan a Murcia Plaza desde 750 Tattoo. Sin embargo, han descubierto que no ha sido así y que la gente estaba ansiosa porque volvieran a abrir.

Entonces, surgió una bonita iniciativa en reconocimiento a los que se han encargado de velar por nuestra salud. “Se nos ocurrió hacer una iniciativa que tuvo un gran éxito: hicimos 300 tatuajes a los sanitarios totalmente gratis porque considerábamos que después de lo vivido merecían un pequeño homenaje”. Y tal fue el éxito que en un mes ya habían realizado todos los tatuajes. Esta idea caló en los profesionales de la salud que “lo agradecieron mucho y transmitieron esa energía al estudio”.

Como era de esperar, los motivos más tatuados estaban relacionados con la sanidad: mascarillas, logos farmacéuticos, frases inspiradoras o esperanzadoras, arcoíris… Todos aquellos símbolos que, sin duda, han marcado y marcarán la historia de este fatídico año, pero que también han dado aliento y esperanza para el futuro.

El mundo del tatuaje ya acata escrupulosamente las medidas higiénicas pertinentes, pero ahora más si cabe. Desde 750 Tattoo, reconocen que “se cumplen todas las medidas de higiene, mascarillas, gel hidroalcohólico, acudir solos…”.

Desde este estudio de El Palmar, muestran su interés por conectar con el cliente y entenderlo: “Nos gusta mucho sintonizar con nuestra clientela, hacerlos sentir especiales y que salgan con una sonrisa de nuestro estudio”. Además, agradecen que la gente se esté mostrando receptiva y subrayan “la importancia de apoyar a la pequeña empresa”.

Black Jack Tattoo: realismo y seguridad

Inconfundible la llamativa fachada con los naipes del famoso juego de cartas al que hace alusión el nombre del estudio. Jaggo, el regente de este local fundado en 2008 y situado en Ronda de Garay en la capital murciana, cuenta a Murcia Plaza lo impresionante que ha resultado ver la fuerte demanda de tatuajes tras el confinamiento.

“Después de la incertidumbre de estos dos meses cerrados, no solo hemos tenido que reubicar a los que ya tenían citas para esos meses, sino que se le han sumado muchas más personas. Me sorprendió porque el tatuaje obviamente no es una primera necesidad, sería más bien un lujo”, cuenta Jaggo con alivio de que no haya decaído el negocio, aunque esto le haya llevado a suspender las vaciones de agosto.

En este templo de la tinta no ha habido muchas peticiones recurrentes al tema de la covid, al contrario de lo que pensaba su dueño. Tan solo señala que “sí ha habido petición de frases motivadoras, pero no en la cantidad que pensábamos, digamos que los clientes ya venían con otras ideas personales que no guardan relación con el virus y esta crisis”.

Respecto al aumento de las medidas de higiene, el dueño y principal tatuador de Black Jack afirma contundentemente que “todos los estudios de tatuajes legales están regulados por legislación sanitaria y, evidentemente, son medidas que cuidan la seguridad al máximo para que no se corra ningún riesgo”. Sin embargo, ahora se añade la problemática de la covid, que también se contagia a través de la respiración. En este caso, desde Black Jack aseguran que siguen “trabajando con el protocolo sanitario pertinente, el uso de mascarilla, gel, desinfección del calzado, aforo limitado…”

A pesar de esto, se nota la crisis en estas pequeñas empresas ya que, según cuenta Jaggo “el gasto fijo en material higiénico ha aumentado, tanto por el mayor uso como por el aumento masivo de los precios”. No obstante, es una pequeña crisis que no quieren que afecte al cliente, sobre todo, al cliente habitual, por ello, no han encarecido notablemente los precios pese a esta mayor inversión.

El concepto artístico del tatuaje, donde la aguja es el pincel y la piel el lienzo, se demuestra a través de los diferentes estilos que se llevan a cabo con el dibujo. En Black Jack abarcan todas las técnicas, ya que cuenta con varios tatuadores, pero la especialidad de Jaggo es el realismo, sobre todo, negro y gris. Otros se dedican al tatuaje tradicional, realismo a color o blackwork, etc. Pero todos cumplen con un patrón común: la personalización de cada diseño y el contacto en una cita previa para consensuar el trazado final.

Sin embargo, ha costado que aceptáramos al tatuaje como una forma diferente de plasmar el arte y despojarnos de los prejuicios. El conductor de este local cree que “la evolución del tatuaje ha sido bestial, en los 80 en Murcia había 4 tatuadores y ahora hay cantidad de estudios”. Además, resalta que “la concepción artística del tatuaje ha cambiado mucho, se ha llevado a un nivel superior, en los 80 el tatuaje era un concepto más americano clásico y había un catálogo para elegir. El concepto de ahora, quizá puesto de moda por los programas de tatuajes, lo visualiza como un nivel artístico”. Este cambio y, en cierto modo, apertura a concebir el tatuaje como manifestación artística ha convertido en negocios de éxito a los estudios de tatuajes porque, como bien nos dice Jaggo, “habría que ser muy negado para comparar una obra de arte con un tatuaje carcelero”.

Tommy Tattoo: mínimo detalle

Tommy es un artista murciano especializado en minimalismo, al que le apasiona pintar, y que decidió iniciarse en el mundo de la tinta cuando tuvo claro que quería convertir sus dibujos en “cuadros permanentes” para poner en valor el arte de la tinta.

El murciano apenas tiene tiempo para satisfacer la demanda de tatuajes que le ha llegado después del confinamiento. “La gente ha tenido más tiempo para pensar qué se hacía; también creo que la gente se ha aburrido mucho y les ha despertado el interés por animarse a hacerse un tatuaje”, apunta Tommy un tanto abrumado por la clientela.

Como no podía ser de otra forma, las medidas de seguridad han aumentado para garantizar la máxima tranquilidad al cliente. “Son fundamentales, se mide la temperatura, lavado de manos, bolsas en el calzado, guantes para el cliente y advierto que no vengan si han tenido el mínimo contacto con un positivo”, señala asegurando que lo primordial es salvaguardar la salud del cliente.

“Yo no me dedico 100% a esto y no me he visto tan afectado, pero sé de compañeros que han sufrido la crisis, aunque esta demanda haya reconfortado, quien tiene alquiler y/o seguro de autónomo ha notado mucho el parón y le cuesta más reponerse”, explica el artista acerca de la crisis de los pequeños negocios que han cerrado durante el confinamiento.

Tommy trabaja solo y tiene muy claro el estilo que ha escogido: “Yo hago minimalismo, la línea fina, la elegancia, la mínima expresión”. Desde el punto de vista artístico del tatuaje, Tommy eligió el minimalismo “porque es esa línea fina la que mejor plasma el arte de la elegancia y la sencillez”. El minimalismo, puntillismo y raspado –líneas mediante puntos- son sus especialidades técnicas, destaca que “el raspado consigue unos resultados muy discretos y distinguidos, mayormente son mujeres las que demandan esta técnica”.

No obstante, no es solo la sencillez o el buen gusto lo que destaca de este tatuador, también su gran amor por la tierra, por Murcia le ha llevado a diseñar 15 dibujos sobre la ciudad: marineras, claveles, paparajotes, la catedral, limones… Este tributo a la Región entusiasmó a los murcianos que no pararon de pedirle limones, catedrales y claveles. Pero, “también los Erasmus buscaban un recuerdo de Murcia. Polonia e Italia deben estar plagadas de limones murcianos dibujados por mí”.

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