MURCIA. Tras un verano de pulverizar las expectativas con unos números que marcaban el camino de la recuperación del sector hotelero tras las penurias que sufrieron con el cierre perimetral, la temporada de otoño-invierno se alza como el gigante al que derrotar para consolidar su senda a la estabilidad.
Al fin y al cabo, fue el turismo nacional el que tiró de los hospedajes durante el verano, y ante la finalización del mismo al llegar septiembre los hoteles comienzan a echar en falta al turista extranjero que acudía fuera de la temporada alta para disfrutar de la Región en los primeros meses de otoño. De acuerdo con Bartolomé Vera, vicepresidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de la Región (Hoytú), "lo que más se va a notar es la bajada de turismo británico".
Por tanto, asevera, las zonas de costa van a verse especialmente perjudicadas en los próximos meses, sobre todo aquellas cercanas al Mar Menor y que están viviendo con especial preocupación el alarmante estado de la laguna. En este sentido, Vera lamenta que si la situación del Mar Menor no mejora "es posible que se cancelen hasta los viajes del Imserso".
Por otro lado, los hoteles urbanos muestran una expectativas más optimistas respecto al otoño-invierno, si bien aún no pueden ser calificadas de favorables. Al fin y al cabo, aunque la incidencia del coronavirus esté bajando, la movilidad aún dista mucho de ser la que solía.
Esto se debe a la reducción en los congresos y eventos de todo tipo, que solían actuar como reclamo para atraer visitantes a las ciudades de la Región y que en estos momentos aún se encuentran de capa caída. Vera destaca en especial la importancia de los eventos deportivos, pues asegura que resultaban unos impulsores de consumo muy valiosos para la hostelería.
En cualquier caso, el vicepresidente de Hoytú mantiene una postura optimista para el sector de cara a los próximos meses y sostiene que podrá mantener una cifra "decente" del 50% de ocupación en las zonas del interior, que es lo que necesitarían para mantener la plantilla. En caso contrario, tendrían que volver a recurrir a los ERTE para evitar los despidos.
Y es que la plantilla de los hoteles de interior vuelve a estar "incorporada casi al 100%" tras haber remontado la complicada situación que había provocado el coronavirus en los últimos meses. Así pues, Vera mantiene que el sector ya se encuentra recorriendo la senda de la recuperación aunque de momento "se mantiene al 60 o 65% de lo que solía estar".
No obstante, también alerta sobre el daño que haría una sexta ola que forzara a volver a implantar restricciones ya superadas: "Los hoteleros ya no tenemos un colchón económico para aguantar el estar cerrados".