MURCIA. La sociedad de hoy en día vive inmersa en un ritmo frenético, laboral y personal que nos impide distinguir entre lo importante, lo urgente y lo fundamental. Y en la vida, tal y como me enseñó desde muy pequeña mi querido abuelo Paco, hay un principio básico que mucha gente olvida y que considero que deberíamos tener muy en cuenta, y es que "una pasa no es un higo".
Vivimos en un mundo donde los valores sobre los que nuestros abuelos construyeron una de las sociedades más sensatas de nuestra historia están siendo, tristemente, relegados a un segundo plano. En el ámbito laboral me encuentro con demasiadas personas que hacen del cortoplacismo su estrategia de vida, sin importar las consecuencias a futuro de las decisiones que hoy adoptan. En el ámbito personal, tres cuartas partes de lo mismo. Y en el político, poco puedo decir que no se haya dicho ya, respecto de la ausencia absoluta de los tres pilares que deberíamos volver a levantar como soportes básicos de una sociedad que respeta su pasado, valora su presente y trabaja por construir su futuro: principios, palabra y honradez.
"Es necesario parar, reflexionar y sentar las bases y los principios sobre los que queremos seguir avanzando"
Y es que una pasa, aunque a veces se parezca, no es un higo. Nos venden cómo conseguir un trabajo mejor o cómo ser más felices. Nos regalan desde Instagram o TikTok, en píldoras de 30 segundos con subtítulos en colorines, cómo impresionar a nuestros jefes con argumentos que son como una buena falla, bonitos y coloridos por fuera pero huecos por dentro. Y entre tanta palabrería vacía, nadie repara en que para alcanzar esos objetivos nos imponen unas recetas en las que lo que primero debemos vender es algo que debería estar fuera del mercado: nuestros principios. Recetas basadas en el resultado y no en el medio. Recetas que hacen bueno a Maquiavelo cuando decía, ignorante de él, que "el fin justifica los medios".
Nos quejamos, y con razón, de los cambios de rumbo (o de opinión, según se mire) en los que incurre una clase política que muchos entienden alejada de la realidad social de la gente de a pie, y otros tantos creen que es el fiel reflejo de la sociedad que entre todos hemos construido.
Creo que es necesario parar, reflexionar y sentar las bases y los principios sobre los que queremos seguir avanzando. El rumbo que llevamos, a todos los niveles, nos dirige a puertos en los que las arenas movedizas sustituyen a la tierra firme; y así no podemos avanzar. Solo nos queda hundirnos paso a paso sin saber que pronto nos llegará el barro al cuello y entonces puede que sea demasiado tarde.
Y todo ello por no haber tenido clara una cosa. ¿Sabéis lo que os digo? Que una pasa no es un higo.
Mara Casillas Baldrés
Associate Executive Manager, Michael Page.