CARTAGENA. Esto es un artículo para iniciados. Sutilezas aptas solo para los muy cafeteros. Si no tiene ese vicio, deje ahora de leerlo, so pena de arriesgarse a verse enfangado en disquisiciones metafísicas que a nada conducen. Avisados quedan.
Se sabe que una pluralidad de partidos conforma Sumar y la primera pregunta es si hay que contar a Sumar en esa lista. Es el famoso lío de las autorreferencias. Si respondiésemos que Sí, surgiría la paradoja de que Sumar formaría parte él mismo. O sea que Sumar sería la suma de Sumar y otros varios partidos. Un poco raro, ¿no? Pero si optásemos por la negativa, cabría preguntarse a qué partido pertenecería Yolanda Díaz, su máxima lideresa. No valdría responder que a Sumar porque antes lo habríamos excluido. En confianza, Yolanda milita en el PCE, pero nadie quiere resaltarlo por miedo a perder electores. Mi obligación, no obstante, es decirlo: la dirección de Sumar está en manos de una militante del PCE. Ya sé que a los comunistas españoles no les gusta que los demás los llamemos comunistas. Entre ellos está permitido, e incluso es motivo de gala, pero desde fuera está mal visto. Bueno, pues lo diré: Yolanda es comunista. Desde joven. Y sigue siéndolo. Fiel a ella misma. No es una princesita de Disney. Simplemente, comunista. Y digo más: puesto que Sumar se ha registrado como partido, Yolanda sigue una doble militancia: la comunista y la sumarista. Y la peña, que no está para complejidades lógicas, lo admite con total naturalidad.
Otro aspecto interesante de Sumar es el de su composición interna. Pongamos un poco de orden. Y, para ello, clasifiquemos los elementos de Sumar. Ya sabemos que hay dos formaciones específicamente ecologistas, pero lo siguiente que salta a la vista es que nueve de sus catorce componentes son de carácter identitario territorial. Tales son, por ejemplo, Compromiso o la Junta Aragonesista. En su visión de España, equiparada a un archipiélago político, nueve nacioncitas estarían representadas como tales en Sumar: Cataluña, Madrid, Valencia, Baleares, Canarias, Andalucía, Asturias, Navarra y Aragón. En suma, Sumar es un enjambre confederalista, solo que asimétrico e incompleto (entre otras regiones, faltan las Castillas, nada menos). Y, como es típico de los enjambres, con una única reina: Yolanda. (Mencionar a los zánganos sería insultarlos y no es mi estilo).
"En Sumar no hay ningún partido específicamente feminista"
Pero ahora surge otro problema lógico. Ya que Izquierda Unida y Podemos se definen como confederalistas, resulta que hay en Sumar nueve partidos que encarnan el confederalismo, y otros dos que predican ese ideal sin ceñirse a él. ¿Se puede se confederalista aspirando a estar presente en toda España (perdón, en todo el Estado)? ¿O es más coherente que las formaciones confederalistas resulten de la yuxtaposición de tantos partidos como regiones haya en España (perdón, tantas naciones como haya en el Estado)? Como digo, la peña no está para sutilezas intelectuales y ha admitido en su seno tanto a formaciones que solo están presentes en ciertas demarcaciones y otras que se extienden por todo el territorio de las elecciones. No les parece extraño, pero eso fue el follón principal en la primera República española: la pugna entre los que querían diseñar las demarcaciones desde el Gobierno español y los que querían establecer primero cantones locales. Ahora Izquierda Unida y Podemos diseñan la confederación en toda España frente a partidos como Compromiso, que dicen que ellos mandan en la Comunidad Valenciana. Y esa diferencia, que recuerda a la de los moderados frente a los intransigentes de la Primera República, se da en el seno de Sumar sin que nadie se sobresalte. ¡Luego dirán que la Trinidad divina es un misterio insondable!
Otro aspecto destacado del confederalismo de Sumar es que no aparece en su seno ninguna formación específicamente galleguista. Y eso tiene su gracia, toda vez que Yolanda es gallega. Quizás ahí esté la clave. En su tierra natal, Yolanda ha comparecido en diferentes formaciones a las elecciones. Protegida por el líder comunista Miramontes, en 1989 se presentó a la alcaldía de Ferrol por Esquerda Unida, pero no logró entrar en el Ayuntamiento. Repitió su apuesta en 2003 y, con el apoyo de Llamazares. logró dos concejales. En 2007 repitió de candidata a la Alcaldía y pactó con el PSOE para entrar en el Gobierno municipal. No obstante, rompió ese pacto y se convirtió en diputada autonómica por la Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), liderada por el histórico separatista Beiras. Ayudada por Iglesias, como asesor, fundó las Mareas Gallegas, que conquistaron las alcaldías de varias ciudades importantes. Fiel a su estilo, para entrar en el Congreso español rompió con las Mareas y fundó Galicia en Común, ante el supino cabreo de Beiras. Una vez diputada nacional y con el apoyo de Iglesias (¡su nuevo tutor!), entró en el Gobierno de España. Nominada por Iglesias, se convirtió en la candidata de la extrema izquierda española para las próximas elecciones nacionales. Y, fiel a su estilo, se desentendió de Podemos y fundó Sumar. Esa trayectoria explica por qué no hay ningún grupo específicamente galleguista en Sumar. Los tres por los que Yolanda ha pasado ya no existen o se sienten traicionados. Tanto es así que corre el rumor de que bastantes de los antiguos votantes gallegos de Yolanda optarán ahora por el Bloque Nacionalista Gallego. Al loro.
Y un último comentario. En Sumar no hay ningún partido específicamente feminista. Es más, Irene Montero, Ángela Rodríguez (alias PAM) y Victoria Rossel, las abanderadas del nuevo feminismo (ese que considera mujeres a los hombres que se hayan extirpado el pene o simplemente que así se sientan) han sido excluidas de las listas electorales de Sumar. De ese modo, la ley del Solo Sí es Sí se ha trasformado en la norma del No es No en las listas electorales. Por medio, más de mil violadores ha visto reducidas sus penas y un centenar han sido excarcelados. Justo de lo que PAM se reía. Nadie sabe las consecuencias exactas de esa exclusión, pero se adivinaban dos líneas de ruptura: presentar una lista alternativa antes del 19 de junio o romper el grupo parlamentario después del 23 de julio. Poco probable, en cambio, que las cosas se queden como están. ¿Veremos en Sumar lo que ellos llaman tránsfugas? Nadie lo excluye. Y, aunque Yolanda ha incluido en el Pacto la pérdida de los derechos económicos a los que se salgan del grupo parlamentario de Sumar, lo que valdría sería el reglamento del Congreso. Así que a leérselo desde ya.
JR Medina Precioso