La ridiculez de intentar eliminar la corbata del protocolo de vestimenta del mundo occidental no puede ni debe ocultar los asuntos por los que debemos de preocuparnos y sobre todo juzgar a nuestro Gobierno.
La temporada estival conlleva el calor y los momentos de relax propios que además solemos trasladarlos a la dejadez y la ignorancia consciente de los problemas que nos afligen como sociedad. Este verano de 2022 especialmente parece un oasis como preámbulo a un desierto en el que caminaremos bajo el sol del paro, la inflación, la subida insoportable de los precios de las materias necesarias para nuestro tipo de vida: gasolina, luz y gas y por supuesto contaremos con el alivio de poder realizar dicha travesía del desierto sin corbata, para que nadie se ahogue.
La última ocurrencia de Sánchez constata que nos trata como a menores de edad porque sabe que funciona, es decir, que puede decir o anunciar la cosa más ridícula del mundo y siempre habrá un número elevado de personas que la asumirán como una gran idea, incluso brillante, y comenzarán a razonarla y justificarla. Si en España usáramos los parámetros de la vida en familia o de una empresa privada para evaluar la acción y consecuencias de las decisiones políticas, empezando por el presidente del Gobierno no habría pasado ni el período de prueba en prácticas de tres meses y en una familia estaría castigado sin paga y sin vacaciones.
El mundo real, pese a todo, sigue siendo exigente, requiere de disciplina y compromiso, de formación y habilidades, de esfuerzo y talento y a veces también de suerte o providencia. Pero en la universidad, en las empresas e incluso en nuestras familias no está bien visto que cada día soltemos una ocurrencia y sobre todo que digamos mentiras o cosas imposibles de realizar. Y curiosamente la política es el ámbito de las promesas incumplidas, las propuestas imposibles, las frases bonitas que no tienen ninguna relación con la realidad y el mal uso del lenguaje para contentar nuestros oídos, pero luego los hechos nos vuelven a llevar a la frustración y el cabreo.
Es la primera vez en los últimos 14 años que los datos del paro son malos, o peores, en el mes de julio y según vaticinan muchos expertos, lo peor está por llegar a la vuelta de las vacaciones. Si buscas en las informaciones y lees a fondo los datos sobre las cifras de empleados, desempleados, sectores, meses, estacionalidad, etc. descubres que como suele decirse "el Excel es muy sufrido", porque puedes establecer diversas combinaciones y comparativas, con los mismos meses de cada año, por trimestres, por sectores, para ayudar a confundir más dejamos de utilizar las palabras con su significado real. Es una auténtica aberración eliminar la expresión 'empleo temporal' para decir que es 'fijo discontinuo' y así lanzar titulares sobre cuantos trabajadores son fijos, siendo totalmente falso. Es la manipulación de la realidad a través del lenguaje, lo que ya anunció perfectamente Orwell en su novela 1984.
Siempre nos salvará el humor y el ingenio del pueblo español, como esos que dicen "hoy he dormido sin corbata y la mar de fresquito". La corbata es una prenda no solo decorativa sino de gran utilidad, mucha más de la que pensamos, especialmente en invierno cuando abriga la zona del cuello. Además, estamos ante uno de los pocos complementos de la moda masculina junto a los relojes, su simbolismo, su utilidad y la dignidad que otorga a un atuendo formal la hacen imprescindible. Prueba de ello es como hace unas horas el propio Sánchez posaba junto al rey Felipe VI en Mallorca ambos con traje y corbata, aunque radicalmente distintos. Nuestro monarca sólo rivaliza en elegancia con el heredero de la corona británica, porque en porte no hay quien le gane. En cambio, el presidente del Gobierno pese a los años de poder sigue vistiendo con unos trajes y unas corbatas impropias de un alto mandatario europeo.
El ahorro energético, el calentamiento global, y las cien mil expresiones que seguirán creando para hacernos cambiar de pensamiento y de formas de vivir perecerán, pero seguro que las corbatas bien anudadas, la elegancia y la distinción continuarán formando parte de la agenda pública como elemento importante de cortesía y civilización.