CARTAGENA. La sala Multiusos de La Manga ha dado su primer paso para convertirse en realidad. Este espacio, del que mucho se ha hablado a lo largo de los últimos años, sale a licitación ahora. Las obras deberán estar terminadas y entregadas antes del 31 de diciembre de 2023, según el artículo 7 del Decreto número 175/2022, septiembre, por el que se regula la concesión directa de una subvención al Ayuntamiento de Cartagena para la construcción de un Centro Social Multiusos en La Manga del Mar Menor. De esta manera, la construcción de la misma se convertirá en una auténtica contrarreloj para no perder el dinero de los fondos europeos. La creación de este inmueble es uno de los principales proyectos incluidos en la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI), dotado desde 2015 con 18 millones de euros, de los que 15 provienen de la Unión Europea y tres de la Comunidad Autónoma.
Tal y como se desprende del proyecto, hay que sumar muchos plazos hasta verlo hecho realidad. De momento, este mes de marzo se dedicará exclusivamente para la presentación de las propuestas de toda mercantil interesada en hacerlo. A continuación, será la mesa de contratación quien analice las ofertas y decida la empresa que lo hará. El siguiente paso son los 45 días para la elaboración del proyecto, a contar desde la formalización, y, por último, 9 meses para la ejecución de las obras, a contar desde la fecha del acta de comprobación del replanteo.
El caso es que aunque todo está al alcance de la mano, los plazos se estrechan ante la necesidad de acabarlo antes del 31 de diciembre. Este espacio se ha reivindicado por los vecinos de La Manga como más que necesario desde hace muchos años, pero para conseguir este propósito se ha perdido demasiado tiempo tanto en la decisión de las administraciones de dar el paso como, posteriormente, en la ubicación del mismo. Hay que recordar que en septiembre de hace dos años, la Comunidad y el Ayuntamiento acordaron su construcción, el proyecto para levantar un local multiusos en los arenales de Monte Blanco. Pero solo unos días más tarde quedó descartado. El Ayuntamiento de Cartagena lo rechazó porque la parcela está protegida por la Ley del Mar Menor. La construcción de este edificio había generado el rechazo de los vecinos, pues hasta 26 asociaciones manifestaron su oposición.
De esta manera, todo quedaba paralizado y el tiempo corría en contra del Ayuntamiento, pero, sobre todo, de vecinos y asociaciones que habían reivindicado durante tantos años esta edificación. Finalmente, en junio del pasado año se decidió la ubicación donde finalmente será levantado, pero hubo oposición de vecinos y miembros de la comunidad escolar del CEIP Mediterráneo.
El acuerdo, no obstante, se alcanzó en julio con la comunidad escolar y con la inmediatez que la administración permite, al Junta de Gobierno acordaba proponer a la Comunidad Autónoma el cambio de ubicación del centro multiusos de La Manga. El Consistorio solicitó que la construcción se lleve a cabo en parte de los terrenos libres del CEIP Mediterráneo para que el nuevo edificio tenga fundamentalmente uso educativo, y, al mismo tiempo, pueda utilizarse fuera del horario escolar con fines socioculturales y vecinales.
Tras el visto bueno de todas las partes, se llegó al penúltimo paso, el anteproyecto que se le encargó al arquitecto Amat Bernabeu, donde se trataron de atender las necesidades que profesores, comunidad escolar y padres y madres de los alumnos señalaron como prioritarias. Ahora, por fin y casi en la prórroga, nos encontramos con la licitación, este último escalón en el que todo se cristaliza, pero con poco tiempo para la maniobra: siempre quedará una prórroga sobre el tiempo añadido, como la ampliación del plazo para salir del ahogo.
El edificio proyectado pretende originar un espacio urbano de calidad para los ciudadanos y que sea capaz de albergar varios usos en su interior y dar servicio al colegio público alcanzar varios objetivos: por una parte se requiere la instalación de un salón de actos amplio, con escenario diferenciado en altura y cabina de proyección de luz y de sonido. De otra parte, se pretende habilitar en la planta baja unos vestuarios, una sala de psicomotricidad, además de superficies complementarias a estas como aseos y almacenes. En la planta alta se ubican las aulas modulares que también disponen de espacios auxiliares.
El proyecto se complementa con la urbanización interior de la parte de parcela que circunda al edificio, incluida zona exterior para el aparcamiento de bicicletas y patinetes, facilitando la accesibilidad y la ubicación se superficies vegetales con variedades autóctonas. Todo el programa funcional se cobija en una superficie construida de 825 metros cuadrados.
El nuevo edificio, además de dar servicio al colegio, será capaz de albergar varios usos en su interior como foros, eventos y reuniones, ofreciendo también espacios de reunión para asociaciones vecinales y aulas de estudio.
Debido a la singularidad de la futura ubicación del edificio, el cromatismo de las fachadas se basará principalmente en el blanco y el azul. Además de la accesibilidad tanto exterior como interior, se han tenido en cuenta consideraciones energéticas para el adecuado funcionamiento del inmueble.
Además de la edificación, se consideran espacios exteriores adscritos: un área de estacionamiento y recarga para bicicletas y patinetes eléctricos, dos porches, área de acceso peatonal y zona ajardinada.
