MURCIA. En el mes de enero de 1974, hace medio siglo, los conductores murcianos andaban en busca de cinturones de seguridad para los asientos delanteros de sus vehículos, pero lo que entró en vigor con el año fue una fase inicial en la implantación de este elemento de seguridad, conforme a la cual eran obligatorios en los vehículos nuevos fabricados desde aquel momento, y no fue hasta enero de 1976 cuando fue obligatorio su uso.
Pero lo cierto es que la prensa local ponía de relieve que se habían agotado las existencias de cinturones, que algunos dejaban de sacar sus automóviles por temor a sanciones, o que, según un portavoz de la Guardia Civil de Tráfico, en contra de lo que se creía, no era preciso llevar el cinturón abrochado.
Por aquellos mismos días del mes primero del nuevo año, también se hablaba de la cabalgata de los Reyes Magos, portadora siempre de ilusiones para todos, pero en especial para los más pequeños. Y la gran novedad que traía consigo la del año 1974 era el regreso a la misma, como artífice de las carrozas, de Antonio González Conte, o Conte a secas, que llevaba tres años sin aportar su arte a la cabalgata de su ciudad.
Más de 5.000 kilos de cartón, unos 3.000 de madera, armaduras y hierro, gran cantidad de pintura y materiales decorativos, "unidos al buen hacer y a los 35 años de constante dedicación, han hecho posible este despliegue de arte e ilusión", podía leerse en el diario Línea.
En las carrozas aparecían personajes infantiles de la época, como el gato Félix o la Pantera Rosa"
Y el día 5, a las 5 de la tarde, para facilitar las cosas a los más pequeños, desfilarían por la ciudad los Magos de Oriente, como prólogo a la gran noche de los niños, lanzando desde sus carrozas caramelos y golosinas y escoltados por soldados romanos, grupos folklóricos, pajes, rondallas o grupos de pastores con sus ganados, entre otros alicientes, un acompañamiento ajustable a lo esperable de dicho cortejo, y alejado de la de este año, con el circo como sorprendente hilo conductor.
En el resto de las carrozas, entre las que abundan en nuestros días las patrocinadas sin disimulo por grandes empresas y comercios, aparecían personajes infantiles de la época, como el gato Félix o la Pantera Rosa, así como el muñeco de nieve y otros asuntos pertenecientes al mundo mágico de los niños.
La espera de la gran noche contaba en la Murcia de hace medio siglo con acontecimientos culturales como la presentación del libro de Juan García Abellán Murcia entre dos calles, de amena y recomendable lectura e ilustrado por el gran pintor y muralista Hernández Carpe, y el concierto conmemorativo del 40 aniversario del Orfeón Fernández Caballero, que cerraba, recién estrenado el año del 41 aniversario, los actos celebrados hasta entonces. Al hilo de lo cual debe añadirse que el 18 de junio del pasado 2023 se celebró el concierto del 90 aniversario, por lo que la veterana formación camina ya hacia el centenario.
En la mañana del día de Reyes, como complemento al disfrute inmenso de descubrir que los Magos de Oriente se habían portado conforme a su magnanimidad, y no a nuestros merecimientos, Radio Popular organizó un festival con la actuación de los Chiripitifláuticós, que es como decir los ídolos infantiles televisivos de la segunda mitad de los 60 y primera de los 70.
Ya no estaba en la tropa chiripitifláutica Locomotoro, el personaje más popular, y no vinieron a Murcia los malísimos Hermanos Malasombra, pero sí acudieron al festival el Capitán Tan, Valentina, el Tío Aquiles, y otros miembros del grupo incorporados posteriormente a la formación inicial, como Filetto Carpoconio, con su león Leocadio Augusto Tremebundus, el niño negrito Barullo y el payaso Poquito.
Fue una actuación muy especial, porque un día antes, el 5 de enero de 1974, Televisión Española emitió por última vez el programa protagonizado por los célebres comediantes, cuya trayectoria televisiva se había iniciado en 1965 como parte del programa Antena Infantil. Aún actuarían en Murcia una vez más, con ocasión de la feria septembrina de aquél mismo año.
Tras el paso de los Reyes Magos por Murcia, y por cada uno de los pueblos grandes y pequeños de toda la Región, un reportaje de La Hoja del Lunes cifraba en unos 100 millones de pesetas el coste de los juguetes que habían depositado en los hogares, y otro tanto en regalos para los mayores, menos abundantes pero más caros.
Pero también se plasmaban algunos asuntos que ya entonces estaban de actualidad, como el creciente precio de los juguetes, y su cada vez mayor complejidad. En este sentido, se afirmaba que, en opinión de muchos sicólogos, no se justificaban por el interés de los niños que, por el contrario, "prefieren el juguete sencillo. Y son intereses comerciales los que llevan a los juguetes electrónicos, de calidad dudosa y de precios nada dudoso".
"NO ES nada de nuevo el debate sobre juguetes educativos y juguetes violentos"
Tampoco tiene nada de nuevo el debate sobre juguetes educativos y juguetes violentos. Hace medio siglo ya se afirmaba que "cada día tienen más aceptación los juguetes educativos, apoyados por los psicólogos infantiles y pedagogos. La variedad de estos juguetes es amplísima. Y son considerados como educativos no sólo los juguetes en los que se aprenden cosas, sino, muy especialmente, aquellos en los que se desarrolla la personalidad del niño, que es tanto como decir aquellos en los que se les permite desarrollar la imaginación, la creatividad, la iniciativa, la habilidad, la inteligencia… a base de relaciones y deducciones".
Pero, a la vez, se afirmaba en el caso de los juguetes llamados violentos -pistolas, tanques, rifles, metralletas, revólveres, etc.- que "la opinión de la inmensa mayoría de los expertos en problemas psicológicos infantiles es contraria a que engendren violencia. Más bien se opina que la violencia les viene del ambiente familiar y social, en general, y nunca de los juguetes".
Finalmente, estaba ya presente el papel creciente de Papá Noel frente a los Reyes Magos y el argumento de disponer los pequeños de regalos desde los primeros días de las vacaciones navideñas. El autor del reportaje concluía: "La inmensa mayoría de la gente prefiere dejar las cosas tal y como están, más que nada porque no se encuentra la fórmula idónea para trasladar de fecha todo lo que los Reyes suponen, y que no es sólo la materialidad del regalo o del juguete".
Más, mucho más que la materialidad del regalo es lo que encierra la noche mágica de Reyes. Hoy, como ayer.