MURCIA. El pasado 31 de octubre se celebró, promovido por Naciones Unidas desde 2014, el Día Mundial de las Ciudades que tiene como objetivo fomentar la cooperación para hacer frente a los desafíos de futuro y lograr entornos urbanos más amables y habitables. Actualmente el 55 por ciento de la población mundial vive en pueblos y ciudades, y se prevé llegar a alcanzar el 70 por ciento en 2050, por lo que es esencial aumentar la conciencia sobre la adaptación al cambio climático y la resiliencia urbana.
Las ciudades se han convertido en el escenario más importante de las acciones por el clima, ya que son responsables de más del 70% de las emisiones de gases efecto invernadero, aunque sólo representan poco mas del 2% de la superficie del planeta. Por ello, desde hace años, muchas ciudades del mundo se han planteado estrategias dirigidas a priorizar la descarbonización de las actividades que en ellas se desarrollan.
"Las ciudades se están convirtiendo en los auténticos motores de la revolución verde"
No solo se han ocupado de reducir las emisiones, sino que también han incorporado en su planificación urbana la adaptación a los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos y que cada día son más frecuentes: olas de calor y frío, inundaciones, tormentas, sequías, etc. Además, la necesidad de asegurar futuro más verde las ha convertido en protagonistas de la reducción de emisiones, la eficiencia energética y la lucha contra el calentamiento global.
Existen numerosos ejemplos de la resiliencia de las ciudades ante el clima. Berlín en la Postdamer Platz o Londres en el London Wetland Centre han creado redes de depósitos y humedales para evitar inundaciones y conseguir espacios para la biodiversidad y los ciudadanos.
Murcia recuperó en 2014 la vegetación autóctona del bosque de la ribera del río Segura y Contraparada. Cieza ha desarrollado zonas verdes para incrementar el arbolado con un menor consumo de agua. Cartagena ha creado humedales artificiales que renaturalizan los entornos de la EDAR de Cabezo Beaza. Alcantarilla pretende ejecutar un proyecto para fomentar un transito más sostenible con zonas de vegetación y drenaje urbano para evitar inundaciones. San Javier, con su parque inundable para aprovechar aguas de lluvias, son ejemplos de municipios resilientes contra el cambio climático.
La colaboración de los ayuntamientos con empresas del sector del agua está logrando ciudades resilientes adaptadas a los extremos hídricos y en el uso de los recursos energéticos para conseguir una mayor eficiencia energética en la lucha contra el calentamiento global. Un ejemplo es la localidad de Santa Pola en el que la colaboración publico-privada ha conseguido que, mediante un parque solar de 53.000 m2, el servicio de agua genere energía verde en la gestión del ciclo del agua, produciendo más de lo que gasta y por tanto consiguiendo que el servicio de abastecimiento sea energéticamente autosuficiente.
Las ciudades se están convirtiendo, cada día más, en los auténticos motores de la revolución verde en su compromiso con el medio ambiente, la cohesión social y el desarrollo sostenible. La actividad humana gira mayoritariamente en los entornos urbanos y por ello los gestores públicos locales cada día deben ser mas sensibles a los cambios sociales y las demandas ciudadanas que exigen entornos habitables, seguros y limpios.
La innovación, digitalización y la tecnología de las empresas del sector han convertido el agua en un motor de desarrollo social, empleo y gestión sostenible que los municipios están incorporando en sus estrategias de desarrollo sostenible y calidad. Para conseguir una transición ecológica justa, el agua es la clave que puede permitir transformar la economía española y lograr mejores ciudades y mejor calidad de vida.
Miguel Ángel Cámara Botía
Catedrático de Química Agrícola
Director de la Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica
Universidad de Murcia