MURCIA. Entramos en una de las semanas en la que más flores ser regalan y se compran, siempre después de la festividad de Todos los Santos. Se celebra el día de San Valentín, que recordemos fue un mártir cristiano que, bajo el yugo romano, casaba a los soldados en las legiones bajo el prisma del cristianismo, siendo una religión prohibida y perseguida. Y como ofrenda de amor eterno lo habitual en nuestra sociedad es regalar flores.
Pero hemos de ser muy cuidadosos con la flor o las flores elegidas, pues desde el origen de los tiempos existen plantas que precisamente no ejercen ese efecto potenciador del enamoramiento a quien las recibe; más bien, un efecto mortal. Existen en nuestro planeta plantas alucinógenas y eminentemente mortales que tenemos mucho más cerca de lo que pensamos.
Lo curioso es que estas plantas son conocidas, junto con sus propiedades, desde épocas muy antiguas, habiendo sido usadas con fines psicotrópicos o sanatorios, pues, entre sus propiedades se encuentra la de hacer desaparecer el espectro racional de nuestra mente, llegando a convertirnos en meros seres movidos por instintos básicos de existencia. Chamanes, druidas, brujos y brujas, monjes y monjas -encontrándose hasta en los antiguos jardines botánicos de Carlos III- han sido, entre otros, los que ha preparado pócimas, lociones o cataplasmas para diferentes efectos en el ser humano.
Por lo tanto, hemos de saber elegir muy bien qué plantas seleccionamos para nuestro ser querido. Este artículo es una pequeña guía de lo que no se debe regalar… o a lo mejor sí, pero eso lo dejamos bajo la responsabilidad del lector. Si por el contrario eres quien va a recibir el mortal presente, ya estás avisado. Comenzamos:
Con el nombre de ayahuasca se conocen dos tipos de plantas: la más popular es la Banisteriopsis caapi, que también recibe el nombre de yagé, la cual es una trepadora que mide hasta 30 metros de largo; y la otra es el Diplopterys cabrerana, que también es trepadora y que tiene hojas lanceoladas y flores amarillas. Son utilizadas para viajes astrales y las puedes encontrar decorando un bonito ramo.
Puede encontrarse en muchas partes del mundo, entre ellas Europa. Se trata de una hierba anual que alcanza una altura de entre 10 y 190 centímetros, y que en primavera produce sus características flores blancas con forma de campana. Sus efectos en el cuerpo se notan pronto, y pueden ser muy, graves: desde problemas cardíacos y/o renales, hasta coma. Además, en dosis altas (y hablamos de miligramos) puede ser mortal. Por esas características hojas blancas es muy habitual verla en diferentes ramos de novia.
Crece hasta los 4 metros de altura si tiene soporte. Las hojas son ovales o con forma de corazón, de color verde. Sus flores son acampanadas, miden 4-6 centímetros de diámetro, y son de color lila o violáceo. Produce alteración en la visión de los colores y sensación de felicidad, aunque también es sedante.
Tiene hojas verdes con el margen aserrado, y miden entre 10 y 30 centímetros de largo. Florece desde finales del verano hasta la primavera, pero es difícil verla con flores, por eso en cultivo se propaga más por esquejes que por semillas. Su consumo provoca movimientos corporales incontrolables, alteraciones psicóticas, amnesia y dolor de cabeza.
Es un árbol perennifolio originario de África oriental, cuyo nombre científico es Catha edulis. Mide entre 5 y 8 metros de altura, y produce racimos de flores blancas en primavera. Hay que tener mucho cuidado con ella, ya que es un poderoso estimulante que provoca euforia, agitación, e incluso trastornos mentales.
Se trata de una planta acuática natural del río Nilo (en Egipto) y de otras partes del este de África. Sus hojas son redondas con una muesca, verdes, y miden entre 20 y 40 centímetros de diámetro. Las flores son de color blanco azulado pálido, y brotan en primavera. Ya durante el Antiguo Egipto se usaba como planta psicodélica, afrodisíaca y relajante.
Una de las plantas psicodélicas más populares del mundo. Es una hierba anual originaria de la cordillera del Himalaya que no suele superar el metro de altura. Tiene hojas palmadas e imparipinnadas, de color verde y con el margen aserrado. La inflorescencia brota en primavera-verano, y está compuesta por numerosas flores unisexuales. Se cultiva mucho por los efectos que provoca en el cuerpo, los cuales son: risa, alteración de la percepción del tiempo, o relajación. Pero es muy adictiva y puede causar problemas de memoria, bronquitis crónica, insuficiencia cardíaca o un mayor riesgo de tener depresión.
El opio es una droga que se extrae del fruto del Papaver somniferum o adormidera. Esta es una hierba anual natural del sur y este del Mediterráneo, que puede crecer entre los 15 centímetros y el metro y medio de altura. Sus flores son similares a las de las amapolas comunes (Papaver rhoeas), pero generalmente de color blanco. Los efectos más inmediatos son la euforia y la sensación de felicidad, pero a medida que van pasando los minutos se siente somnolencia.
La belladona es una planta de la familia de las solanáceas. Sus bayas son negras y brillantes, de un tamaño similar al de las cerezas. Su sabor es amargo y contienen un alcaloide llamado atropina, que en pequeñas dosis provoca alucinaciones, delirios y, en exceso, pérdida de memoria, parálisis y muerte. Una única baya puede matar a un niño.
Una vez conocidas estas plantas, y te advierto querido lector o lectora que hay decenas de cientos más, ¿sabes cuál será tu regalo de San Valentín?
* Santi García es responsable de Rutas Misteriosas y autor del libro 'Murcia, Región Sobrenatural'